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Sin fecha. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Antoine de Latour

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") a Antoine de Latour, donde le relata cómo Miguel Velarde intervino en una obra de caridad con la que los duques de Montpensier favorecieron a una anciana necesitada, relato que ella llama “uno de los misterios de San Telmo”.

[La letra no es autógrafa de Cecilia Böhl de Faber]

TRANSCRIPCIÓN:

De Fernán Caballero a Monsieur de Latour

Señor mío y querido amigo:
Cuando parece que el tiempo cesa de incomunicarnos, se le antoja a mi monótona buena salud hacer fiasco, y encerrarme en casa, cosa que nada sentiría, si no me precisase del gusto de ver a V. Es preciso pues acudir a la suplefalta de la palabra la pluma, aunque mi cabeza con la fluxión que la aqueja no está para ello; pero yo trato a mi cabeza como nuestros crueles arrieros a sus pobres, cansados y débiles asnos –arre, arre, sin piedad. Pero en este momento no es la voluntad por lo en mano, es el corazón, que suavemente la guía. Tengo de escribir… asómbrese V. ¡¡unos "misterios"!! Sí señor… es preciso el ser de su época. Estos misterios llevarían por título: "los misterios de San Telmo".
En San Diego había un cementerio, fue convento de unos malvados frailes. Vense entre oscuras colgaduras de hiedra los sepulcros y estatuas de los muertos enterrados en el convento de San Francisco trasladadas allí para aumentar el horror; puede que la del Comendador se levante de noche y busque por todo el palacio y sus dependencias algún pícaro seductor para llevárselo a buen recaudo, y "pour comble d’horreurs" ¡aparecen sepulcros y huesos romanos! Pero estos están de cierto muy agradecidos a S.A.R. pues le ha "hecho la tierra ligera". Creo que V. ignora muchos de estos misterios; pero supongo que hoy sobra alguno por la Andalucía. Queda el referir a V. la segunda parte y esto voy a hacer si no se horroriza demasiado. Acabo de recibir la Andalucía y no lo trae; como se compone la tirada (menos las noticias) dos días antes, no tiene nada de extraño, a las 4 iba a las reales manos de S.A.R. el memorial de una infeliz anciana, solo y estéril amparo de unos nietos huérfanos que por absoluta falta de medios ni podía sacar su equipaje de las galeras ni proseguir su viaje a su pueblo, ni permanecer aquí; pero estaba escrito que había de llevar de Sevilla una muestra de la caridad sin límites de los hermanos de nuestra Reina, de los hijos de los franceses, a las siete entraba en casa Velarde, que nunca he visto mejor parecido; en salón animado, sus ojos que brillaban como estrellas, su boca en la que bajo los bigotes del bizarro militar brillaba una sonrisa dulce, inocente y gozosa como la de un niño, demostraban que algo lo entusiasmaba y conmovía. Sobre la mesa cayeron unas monedas de oro (que eran, no lo que pedía la necesitada, sino el doble) y en mis oídos unas palabras… que si bien forman parte de los misterios de San Telmo, los forman también de los dulces y escritos misterios de mi corazón donde llegan para no salir de él.
Me he interrumpido un rato, para proseguir con más calma. Aquí estaba mi "ayudante literario" Cantillo, al que su buenísimo corazón da alas, y su delgadez fenomenal, ligereza, para volar al teatro como un ave nocturna de "buen" agüero. Es largo de paso pero corto de vista y así penetra a fuerza de preguntas, zancadas y empujones en el Tubino. ¿Qué es eso? ¿Qué trae usted? ¿Qué se […]? Cantillo hace sonar las monedas de oro en su bolsillo; la curiosidad de Tubino se convierte en asombro. ¿Oro? ¿Usted? ¡O no, yo! El oro dos veces oro porque es el de la caridad, tres veces oro, porque es el oro de la caridad de SS. AA. RR., para la pobre que V. ha recomendado a Fernando Caballero, por cuyo conducto y otro de gran […] llegó el memorial a sus manos. Ahora es a su vez Tubino que sin ser más deja a Romea plantado y sale desalentado repitiendo: “¡Jesús! ¡Qué señores! ¡Qué caridad tan inagotable! Dios se lo pague”, y sale sin cesar de correr hasta el domicilio de la anciana necesitada. Y las gentes en el teatro preguntan ¿pero qué es eso?, ¿qué ha sucedido?, ¿ha venido un parte telegráfico?, ¿es un nuevo atentado? No, no, señores, es… uno de los misterios de San Telmo.
Tubino fue demasiado pronto en el modo de dar la nueva a la anciana, que quedó medio accidentada y ahogada en una congoja, repitiendo entre sollozos, bendiciones y "Dios se los pague", de aquellos que es ala el corazón tan ferviente y tan alzado a Dios que desde luego llegan a él… aquí tiene V. pues uno de los misterios de San Telmo de que le hablé al principio de mi carta.
Envío a V. una carta de mi sobrino Juan; lo uno, porque basta que no tenga la hon… (no, antes ha de ir la dicha) antes que tenga la dicha y la honra de poder yo misma expresar los sentimientos de mi sobrino, desearía que V. tuviese la bondad de hacerlo en mi nombre; deseo que sea V. lo que medie en toda confianza sobre la traducción que voy a enviarle con los retratos de SS. AA. RR. que pide, quiero enviarle, pues son pan de ver en las cortes extranjeras, el de S. A. R. que tiene el transparente velo y el pañuelo de Manila, lo muy muy parecido; es el más español y teniendo mucha dignidad, es el más garboso; mi álbum y mi corazón quedarán heridos: pero quiero que vean ese retrato en el extranjero.

