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Archivos personales custodiados por el Archivo del Ateneo de Madrid
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1862-06-02. Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat

Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat comentándole que lleva muy adelantada la impresión de las Lecciones y será una obra que se venderá bien, ya que están teniendo mucho éxito [se refiere a las Lecciones dadas en el Ateneo de Madrid].

TRANSCRIPCIÓN:
Madrid 2 de junio de 1862
Querido Jerónimo: Le escribo a V. en exámenes pues si no lo hiciera así, no tendría tiempo para hacerlo. Llevo muy adelantada la impresión de las Lecciones. Luego que las deje impresas y publicadas saldré para Valencia donde nos veremos. La venta será fácil y rápida. Así que se venda que será para el otoño, haremos cuentas, y le mandaré el rédito de su capital que será muy satisfactorio, quedándome así el capital para seguir nuestra empresa. De los productos de los Discursos y de algunos que ha comenzado a dar la Hermana de la Caridad he hecho este tomo que cuesta bastante dinero, aunque aún no se a cuánto ascenderá el importe. Pero a no dudarlo será la obra mía que de más resultados. No puede V. imaginarse qué mágico efecto han hecho las lecciones. Cada noche ha sido un triunfo. No tiro más ejemplares que los necesarios porque quiero hacer pronto una edición económica con los dos primeros tomos. Ya habrá V. sabido mi ruidoso triunfo en Zaragoza. El éxito fue inmenso. Esto me ha decidido a tomar la Licenciatura para el otoño y abrir mi bufete pues no se debe perder un manantial de productos. Si lo hago así V. entra por parte muy principal en mis cálculos. Nos veremos este verano sin falta alguna. Entonces hablaremos. Ya le diré a V. con alguna anticipación el día que salgo de Madrid. Escríbame V. pues hace tiempo que no tengo carta suya. Escríbame V. Ya sabe que le quiere muy de veras su amigo invariable
Emilio

1862-12-07. Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat

Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat comunicándole que ya está concluida la impresión de las “Lecciones”.

TRANSCRIPCIÓN:
Hoy domingo 7 de diciembre de 1862
Querido Jerónimo: Las lecciones concluidas. Se están encuadernando y saldrán en la próxima semana. Adjunto un prospecto. No dejo de la mano el asunto y haré lo más útil para V. Tenga un poco de paciencia. Ya le diré cuándo ha de girar contra mí por los intereses de su capital. Será pronto pues ya comprendo que le hará falta el dinero. Estoy muy de prisa. Le quiere mucho muchísimo su invariable,
Emilio

[1859]-07-22. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, por la que le envía un letrero que le encargó el Infante para una lápida y le solicita transmita a Sus Altezas Reales se interesen por una obra de Alejandro Benisia y otra de una poetisa de Granada, de las que envía adjuntos memoriales. Termina solicitando favor para una mujer pobre de Dos Hermanas.

TRANSCRIPCIÓN:
Muy Señor mío:
No hay en este mundo rosas sin espinas, esto es, ventaja sin su censo. En la ventaja tan dulce como honrosa que disfruta V. gozando de la privanza de S. A. R. el Serenísimo Señor Infante, sufre V. el censo de verse de continuo buscado por intermediario por aquellos que, detenidos por el natural sentimiento de respeto que les es debido, no se atreven a dirigirse directamente a tan elevados y augustos Señores. Así es que me atrevo a suplicarle que presente a Su Alteza ese letrero para la lápida, que me ha sido encargado por el Sr. Bascones de parte del Señor Infante, que desea ver el pensamiento de varias personas, y por poco que valga el mío, cumplo con un dulce deber de obediencia remitiéndoselo a su Alteza.
Alejandro Benisia, que había pensado pasar a ésa con el fin de suplicar a SS. AA. RR. que le concediesen una audiencia para presentarles el adjunto prospecto y suplicarles que se interesasen en la publicación que anuncia, se ha visto privado de esta honra por retenerle imprescindibles deberes, y me ha suplicado que se la remita a V. y se la recomiende. Entiendo que su mayor deseo es que aparezca honrando su bien metida empresa, el nombre de los Señores Infantes como protectores del pensamiento literario.
Desde Granada me remite una poetisa el adjunto memorial; y cumplo haciéndolo llegar a las augustas personas a las que va dirigido, porque siendo un objeto piadoso, no debo negarme, por más que me sea en extremo amargo incomodarlas; he dado esperanzas a esa poetisa, que no conozco personalmente, de que SS. AA. RR,. en vista del bien que promete esa publicación, se suscribirán a ella.
No es todo; una buenísima pobre de Dos Hermanas que se llama: Valme, me ha suplicado haga presente su triste situación a SS. AA. RR. teniendo un marido de 60 años al que una hernia impide trabajar, por si en la nueva Capilla se pusiese una Santera, que la tuviesen presente. Creo que no la tendrá, por no haber habitación para ella; pero yo cumplo con un deber de caridad subiendo a los pies de SS. AA. RR. la súplica de una pobre devota de la Virgen del Valme.
Crea V. Señor mío, que no teniendo yo confianza con V. y no contando sino con su finura y su condescendencia, me avergüenzo de abusar de ambas al punto que lo hago en esta carta. Muchos días ha que tengo en mi poder las dos solicitudes que expresan los adjuntos papeles, y mi repugnancia a incomodar a SS. AA. RR. con tantas peticiones ajenas, así como lo mucho que me cuesta molestar a V. remitiéndoselas, me han detenido, pero es preciso pasar por este trago amargo.
En cambio me proporcionará el placer de deber a V. un señalado favor, y hay personas a las que una gusta servir y agradecer. Perdóneme V. mi atrevimiento, y permita a mi gratitud denominarme su amiga y S.S.Q.S.M.B.