Equipo de la Biblioteca del Ateneo de Madrid

Reproducción de una fotografía de los empleados técnicos de la Biblioteca del Ateneo de Madrid, posando ante un edificio en un viaje cultural. En el verso de la fotografía original figura el siguiente texto:
"Equipo de la Biblioteca del Ateneo de Madrid. De izquierda a derecha: Amparo Amat, Aurea Lóriz, Antonio Viñas, Elena Amat, Ángeles Mazón y Carmen Uriarte. 16 de febrero de 1947".

Carta de Antonio Rey Soto a Eduardo del Palacio

Carta de Antonio Rey Soto a Eduardo del Palacio excusándose de no poder asistir a su cita por razones de salud, ya que ha llegado de Galicia con los nervios y el corazón destrozado y ha decidido trasladarse a la granja para buscar reposo.
Madrid, 9 de abril de 1931
Membrete del Hotel Inglés (Echegaray 8 y 10, Madrid).

1859-11-15. Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat

Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat dándole cuenta de los gastos referentes al capital que ha invertido en sus obras, especialmente en “La redención del esclavo”.

TRANSCRIPCIÓN:
Querido Jerónimo:
Ya se han repartido en Madrid cuatro mil prospectos. Dentro de dos días irán los de provincias. Esos que mando, son de Madrid, pues he modificado el precio de provincias, por haberme dicho que es muy caro a real y medio. Vamos un poco despacio porque el trabajo de preparativos es inmenso. Cada entrega por mi cuenta, debe costarnos de setecientos a ochocientos reales. En esta forma, 300 reales el papel, 220 tirada y composición, ochenta reales cubierta, cuarenta la tirada de las cubiertas, sesenta en cada entrega del retrato, y lo que resta hasta ochocientas de repartidores y corresponsales. Le he mudado el título, por parecerme mucho mejor “La Redención del Esclavo”. Sin pedirle parecer he tomado tres acciones de a mil reales cada una en las Crónicas de la Guerra de África que publicamos una sociedad de jóvenes, para aprovechar las circunstancias. Puede rendir muy buenas cuentas. Dígame si he abusado de su confianza. El capital, que V. impone en esto, si no salen fallidas mis cuentas, el capital que V. impone en mis obras debe producirle un cincuenta por ciento. Todo el mundo dice que es negocio seguro. Allá veremos. He mudado el título de Espartaco en “La Redención del Esclavo” por tener ya otro “Espartaco” un autor francés, y no se creyera que lo mío es imitación. Tengo los ojos muy abiertos, y cuido de sus intereses más que si fueran míos. Los recibos de todo cuanto se gaste, obran en mi poder. Adios. Suyo siempre afmo. amigo
Emilio
15 de noviembre 59
Vuelta: El papel será mucho mejor que el del prospecto.