Cecilia Böhl de Arrom
22 julio, Sevilla

1859-08-25. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, donde hace referencia a la infructuosa búsqueda de datos sobre la capilla de la Virgen de Valme y a su trabajo en la recopilación de la corona poética.

TRANSCRIPCIÓN:

Señor y amigo:
Mi última carta a V. quedó interrumpida, pensando proseguirla con comunicaciones de datos que hubiese podido adquirir; pero desgraciadamente ningunas más he podido adquirir. Ahora, como la otra vez que se buscaron, no se ha podido buscar donde dicen que puede que se hallasen, en un archivo de fundaciones de ermitas y capillas que dicen que existe en la Catedral. Le he comunicado esta noticia tanto al Señor Deán como al Padre Góngora, que no conozco, pero por interés en el asunto, sin conocerlo, se lo comuniqué en la Catedral. Me contestó que se buscase; y le repliqué que por su saber y estado nadie podía hacerlo mejor que él. No sé lo que hará.
Tocante a la novena de la Virgen, no la hay, o no se encuentra hoy día, y a la Virgen del Varmen se le hace sirviendo para su culto la de la Señora del Amparo. ¡Cuánto se ha buscado! Pero inútilmente.
Tengo sobre la conciencia de mi corazón el no haber dado a V. las gracias por el juicio tan benévolo como lisonjero que ha formado de mi mezquino y árido trabajo. Sólo la vara de Moisés, sacó un manantial de frescas y puras aguas de una seca y estéril roca, como lo es en el día mi padecida mente. Algo se ha mejorado, y el olivo silvestre que brotó entre las ruinas y ha sido trasplantado a los regios jardines, me ha dado pábulo a decir algo menos prosaico que lo es todo lo demás.
Quisiera merecer de V. el favor que preguntase a S. A. R. el Señor Infante que si le parece, o no, que se dé principio a la corona poética con el romance popular que tuve la honra de remitirle. Me lo puede V. mandar a decir por Bascones.
Si no lo tuviese tan presente, la bandera que ondea sobre la torre de la casa que vivo, me diría que es hoy un día feliz y notable. Si hallase V. más adelante oportunidad para ofrecer a los pies de S. A. R. la Infanta mis sinceros votos por su felicidad, tan cara a España, tan implorada del cielo por mí, se lo agradecería a V. como el mayor favor que pueda hacerme. Si el ser querida es un talismán, ¿quién como S. A. R. se verá nunca resguardada de todo contratiempo y aflicción?
No quiero abusar más de su complacencia; concluyo, pues, con el pesar que se siente al despedirse de una persona que se estima, aprecia y con la que se simpatiza de corazón, s. m. s. s. q. s. m. b.
Cecilia Böhl de Arrom
25 agosto 59

1859-08-27. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, comentándole diversas incidencias referentes a los trabajos de edición de la corona poética en honor a la ermita de la Virgen de Valme.

TRANSCRIPCIÓN:

Muy señor mío y querido amigo:
Remito a usted como debo la contestación a mi carta de D. Francisco Zapata, en la que expresa la causa de no poder contribuir como deseaba a la corona poética que tanto le simpatiza.
Bascones me dijo que tenía en su poder algunas composiciones y añadió si me las traía. Como dijo esto en tono de pregunta, le contesté que siguiese las disposiciones de S. A. R. el Serenísimo Sr. Infante.
Tengo una composición preciosa de Benavides, en que hace hablar y quejarse entre las ruinas a la sombra de las ruinas en antiguo español, que me ha encantado.
No olvide usted, si es que me quiere complacer como con tanta finura lo ha hecho siempre, de decirme el parecer de S. A. R. sobre si ha de empezar la Corona con el romance popular.
Álvarez no ha mandado recoger la muestra del carácter de impresión que usted me remitió para que lo viese.
De usted su más agradecida amiga y s. s. q. s. m. b.
Cecilia Böhl de Arrom
27 agosto 59

1859-10-22. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, en la que dice remitirle un San Juan y un San José para completar la obra de los príncipes, además de las composiciones de dos poetas. Le desea un feliz viaje y afortunada vuelta.

TRANSCRIPCIÓN:

Señor y amigo:
Remito a V., para completar la bella obra de SS. AA. RR., un San Juan y un San José que el gran Murillo verá con gozo en el cielo ser causa de una de las infinitas obras de caridad que se esparcen desde San Telmo como rayos de un sol que ni se nubla ni se pone. Gracias a Dios que puedo sin recelo decir y repetir en todos tonos las celebraciones de tan augustos Príncipes, porque han hecho la parcialidad inútil y la lisonja imposible.
Van igualmente las composiciones de dos jóvenes y modestos poetas que, como V. verá, emprenden una buena vía.
Mando a V. las hilas y un frasquito con un poco de bálsamo de Malas.
Nada diré a V. sobre su ida ¡la alegría que demostraba el rostro de V. es un buen pronóstico en el que quiero confiar! Pero sin participar de ella, porque las virtudes heroicas no son las mías.
Ustedes elevan su patria a la perdida altura y llevan consigo las simpatías de la Europa culta y del orbe cristiano. Los guía el dedo de Dios y así fiemos en su santa protección. ¡Victoria contra infieles! Diariamente eleva la Iglesia esta plegaria al cielo, y el cielo a quien place la atenderá.
¡Feliz viaje! Pronta y afortunada vuelta es el más vehemente deseo de su amiga y s. s. q. s. m. b.
Fernán Caballero
22 octubre 1859

[1860]-09-16. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, refiriendo diversos temas. Lamenta la soledad de San Telmo, agradece el nombramiento de su sobrino para Rusia, relata noticias locales sobre algunas personas, opina sobre los acontecimientos políticos en Italia y Siria, comenta sobre un librero que vende su obra Deudas pagadas y alaba un libro de poesía de M. de Latour.