1862-11-15. Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat

Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat acerca de la edición de las “Lecciones”, que están a punto de salir.

TRANSCRIPCIÓN:
Madrid 15 de noviembre de 1862
Querido Jerónimo: no sé dónde para V. Le escribo a Valencia. Hoy consigo los últimos pliegos de las lecciones. Dentro de dos o tres días le mandaré prospectos. Ya le diré cuándo me ha de girar por los intereses de su dinero, por los primeros rendimientos de las Lecciones. Espero la apertura de las Cortes para poner mano en el asunto de V. con toda actividad. Escríbame pues ya sabe cuánto le quiere su invariable
Emilio

1865-01-02. Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat

Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat comunicándole que le enviará los intereses de este año.

TRANSCRIPCIÓN:
Madrid 2 de enero de 1865
Querido Jerónimo: si me envías tu fe de vida, es decir, si me dices que estás ahí, y que de mi te acuerdas, te enviaré los intereses de este año. Tu amigo,
Emilio

1865-02-11. Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat

Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat anunciando que le enviará tres mil reales, rédito de sus intereses.

TRANSCRIPCIÓN:
Hoy 11 [anotación a lápiz: “Febº 65”]
Querido Jerónimo: el lunes 13 pondré tres mil reales en casa de los señores Migueltorena, rédito de sus intereses. Este año no puede ser más porque la crisis ha sido profunda. Ya iba a mandárselos cuando recibí su carta. Acúsame el recibo. Tuyo,
Emilio

1866-01-30. Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat

Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat informando que le enviará los intereses que le corresponden en cuanto pueda, ya que no ha tenido un momento de tranquilidad. 1 h. (1 p.)

TRANSCRIPCIÓN:
30 de Enero de 1866, Madrid
Querido Jerónimo: desde que recibí tu última no he tenido un momento de tranquilidad como puedes suponer. Así que desaparezcan un poco estas circunstancias y reaparezca el periódico, antes de mediar el mes próximo te enviaré los intereses que te corresponden. Tuyo,
Emilio

1866-04-13. Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat

Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat en la que informa que le ha enviado dos mil reales y se disculpa por la tardanza, debida a las multas y costas de procesos que le ha echado encima la Unión Liberal. 1 h. (2 p.), documento con el número 18.

Madrid 13 de Abril de 1866
Querido Jerónimo: Hoy he puesto y mañana recibirás en casa de los Señores Migueltorena hermanos dos mil reales. Dispensa la tardanza pues ha consistido en las multas y costas de procesos que me ha echado encima la unión liberal. Ayer mismo tuve que pagar unos mil reales. A fines de marzo te mandaré los mil que restan. Así que los hayas recibido que supongo será mañana mismo o el lunes a más tardar, anúnciame el recibo para mi descanso. Dispensa y manda a tu invariable amigo que te quiere de todo corazón.
Emilio
Me parece que pronto conoceré a tu señora y a tu niño pues a mediados de mayo o fines quizá vaya a Valencia.

1859-07-31. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, donde agradece que los Infantes hayan atendido las solicitudes de las personas por las que ella intercedió. Se lamenta también de que su mente ha perdido la capacidad de trabajar.