TRANSCRIPCIÓN:

En Sacedón, tranquilo y descansado lo hago a V. –así como a la Augusta familia de S.S.A.A.R.R.- y me atrevo a dar a V. un amistoso recuerdo de su amiga sin que le moleste demasiado. Las golondrinas se han ido; vuelven los desertores veraniegos; el cielo se ha puesto su manto de invierno de tan magnífico azul bordado de nubes de plata; el viento está fresco como si se hubiese estado bañando todo el verano, pero San Telmo está grave, serio y silencioso, pues para él se prolonga la soledad del verano. ¡Qué trastornos vemos en las cosas! ¡Qué confusión en las ideas! El buen sentido huye al verse completamente desatendido, y faltando él, anda en el mundo como navío al que ha faltado la brújula. Dios venga en todo.
Estaba escribiendo estos renglones, cuando me trajeron los papeles y cartas del correo. Vi con júbilo letra de V. y me apresuré en abrir la carta, bien ajena de las sorpresas tan dulces que me aguardaban, además de la que me causaba su carta.
Era la una la de ver la letra de S. A. R., que es la primera y principal, y la otra la nueva de haberse firmado el prometido nombramiento de mi sobrino para Rusia. Excuso decir a V. a qué punto celebraría la gracia y la manera en que me se anunciaba, hay cosas, V. lo sabe, que al indicarlas solamente se comprenden mejor que no descritas. Ninguna noticia tenía, y como yo escribí a Aurora, acaso, se puede esperar de "nadie" ese interés de corazón con el que nuestros incomparables infantes hacen el bien? Para amenizar mi carta voy a dar a V. algunas noticias locales. Manuel Castro marchó para el extranjero en cosas de servicio. Fernando permanece en San Lucar e irá después a Madrid con Elisa a ver a su madre. Ha estado en un tris que no haya sucedido una cosa muy graciosa. El general Van Halen que es (quand même) muy amigo de la familia, escribe a Aurora, que el gobierno de Bélgica (de donde escribe) iba a dar a Fernán Caballero la Cruz de Leopoldo, por lo cual se había visto precisado a decir que era una señora. Mire V. qué tontería pues no tenía semejante precisión, y sin mentir hubiera podido decir que no conocía a semejante Fernán. ¡Qué cosa tan en extremo graciosa hubiera sido que me hubiesen mandado la Cruz! En fin, más vale que no, pues los malévolos me habrían hecho burla. Mando a V. un romance popular, que de puro sencillo y tonto hace gracia. He subrayado lo más notable para que, si no tiene paciencia para leerlo todo, lea esos renglones señalados. Está aquí llamando la atención de algunas personas, un joven de poco más de 20 años, muy fino, bueno, y bien parecido, que vive y está al cuidado de un sacerdote de aquí, que dicen es hijo de un Infante de España y creo de una princesa de Portugal. Ha sido educado en París; esto se dice; toda la verdad es un misterio.
Nicolás Maestre, que según aquí se suena, entrará a ocupar la plaza que en palacio tiene Fernando Halcón, ha estado bien malo; sigue mejor aunque no bueno. Es excelente joven, y sería una verdadera catástrofe el que se desgraciara.
Me alegraré que el comité revolucionario Napoleón – C. Alberto – Garibaldi y Cavour, lo emprendan bien contra S. Santidad, y cuanto antes, porque eso será la señal de su fin. Como espero que las atrocidades de Siria lo serán del detestable imperio Otomán. Los exceso cansan la paciencia de Dios y de los hombres y traen las reacciones, así nada es más temible en el mal que la moderación.
Un librero de aquí, el Señor Fe, ha mandado venir "Deudas pagadas" que vende a 9 reales ¡mire V. qué picardía! ¡Es robar a los heridos! Reconvenido por un sujeto, contestó que en Madrid llevaban 7 reales por tomo en siendo para provincia y que el porte y empaquetado costaba a 2 reales por ejemplar. Así es, que me consta, que varias personas de pocas facultades que lo querían comprar han desistido por lo caro del precio.
Mr. de Latour me ha enviado un preciosísimo tomito de poesías suyo. No se sabe, si hay más tesoros, en su cabeza de saber, o en su corazón de poesía. Es tan superior como simpático, y no se sabe si se le admira o si se le quiere más, cuando se le trata y se le lee.
¡Quisiera repetir a V. todas las exclamaciones que hacen, en particular el bello sexo, cuando ven el retrato de V.! Pero me detiene el escrúpulo que haría entonces las veces del mal espíritu induciendo a V. a la vanidad. Tengo decididamente que poner al pie de mi queridísima colección el dicho de Maquiavelo: “Calumnia que algo queda”. ¡Es preciso concluir! ¡Qué de mala gana lo hago! Me consolaré con que sea mi última frase, la que le asegure que es su más sincera amiga q. s .m. b.

Cecilia Böhl de Arrom
16 septiembre 60

1862-04-25. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, solicitándole interceda a favor de una pobre huérfana, que sus padres recogieron y criaron como propia.