TRANSCRIPCIÓN:
Sevilla, 31 julio 59
Muy Señor mío y amigo:
En este momento recibo la grata y finísima carta que se ha servido escribirme. Hállase el espíritu en esta época, tan oprimido y fatigado en la atmósfera vulgar, hostil, y antipática que se respira, que la carta de V. como todo lo que desciende de aquella aristocrática y noble esfera, sírvele de refrigerio y de bálsamo.
Cuanto V. me dice es tan fino como lisonjero, y mientras menos merezco esas pruebas de aprecio, tanto de parte de SS. AA. RR. como de parte de V., tanto más las agradece mi corazón, sin que el amor propio profane la pureza de esta gratitud.
Me apresuro a contestar a V. para devolverle el adjunto memorial. Tengo demasiados pecados en punto a molestar a SS. AA. RR. para que no me descargue de éste. Verdad es que el desertor se llama Arco, que es el nombre de mi anterior marido; pero nada más de común tiene con esta mi querida familia, y no es por mi conducto que ha ido ese memorial a solicitar la inagotable clemencia de SS. AA. RR.
Doy anticipadas gracias en nombre de los interesados a los Serenísimos Infantes por haberles concedido sus solicitudes. La buena Valme está ya enterada de que no hay habitación para Santera en la capilla, pero muy contenta por estar en primera fila por si la hubiese, y aunque, como se dice en Francia, con un sí se mete a París en una botella, el sí, que es el más pequeño de los dones de la esperanza, es un rayo de luz, que aunque nunca llegue a alumbrar nuestra senda, embellece nuestro horizonte.
Cuando venga mi respetado amigo el Señor Deán, me pondré de acuerdo con él para que me ponga en comunicación con el Padre Góngora, según el deseo expresado por el Smo. Sr. Infante, aunque los sermones de este Señor me parecen hechos en telar, esto es, con mucha facilidad y uniformidad.
El trabajo que he tenido la honra de remitir a S. A. R. no puede agradarle. ¡Mi mente ha perdido su libertad, su colorido, su calor! No me queda sino la buena voluntad, y en todas materias, ¿qué puede esta pobre y débil, sin los medios de que necesita para sus fines? Pero podrá servir para dar noticias al que pueda hacer un trabajo más perfecto y acabado.
Esta carta es "respuesta", lo digo para que su finura no le haga contestar a ella, cuando tan ocupado tiene su tiempo, y dando a V. las más expresivas gracias por su atenta comunicación, y mucho más por venir al encuentro de mis sinceros deseos de ser su amiga, le quedo tan verdadera como agradecida, S. S. Q. S. M. B.
Cecilia Böhl de Arrom
He mandado a decir al que puso en La Andalucía lo del periódico redactado por Mr. de Latour, que sus noticias eran muy "cursis" y demostraban lo lejos que estaban del elevado círculo de palacio. Se picó un poco, pero lo creía de buena fe y que sería un periódico literario y religioso.

[Transcripción de la página que está numerada como carta 7, que en realidad parece ser la continuación de esta posdata:]

En cuanto a la publicación que piensa emprender Benisia, siendo de tanta importancia, y debiendo ser seguido este ejemplo de patriotismo provincial que da La Andalucía por las demás provincias, debo advertir a V. que sus deseos mayores y su solicitud no es el que se suscriban SS. AA. RR., sino que, para honrar esta grande y noble empresa, la puedan encabezar con poner los nombres de SS. AA. RR. como protectores de esta publicación, para la que tienen ya en toda España gran número de suscriptores y que deberá tener gran circulación y nombradía.

1861-08-20. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, comunicándole que ha pasado al tribunal la solicitud del caso que le expuso y agradece el que haya escrito a su tío en su favor. Le comenta que la Infanta ha contestado a su carta con palabras de dolor por la muerte de su hija. Termina con noticias locales sobre algunas personas.

TRANSCRIPCIÓN:

Señor y querido amigo:
He retardado el placer de contestar a su grata, hasta cerciorarme por Frutos Saavedra de si había o no pasado la solicitud a informe, y adjunto remito a V. la copia certificada de haber pasado al tribunal que acompaña a su contestación. Fermín Puente, que es íntimo del fiscal, le ha escrito también interesándose en el asunto; veremos si al fin parece. ¡Qué desidia, qué apatía en asuntos de que penda la suerte y la tranquilidad de las familias! ¡No, no quisiera subir tan alto! ¡En esas alturas aparecen pequeñas miserias y padecimientos humanos, que vistos de cerca horrorizan y conmueven!
Nada de nuevo puedo decir a V. de por aquí. La infanta se dignó, como hace con todos, contestar a mi carta. La suya, sencilla y sincera, es el modelo de una carta de amante madre y buena cristiana. Sólo habla de su María con un dolor profundo y acaba con la bella frase: Dios nos la dio, Dios nos la quitó, hágase su santa voluntad. Gracias a Dios que, como V. sabrá, sigue muy bien el Infante Don Fernando. Ya sabrá V. igualmente que Manuel está destinado aquí en su misma fábrica, noticia que como puede V. pensar me ha llenado de satisfacción. El asunto de nuestro Alcaide duerme; veremos por dónde resuella, porque creo, que el asunto es poner a otro en su codiciado lugar y el tiempo aclarará las cosas. Piedad Guillelmi se ha metido, no sé con qué pretexto, temporalmente en S. Clemente y hay quien teme que no vuelva a salir. Por mí buenas ganas tengo de hacer lo que ella, y ojalá (¡¡¡Después de enterrar tres maridos!!!) , ojalá lo hubiese hecho, a su edad, o antes, pues a su edad estaba casada, ¡para sufrir el inmenso dolor de quedar viuda!
No sé si Quiroga estará malo o ausente, pues con Salvador le mandé mi Cuadro y escribí, y no me ha contestado. Elisa y Fernando siguen sin novedad. Por mí tengo una tristeza que me ahoga al par del calor. Aunque no sé las señas de su casa, le voy a enviar ésta sin más que su nombre, con la esperanza que llegue a sus manos y que le diga cuán agradecida le estoy, así como los interesados por haber escrito en su favor a su Sr. tío, deseando que, como un "bienfait n’est jamais perdu", se halle V. lo que ha hecho en satisfacciones en la tierra y gloria en el Cielo.
Su más sincera y agradecida amiga
Fernán
Si ve V. al Duque de Rivas dele V. expresiones.
20 agosto 61

1862-06-26. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, comentando la despedida a los duques de Montpensier con motivo de su viaje y lamentando una tontería que dijo por equivocación en la mesa de Sus Altezas. Le refiere también algunas noticias y finalmente dice ocuparse de un tomo de artículos religiosos que se está imprimiendo en Cádiz, cuyo comienzo será el informe sobre la reedificación de la capilla del Valme.

TRANSCRIPCIÓN:

Sevilla 26 junio 1862
¿Qué es esto?, dirá V. Es, amigo mío, un "Adiós" que con la prisa de la partida no pude decir a V.; es un "buen viaje" que llega cuando ya está finalizado; es: "V. deje mandado", que aún viene bien, pues siempre son constantes y sinceros mis deseos de servirle; es aún más, es una súplica de que cuando V. tenga más adelante un ratito perdido, lo emplee en darme noticias del viaje y cómo lo han soportado los caros seres que alejaba de las costas de España, ufano y orgulloso, el Isabel II. No he cesado de mirar la veleta que señalaba viento sur, favorable por cierto, pero que me temo haya agitado mucho la mar. ¡Cuánto habrá gozado S. M. la Reina Amalia en ver a sus hijos y a sus hermosísimos nietos! ¡Ay! ¡Cuán presente los tengo, cual los vi en la deliciosa tarde pasada en los jardines de S. Telmo! Aún están sobre mi mesa las flores que me dieron, y si las lágrimas de cariño que vierto sobre ellas fuesen rocío ¡por cierto que no se ajarían nunca! Veo al Infantito D. Fernando altamente disgustado con el despotismo fraternal que le quería impedir el remar, preparándose así a su largo viaje de mar. ¡Qué ángeles! Solo les faltan las alas para volar. Esto me recuerda que dije una tontería en la mesa de SS. AA. Eso no sería extraño, porque "digo" muchas, (si bien puede que no las "escriba"). Dije que había escrito a Mr. de Latour que no olvidase en los Elíseos con sus ninfas y Dioses paganos a S. Telmo con sus ángeles cristianos. Ahora bien, recuerdo que no es en los Elíseos, sino en las Thuilerías en que están las estatuas paganas a que aludo. Si V. hallase ocasión, aunque no es fácil que suceda por lo muy ocupada que estará allí la atención, así de SS. AA., como la de V., en cosas de más interés, desearía que deshiciese V. una equivocación que no ha sido mía, sino de una criada que recibió la noticia de la feliz llegada de nuestros queridos amigos los Sres. de Latour a St. Nizaire y al mismo tiempo la bondadosa y atenta pregunta de cómo seguía mi sobrina la Sra. de Cascajares. La criada quizás por solo el placer de pronunciar el nombre de SS. AA. RR. y darme a mí el placer de oírlo pronunciar, viendo la librea de la casa real, creyó la bondadosa pregunta descendida de tal alto origen, y después he caído en que sería una atención personal de Cajigas. ¡Pero anda con Dios! No creo que SS. AA. RR. puedan haberse ofendido de una equivocación que trajo su última, dulce y agradecida sonrisa sobre los labios de un puro y bello ángel pronto a aparecer ante su Dios. Dichas ambas cosas quedo tranquila, no quisiera por nada en este mundo quedar en falta de ningún género grave ni leve con las augustas personas que con más entusiasmo venero, con más simpatía admiro y con más ternura amo.
Por más que allí tenga V. todos los papeles del mundo, envío a V. esos trocitos de nuestros periódicos. Siento que hayan metido a López Conejero en pedir destino a la Reina. Creo que sería la intención benéfica de SS. AA. RR. que adelantase en su carrera y siguiese siendo un buen militar.
Mientras que la Isabel II, navío, surcaba los mares con sus tesoros, Isabel II, Reina, salía de su cuidado dando el ser a otra Princesa. Como en las familias reales las hembras no son tan bien recibidas como los varones, las campanas de la Catedral no estuvieron tan alegras como poco antes lo habían estado cuando dieron la bienvenida a S. A. Don Felipe.
No puedo dar a V. la más mínima noticia que sirva de grano de sal a esta insulsa carta. Me ocupo de un tomo de "artículos religiosos", exclusivamente, que se está imprimiendo en Cádiz. Empieza por mi "compte-rendu" de la reedificación de la capilla del Valme, en lo que espero que SS. AA. RR. no tendrán inconveniente; mis libros donde más se venden es en América y Alemania, y debe saberse allá toda esa admirable historia pasada y contemporánea, y en qué se ocupan estos Príncipes cuya enorme superioridad alarma tanto a dos gobiernos. El papel se acaba; póngame V. a los pies de SS. AA. RR. Beso las 12 blancas y preciosas manecitas que como un collar de perlas abrazan en este momento el noble cuello de la augusta madre de su Padre. Mil cariños a las Sras. de Vallejo y Robles y V. perdóneme con la indulgencia de caballero y de amigo. Lo es de V. de corazón,
Fernán