TRANSCRIPCIÓN:

¡Qué buenos son mis amigos, de perseverar siéndolo, cuando de mi amistad solo le provienen molestias! Con pena, pero con confianza, remito a V. la adjunta apuntación de que pende toda la felicidad de una pobre huérfana, hija del amor de dos personas distinguidas, que mis padres recogieron y criaron como cosa propia, lo que explicará a V. mi interés casi fraternal por ella. Abogue V. por ella, seguro que hace una noble y caritativa obra, para V. no es menester más estímulo.
De V. su pesada pero mejor amiga,
Fernán
25 abril 1862

1862-08-05. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, en la que comenta y agradece las noticias que le envía sobre los duques y la Reina Amalia. Le relata a continuación noticias locales sobre diversas personas y le adjunta un recorte de prensa con una coplilla sobre la intervención francesa en México.

TRANSCRIPCIÓN

Sevilla 5 de agosto 62
No puedo ponderar a V., mi querido amigo, la inmensa satisfacción que me ha causado su muy grata. ¡Nada sabía de personas tan queridas, sino por los periódicos! Todo estaba mudo como San Telmo, cuyo silencio no es interrumpido sino por el claro timbre de su reloj, que cuenta tristemente a la palmera del patio las largas horas de ausencia. Pasado el primer momento de emoción melancólica, fue causándome la más viva satisfacción la lectura de su grata, principalmente por el buen estado de salud de S. M. la Reina Amalia, cuya fe es el fuerte báculo que le ha hecho resistir y no dejarse rendir por las penas; para quien cree, no hay muertes sino ausencias; para quien debe ceñir una corona en el Cielo ¿qué le importan las de la tierra? Y para quien siempre hizo el bien por deber y por instinto, le es fácil menospreciar la ingratitud.
¡Cuánto ha agradecido mi corazón que S. A. R. el Infante se acordase de mí en la tumba de un gran poeta! Todo cuanto dimana de S. A. R., tiene no sólo el sello de admirable bondad, sino el de exquisita delicadeza. Yo prefiero a la de todos los poetas la de Said, por estar en ese Edén llamado los jardines de San Telmo. Pero ¡cuánta gracia me ha hecho que nuestra Infanta, cediendo al ruego del Pachá, tomase entre sus labios una boquilla de pipa, que aunque fuese al través de una esmeralda le trajese el humo del tabaco! Ese es un bello triunfo del Pachá, que según V. me lo pinta no debe a sus ¨"seducciones" morales ni físicas sino al buen humor de esa Princesa, la más feliz, así como la mejor del mundo. Si viene aquí su Señoría no lo veré yo, que como V. sabe no salgo de mi rincón, sino para ir, cuando sus dueños egregios se dignan recibirme, a San Telmo. Se queja V. de no ver el sol ¡Ojalá pudiese meter en esta carta algunos de sus rayos que aquí tanto nos sobran y nos fatigan! Ustedes tienen el sol de la Exposición y otros soles; aquí tenemos el del cielo. Todo se compensa. No fue a V. a quien di mi carta para Mr. de Latour sino a Pepita Vallejo. Escribí a V. una carta que encargué se remitiese a Tomás para que la dirigiese, pero Tomás se ha detenido mucho en París con su familia, de manera que si llega V. a recibirla será tan vieja, que le aconsejo a V. de quemarla sin leerla. A Mr. de Latour escribí, no sé si habrá recibido mi carta. Castilleja, mi sobrino Juan y mi hermana Aurora fueron a ver a esos amables y queridos señores, pero no los encontraron, estaban en el campo. Suplico a V. que con mis más cariñosas expresiones se lo diga a Mr. de Latour y le dé el adjunto papelito sobre Trueba, que le será grato. Si el Edimburgh Review ha hablado de él y de mí, solo se lo debemos a nuestro bondadoso y parcial apologista. No puede V. pensar cuánto he celebrado que estén de vuelta los Príncipes de Orleáns. Aquel país no era digno de tener tales defensores, y si hubiese estallado (como se prevé) una guerra con Francia, habría sido un conflicto.
Mando a V. una coplilla que corre, sobre la derrota de los vocingleros mejicanos. Me pidieron para un periódico, en el día de la Virgen del Carmen, algo alusivo a ésta Señora y les envié el articulito que remito a V. Como no estaba aún decidida la traslación a S. Leonardo, no sé cómo dirigir esta carta, ¿pondré en el sobre Londres o bien Orleáns-House? No sé qué hacer, más vale poner el lugar de donde fecha V. su carta. Ya sabrá V. que murió el pobre Sevilla. El Sr. Cardenal, se muere como lo hacía todo, santa y lentamente. El nuevo Intendente del Real Patrimonio, no ha variado nada hasta ahora por aquí. Las Guillelmis buenas, así como las demás amigas, que devuelven a V. sus amistosos recuerdos. Pancha Castro está en Cádiz. Lolita, su hija, está perdida por Diego Benjumea. Si me atreviese pediría a V. un favor, y es que con tanto cariño me pusiese a los pies de S. M. la Reina y de nuestros amados Infantes como lo haría yo si tuviese la dicha de estar en su presencia, cariño que solo iguala mi respeto en sentido y profundo. Asimismo a los de los ángeles de San Telmo y de SS. AA. los Condes de París y de Eu. He escrito un pequeño Cuadro que trata de la guerra de África en que hay recogidas las aleluyas que decían los soldados, y entre ellas ésta:

Quién dice siempre : Adelante
El sobrino del Infante

Cuando se imprima se lo enviaré a V. Mis cariños a Mr. de Latour, a las señoras de Vallejo y de Robles y acuérdese V. de quien parte y reparte se queda con la mayor parte.

[En la primera página, al inicio de la carta, hay pegado un recorte de periódico con la coplilla a la que alude sobre la derrota de los mejicanos:]

“Mambrú se va a la guerra
No hace falta que Forey
Lleve sus tropas a Méjico
Si es que con quinientos zuavos
Se destruye allí un ejército”

[1862]-09-27. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, en la que dice adjuntar una crónica de los festejos que se han hecho a la Reina en Andújar. Le ruega se interese por su sobrina Concha Castro, para que ella y su hija sean invitadas al próximo baile de los duques. Relata dos anécdotas de la visita de la Reina a Sevilla, donde se nombra a la marquesa de Malpica y al alcalde de Sevilla, García de Vinuesa.

TRANSCRIPCIÓN:

Mi querido y apreciado amigo:
He sido comisionada por un amigo de Andújar para que ofreciese a SS. AA. RR. la adjunta crónica de los festejos que se han hecho a su augusta hermana la Reina en Andujar, y a mi vez me tomo la libertad de traspasar a V. tan grato encargo, en ese Sanlúcar en que espero que gozarán algún más fresco que en esta Sevilla en que nos abrasamos. Por la descripción deben haber sido verdaderamente notables dichos festejos.
No se (y no extraño no saberlo) si recibió V. una esquela mía; ello es que recibí una notable y fina carta del Duque otorgándome mi petición por el pobre anciano ¡Gracias a Dios! ¡Qué de malos ratos paso yo, para que otros los pasen buenos! Y en corroboración de este aserto, voy en toda confianza y con el mayor sigilo a hacer a V. una pregunta, que espero que me contestará con toda franqueza. V. sabe que mi sobrina Concha Castro, tanto por su carácter encogido como por su estado de viuda, ha vivido siempre en un completo retiro; pero ya su hija Mercedes es grande y desea, como las demás jóvenes, disfrutar del mundo. Desde el regreso de SS. AA. RR. no ha tenido, como V. conoce, oportunidad para rogar a SS. AA. RR. que se dignasen concederle una audiencia y le honrasen con ella de la entrada en ese palacio que las Hadas disputan a San Telmo. Veo su pesar y el desconsuelo de su hija al ver que se acerca el baile que allí se ha de dar, que tiene trastornadas, no solo las cabezas de 15 años, sino las de maduros sesos. Me da lástima pues compadezco todas clases de pesares. Y me dirijo a V. para que me indique si habría algún medio por donde pudiese pedir una audiencia, aunque no fuese concedida sino en un plazo lejano, pero que diese ya pábulo a que SS. AA. RR. se dignasen convidarla a su baile. V. como "amateur" de muchachas bonitas, como amigo de los Castros, y como mi buen, mi amable y constante favorecedor podría cual no otro interesarse en este asunto tan importante para todos, pero de "vida o muerte" para una pollita que aun no sabe llorar sino bailar.
En cambio voy a contar a V. en confianza una anécdota que le hará reir. Ayer tarde estuvieron aquí las finas y excelentes Olaetas, mis íntimas amigas (cuyas preciosas sobrinas están temiendo y muertas con la idea que no serán convidadas al baile porque su madre, la Condesa de Ubaredes, estando baldada, nunca pudo tener la honra de presentarse en palacio para demostrar su respeto y adhesión a SS. AA. RR.), yo les he dicho que apostaba que las sobrinas de las excelentes tías, que tanto apreciaba S. A. R. la Infanta, y del héroe de Trafalgar, que tanto estimaba S.A.R. el Infante, no serían olvidadas por SS. AA. RR. que "todo" lo tienen presente y en particular todo lo bueno, noble, y distinguido. Pero vamos a mi anécdota: su criada, una buena pero tosca lugareña, estaba desatinada por ir a ver a la Reina. Se le logró su deseo, y cuando volvió le preguntaron: vamos, ¿qué te ha parecido?, a lo que contestó: La Reina hermosísima, pero Isabel II muy fea. ¡Mujer! ¿qué estás diciendo? Que la Reina que iba delante con su corona es moza y hermosa; pero que Isabel 2ª que iba detrás con su pelo blanco es vieja y fea. Siento que esta excelente anécdota recaiga sobre una persona de tanto mérito, La Malpica, y que por cierto no es sino muy bien parecida, porque así no se puede contar sino al oído. Corre otra anécdota que ha entusiasmado. Dícese que cuando estaba en la Giralda gozaba en mirar su Alcázar y decir que eran chicos los jardines, y que los iba a agrandar con la huerta. El pobre Vinuesa, con su acostumbrada falta de tino, escogió ese momento para pedirle que le concediese un pedazo para su inútil proyecto de agrandar el terreno de la feria. La Reina hizo un gesto de disgusto y contrariedad que hubiese bastado, no solo a un palaciego, sino a quien tuviese la menor delicadeza, para no insistir. Pero al Alcalde cursi no le bastó esa negativa e insistió diciendo, por último, que S.A.R. la Infanta decía que debía hacerlo y que la Reina, que es muy viva, contestó: que te dé la mitad de San Telmo. No bien había bajado de la Giralda, cuando volviéndose al alcalde le dijo: ya que lo desea Sevilla, concedo lo que me pides, y no bien entró en palacio cuando fue a buscar a la Infanta exclamando: hermanita, hermanita perdóname, que me impacienté y dije esto que no debí decir, que la Infanta se echó a reír y le contestó que ella no había dicho semejante cosa y que la abrazaron con el mayor cariño. Las gentes cultas están indignadas con Vinuesa, tan torpe y tan "gauche". Pero el lance es magnífico.