¿Piensa V. que SS. AA. RR. se ofenderían si les dedicase mi libro sin su consentimiento? Si fuese así suplico a V. que se los pida. [texto añadido al principio de la carta]

1862-12-26. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, comunicándole que lamenta no estar mañana en su casa, por si acaso pensaba acudir a verla.

TRANSCRIPCIÓN:

Mi querido y amable amigo:
Me parece que me dijo V. que puede que volviese mañana a verme, y como no me consolaría de que no me hallase le advierto que comeré mañana en casa de Pancha, de manera que desde las tres y media no estaré en casa, habiendo dado mi palabra de acceder a sus ruegos, por mucho que me cuesta salir de mi rincón, pesar que se aumenta ahora, en que tenía la esperanza de haber visto a V. en él.
Su más sincera amiga
Fernán
26 Dbre. 62

1863-03-12. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, en la que muestra su interés por el caso del capitán D. Bruno Farina, a quien el fiscal se niega a otorgar licencia de casamiento. Le cuenta algunos pormenores del caso y le agradece su bondad por intervenir en la resolución del asunto.

TRANSCRIPCIÓN:

12 marzo 1863
Quisiera, mi sin igual amigo, tener a mi disposición las cien trompetas de la fama para poder pregonar por el orbe entero que no hay, ni es posible que lo haya, un hombre más fino, más eficaz, y sobre todo más "bueno" que V. Si V. pudiese calcular el bien que me ha hecho su carta, sentiría ciertamente una satisfacción en haberla escrito. Ayer me escribió Fermín Puente (que tiene para mí la desgracia de ser siempre conducto de malas nuevas) que el Sr. Cevallos Escalera (fiscal el más fiscalizador, malévolo y cruel) le había dicho que tal licencia no podía darse por dos dificultades que presentaba su otorgamiento. No sólo lloré amargamente, no sólo no he comido ni dormido apenas desde que tan cruel fallo vino a mis manos, sino que, obrándose en mi intención un cambio furioso, estuve por afiliarme en la revolución que acaba con tales tiranuelos que se gozan en hacer "el mal" y que abren pomposamente las ordenanzas para impedir la inocente y legítima unión de dos personas oscuras y modestas, que ponen cortapisas y obstáculos al santo y moralizador vínculo, base de la familia, que juegan cual el gato con el ratón con la felicidad personal y doméstica del hombre, quitándole su "libertad" individual cuando la quiere emplear para el bien. ¡Esto es cruel, es atroz, es gozarse en hacer la desgracia de otros, sin que clase alguna de bien resulte de ello! No puedo pintar a V. mi indignación y mi dolor. Ya una vez ese dichoso tribunal (¡¡ sobre el que caigan todas las flechas de Cupido y todas las antorchas de Himeneo!!) hizo inútil todos nuestros pasos cuando esta desgraciada ahijada de mi madre suplicó a S. M. la Reina que con una cédula Real le dispensase el presentar su fe de bautismo. Esta instancia tuvo que ir (muy inútilmente a mi ver) al Tribunal. Este, que no tenía más que hacer sino "negar" o "conceder" a la Reina la facultad de hacer una buena acción, no lo hizo así, sino buscando una evasiva hasta ridícula, dijo que fuese él (el novio, Farina) el que hiciese la solicitud; esto, como V. se hará cargo, no podía ser, pues fuera parte que era someterse a un arbitrario capricho pasando por todas las manos de los jefes de su regimiento, era dar una publicidad al asunto que a toda costa se quería evitar. Parecía pues ya imposible este enlace, cuando, compadecida la madre de ella, la reconoció en documento público en el que se dice que, no habiendo podido efectuar su proyectado enlace por muerte del padre de su hija, no la pudo reconocer. El padre era un Coronel francés, hermano del general de su mismo nombre Villate. Habiendo sido este último uno de los "bravos" de su tío, no nos quedará más remedio que acudir a Luis Bonaparte para que él tome la mano en esto. ¿Qué le parece a V. mi idea?
Las palabras que V. me escribe: “mañana volveré a la carga y si puedo evitaré que manden a ésa los documentos ya citados”, han sido para mi desesperanzado corazón lo que ha sido para la árida tierra las dulces aguas que les envía el cielo. Me han probado que si hay dureza y crueldad en los hombres, por lo que tienen de Diablos, hay también en ellos bondad, caridad, e interés en los que sufren, por lo que tienen de ángeles.
El Marqués de Guad-al-Gelú, que, como V., pertenece a esa parte de la humanidad en que brilla la parte de ángel, por lo benévolo para el que pide y necesita de él y por lo fino con los que no, me ha escrito, y una carta como suya. Le escribiré, por más que me cueste molestarle sobre este asunto, si V. me dice que debo hacerlo. No, no, y no, no me cruzo de brazos cuando se trata de hacer el bien, de servir al desgraciado, por más que una triste experiencia me haya demostrado que, no solo "nada" puedo por los apurados, sino que basta que yo intervenga en un asunto para que se tuerza y haga imposible. Si V. me probase que una vez siquiera no fuese así ¿Qué? ¿Qué haría yo para probarle a V. mi gratitud? Nada, pues nada puedo "hacer", sino solo "sentir". ¡Ah sí! Una cosa haría, y es rogar al cielo premiase a V. tan bellísima acción, concediéndole lo que yo que oraba y Dios que me escuchaba sabemos!
Hoy no puedo hablar de otra cosa; solo puedo añadir las más sinceras gracias por su bondad y eficacia en el desempeño de mis encargos, y lo que sobre ellos me dice me ha llenado de satisfacción. ¡Esta es la vida! A una terrible amargura sigue una suave dulzura para hacerla más soportable.
Dios bendiga a V. ¡¡V. única esperanza nuestra!!
Fernán Caballero
¡Ay qué señor Escalera! De piedra, de mármol, cuando tantos Consejeros, su tío de V., el de Fernando, Mitcheo, etc., estaban a favor de ese sí que nada le cuesta a la Escalera.

[En la primera página , en la parte superior izquierda, escribe otro texto a modo de posdata, pues en la última página no cabe]:

El nombre del padre es el Coronel Francisco Villate, coronel francés, y ha muerto hace muchos años allá en Francia, picardijuelas de los francesitos.

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