[sigue el texto en la parte superior de la primera página de la carta, antes del encabezamiento]:

En los días que ha estado aquí S. M. yo nada he visto de las soberbias y regias fiestas. Desde la mañana a la noche no he oído más que penas, lástimas y peticiones para que Tenorio las hiciese llegar a S. M. ¡Qué días para mí tan tristes, cansados y angustiosos! Aun tengo la cabeza trastornada, perdone V. mi descompuesta carta
Fernán

Sé que ha recibido V. un precioso regalo
27 septiembre

1862-10-02. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, agradeciéndole el obsequio de una pluma y pidiéndole el favor de que los duques reciban a unos parientes suyos. Le comenta noticias de algunas personas y finalmente en posdata su encuentro con Germond de Lavigne.

TRANSCRIPCIÓN:

¡No concibo, amable y querido amigo cómo ha tenido la idea de obsequiarme con la preciosa pluma que me ha traído! Encontraría mucho más natural que procurase V. el exterminio de las que me sirven para molestarlo con tanta frecuencia e imprudencia.
Empezaré por decirle que me apresuré en enviar a las de Ubaredes su preciosa esquela que tanto debía lisonjearlas, sobre todo siendo sus elogios hechos, digamos así, a sus espaldas. Soy un reloj de repetición si lo que repito puede ser agradable al que lo oye, y hacer favor al que lo ha dicho.
Pero ahora me encuentro con una carta de mi suegra que me dice que vienen a ésta su sobrina, prima hermana de mi difunto marido, estos es, los Atienzas de Ronda, con su hijo y ambas hermosas y finas hijas. Tanto D. Antonio como su hijo, son maestrantes de aquella Maestranza. Ya graduará el ansia de estas lindas jóvenes por asistir a una fiesta regia, como es difícil que se presente otra. Acuden a mí, y aseguro a V. que entre el ansia por complacerlas, y mi pesar de abusar de su complacencia para suplicarle que impetre de la bondad de SS. AA. RR. el que se dignen hacer felices a estas preciosas niñas y honrar a sus excelentes y distinguidos padres, estoy con una calentura moral que me quita todo sosiego. Acudo a V., por más que reconozca que nada es más horrible y nada más "cursi" que el abuso, para pedirle ante todo que no haga sino lo que le parezca conveniente, pues nadie mejor que V. podrá graduarlo, y si hay otros empeños, naturales, pero impertinentes como lo es el mío, dé mi esquela por no recibida. Todo tiene su compensación en este mundo, y la dicha de gozar de las bondades de SS. AA. RR. atrae este y otra clase de compromisos de que no se puede uno evadir, esto lo sabe V. mejor que yo.
Para disipar un poco el aburrimiento que le causará mi carta, le contaré una gracia de Rosario Motilla. La pregunta general, que creo dictada por la envidia, ha sido en estos días la de "por qué" regaló la Reina una pulsera a cierta señora. “Toma, contestó la de Águila, porque su marido "derramó su sangre" en el Puente de Triana”. Efectivamente, al principio de la organización de la iluminación del puente parece que le dio allí un vómito de sangre. Tenorio me dejó unos botones para entregar a Domínguez de parte de la Reina y hoy ha de venir por ellos. ¡¡Malicias de la suerte y de la casualidad, constituir a Fernán en presentador de premios reales de habilidades tauromáquicas!! Creo que si S. M. me viera frente a frente con el torero, conteniendo a duras penas un sermoncito sobre lo horrible de la diversión expuesta y sangrienta a que debe sus triunfos y puede deba algún día una muerte atroz, se había ciertamente hacer reir.
¡Qué pesada soy! Por no serlo más, no le pido mil y mil perdones, ni le repito cien veces lo que V. sabe, y es que soy su mejor y agradecida amiga

Fernán

Ayer estuvo aquí Mr. Germond de Lavigne, viene inducido y recomendado por Concha para escribir a tres periódicos de París cartas sobre el viaje de la Reina. Ojalá le haya hecho impresión cuanto fuego brotó de mi corazón como de un Vesubio y todo cuanto le conté de SS. MM. y de SS. AA. RR. de San Telmo, etc., etc., etc. Dios quiera que SS. AA. RR. no dejen de convidarlo para que vea a nuestro querido, espléndido y noble San Telmo en todo su "beau", es decir en todo su "brillo", que su "beau" moral consiste, es de otro género.
Hoy 2 octubre 1862

[1863]-01-17. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier. Le solicita un favor respecto a una licencia de casamiento. Hace referencia al pintor Lara, que está terminando unos cuadros para los príncipes. Manifiesta su dificultad ante la empresa de escribir sobre los animales. Termina con un comentario sobre la situación política.

TRANSCRIPCIÓN:

Mi querido amigo
Remito a V. ese encarguito por si me quiere hacer el favor de entregarlo al general Ros de Olano. A la vuelta va el nombre de las personas cuya licencia de casamiento he suplicado a V. tanto de que cuide que no caiga en la Secretaría y en el Consejo Supremo como en una noria y después en un pozo.
Lara estuvo anoche aquí desesperado con el carpintero que no le ha acabado pronto los marcos, y que desearía que antes de marchar viesen SS. AA. RR. uno de los cuadritos. Me ha dicho que todos los días, mañana también, está de 9 a 4 trabajando en el Museo y ojalá tuviese V. cinco minutos para ir a ver su trabajo.
Estoy como loca con la empresa de escribir sobre los animales. Ayer me puse a escribir antes de las 7 y a las 8 de la noche aún no había soltado la pluma, y no es eso lo peor, sino que nada de lo que voy escribiendo ni me gusta ni me llena.
¿Cayó el Ministerio? ¡Ay! ¡Qué dichosa cuestión de México para España y para Francia!
Por si no nos vemos no diré que me despido, cuya palabra odio, pero sí que le deseo a V. y a la legión de ángeles que se nos vuelan de San Telmo un feliz viaje y un pronto regreso. Ausente o presente siempre su mejor amiga,
Fernán
17 enero

1863-03-24. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier. Le comenta que el asunto de la licencia de casamiento del capitán Bruno Farina se encuentra parado, debido a un cúmulo de inconvenientes que han surgido. Le refiere a continuación una anécdota acerca de las charlatanerías que han difundido en Sevilla rumores sobre su supuesta boda.

TRANSCRIPCIÓN:

No quiero, amable y querido amigo, quitarle inútilmente un minuto de su tiempo, el que bien sé que en Madrid se unta con jabón para escurrirse más pronto; pero tampoco quiero que me crea V. remisa en la marcha de nuestro desgraciado asunto; ¡asunto desgraciadísimo! Llegaron los papeles días después que V. pensó y me escribió, al llegar es promovido a otra parte el segundo Comandante de Provinciales, y Bruno Farina tiene que encargarse de la Comandancia y no se puede mover de aquí; escribo a mi cuñado Fermín Iribarren, y recibe mi carta en Cádiz a la cabecera del lecho de su hermano José Antonio (el Brigadier de ustedes), que ha recibido (¡y admirablemente!) los santos sacramentos por estar desahuciado de los médicos con el tifus. Mi cuñado manda venir a un antiguo y fiel criado nuestro, solo capaz de poder hacer algo en el asunto, y éste se halla tan imposibilitado de hacerlo como Fermín. De manera que está este triste asunto parado, y para que V. no extrañe y atribuya a omisión por mi parte esta tardanza, le escribo estas cuatro letras.
Pero de camino le referiré una cosa graciosa. Me escribe Mr. de Latour: “¿Qué hay en el casamiento de nuestro querido Velarde? El es una esfinge y nada dice, pero me han dicho que V. es la confidente y que lo sabe y lo dice". ¡Me quedé como quien ve visiones! Le contesté: lo que hay es cabalmente lo contrario de lo que a V. han dicho. Se levantó esa voz en Sevilla sin editor responsable; me lo aseguraron varias personas, y, en seguida, como tanto me intereso en su suerte, se lo pregunté y me dijo que no; desde entonces, quien ha negado el hecho diciendo que las gentes charlantinas casaban más que los curas, he sido yo; no es que no pudiese ser, ni que la niña, que es una joven como hay pocas, no fuese muy digna de tan buena suerte, sino por el mero hecho que nada había en el particular sino charlatanerías, las que a veces solían desbaratar en su germen cosas que, llevadas a cabo, hubieran podido hacer la felicidad de dos personas. He sabido que fueron las Stas. de Core (que no veo ni entiendo), que para darse tono de bien informadas por una amiga de V. me hicieron el favor de tomar mi nombre para afirmar su noticia. ¡¡Es asunto!!
Concluyo de repente para que me reconozca prudente; pero de agradecerle y quererle no concluiré jamás, para que me reconozca agradecida, consecuente y constante.
Su anciana y mejor amiga
Fernán
P.D. ¡Murió el pobre José Antonio Iribarren!
24 marzo 1863

1863-07-08. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, rogándole hable con el Sr. de Bustos para que recomiende a Felippe Rigozzi, antiguo sirviente suyo, con el fin de que consiga una colocación que necesita, dado lo apurado de su situación.

TRANSCRIPCIÓN:

Cuando se va en casa de una señora y no se vuelve más a pisarla, es una patente muestra que ha desagradado y que toda relación "en doit rester là". ¡En ese caso estoy con el Señor de Bustos, mal que me pese! No me queda pues, para llegar a él, que valerme de los buenísimos amigos, que cuando se ha tratado de complacerme han tenido siempre el sí y la sonrisa en los labios, la complacencia y eficacia en la acción.
Largo y enojoso sería referir a V. todas las peripecias de un asunto que me interesa mucho, pues se trata de un antiguo sirviente de nuestras casas al que todos queremos por su honradez, delicadeza, fidelidad y excelente carácter, y yo especialmente le debo verdaderos favores. No le ha ido bien con un almacén que puso invirtiendo en él sus ahorros. Tiene a su mujer, criada en casa, enferma, y viendo su situación apurada me empeñé con Segovia, que lo hizo con el mayor calor con Mr. Volet, para que se le diese el destino de cobrador de billetes del vapor de la compañía. Todo iba a pedir de boca, pero todo se estrelló contra el "mauvais vouloir" del Sr. de Arjona y así fracasó. Mi empeño con el Sr. de Bustos sería tan solo que cuando viese a Arjona le demostrase igualmente interés por el excelente y probo Felippe Rigozzi, recomendado por el Sr. de Segovia y por Mr. Volet, y ya que en este momento no puede ser, que para lo sucesivo lo tenga presente. No es genovés, como escribió Arjona a Mr, Volet, sino suizo; hay más de 30 años que está en España y habla y escribe el español mejor que muchos españoles; es el tipo de los hombres de bien, es fino, y conoce y es conocido de casi todos los habitantes del Puerto y aun de Jerez y, sobre todo, todos nosotros y antes que todos mi hermana Aurora, lo fían de palabra, con fincas o con dinero.
Puede que por complacer a V., mi querido amigo, quiera el Sr. de Bustos contribuir con su recomendación a la colocación de este hombre excelente, cuando se presente la ocasión. Este es el nuevo favor que pido a V., segura que si mis repetidas peticiones bien podrían aburrir a un hombre vulgar, no lo harán a quien por su suma delicadeza, sin igual bondad y exquisita finura, se eleva tanto sobre los hombres vulgares.
Su mejor amiga

Fernán Caballero

8 julio 1863

¿Qué me dice V. de casamiento de nuestra amiga Dolores Pizarro, que me escribe Mr. de Latour? Estoy muy mal con que sea un malagueño, que se la llevará a Málaga.

[1865]-05-20. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde (2)

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, pidiéndole que lea el borrador del texto que está escribiendo sobre Hernán Cortés con su ayuda. Le solicita su aprobación, así como algunos datos que faltan.

TRANSCRIPCIÓN:

Mi querido amigo:
Veo con inquietud que mi trabajo se ha hecho muy largo, y que es en mí una imprudencia el suplicar a V. que pase ese largo y malísimamente escrito borrador por la vista, pues mientras V. no lo apruebe no me atrevo a darlo a la imprenta, pero como este trabajo lo hemos hecho entre los dos, es preciso que me ayude hasta el fin. Falta en ese mal borrador el nombre de caudillo con quien fue el P. Olmedo. El nombre de la peña que se divisa desde el balcón del salón, creo que es cerca de Marchena. También sería curioso poner la causa por la que Cortés puso el nombre que lleva a Santa Cruz. Las noticias sobre el entierro y sepulcro de Cortés, que son muy interesantes, las pondré en nota, para no apartarme demasiado de la descripción de la regia morada que generalmente interesará más de lo que se pueda decir sobre Cortés.
Me duele la mano de escribir ¡y lo peor es que me temo que no pueda V. leer lo escrito!
Su más sincera amiga,

Fernán

20 mayo

1865-05-31. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, donde entre otras cosas le comenta que le han encargado una obra en francés para una colección religiosa de Francia, por lo que hará una traducción literal de Simón Verde para que alguien allí la ponga en buen francés.

TRANSCRIPCIÓN:

Mi querido amigo:
Ayer mismo escribí a Fernando, al que remití mi manuscrito para que hiciese en él la enmienda que V. me indica y que es importante para el público inteligente. Ayer vi el cuerpo de San Fernando y creí ver aún en su semblante una dulce sonrisa, causada seguramente por la impresión que le habría producido ver impresos en su santo dedo los preciosos labios infantiles de sus hermosísimos nietos.
El Padre Feliz me ha mandado suplicar que escriba una obrita en francés para una biblioteca de recreo y religiosa que van los católicos de Francia a imprimir para darle muy barata a los pobres, y que si eso no pudiese ser, que traduzca alguna que no lo esté.
Esta petición, hecha por persona tan respetable, me tiene muy apurada, pues no poseo bastante bien el francés para escribir ni para traducir para el público. He respondido que traduciré a "la letra" Simón Verde, siempre que tenga allí quien ponga en buen francés la traducción literal.
¿Conque piensa S.S. canonizar a Colón? Mucho me alegraría. ¡Qué felices son Colón y Cortés de verse desde arriba, hoy tan justamente apreciados por las personas que lo son! Pero dudo de que S.S. se ocupe de eso.
De V. su más sincera amiga

[está recortado el papel en la zona de la firma]

31 mayo 65

[1865?]. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier. Le envía un artículo publicado en El Independiente. Anuncia que su escrito sobre la casa de Hernán Cortés ha sido reproducido por varios periódicos. Hace un comentario sobre un artículo del Obispo de Orleáns y el tema de la educación de las mujeres. Se refiere además a algunas visitas privadas.

TRANSCRIPCIÓN:

Señor y amigo:
No es sólo el placer de comunicarme con usted el que pone la pluma en mi mano. Es el deseo de enviar a usted el adjunto artículo que trae hoy "El Independiente". Rejano, su propietario y director, me lo envió manuscrito preguntándome si podría insertarlo, o si SS. AA. RR. lo llevarían a mal. Le respondí que yo no era parte a juzgar lo que a su periódico, ni menos a calificar lo que podría o no disgustar a SS. AA., aunque nada ofensivo hallaba en el artículo.
No sabiendo por quién era escrito, no me atreví a añadir que me parecía en alto grado soso y frío. Hoy lo hallo en su periódico y se lo remito a usted.
Me ha llamado la atención el que el artículo sobre la casa de Hernán Cortés ha sido reproducido inmediatamente por La Época, La Lealtad, El Pabellón Nacional y varios periódicos de provincias, por supuesto con sus faltas primitivas, entre las que sobresale, hablando de usted, la "actitud" en lugar de la "aptitud". ¡¡Qué cajistas y qué correctores!!
Antes de ayer salí por primera vez después de dos meses de encierro; fui, ya podrá usted pensarlo, a conocer a la recién nacida. Hallé allí un dulce y bello cuadro de familia. Sobre las rodillas de su abuelo estaba su hermosísimo nieto con su docilidad y genio de ángel; sentada en el sofá estaba su recién casada cuñada de usted, teniendo en sus brazos a Dª María Teresa, muy satisfecha con estar en visita, lo que demostraba a veces con una alegre risa; estaba el marido, Susana, la hija de Cosme y éste, que nos animaba a todos con su genio alegre. La señora de la casa, entre su buen padre, sus hermosos hijos y sus hermanos, sólo una cosa echaba de menos…
He leído el artículo del Obispo de Orleans y enviado a San Telmo El Correspondant que se dignó prestarme S. A. R. He sentido ver en aquel antagonismo entre el autor y Mr. de Maistre dos genios tan semejantes en el fondo de la idea esencial y fundamental de sus doctrinas, pero Mr. Dupanloup es médico y Mr. de Maistre es cirujano. Mucho me ha gustado el artículo, aunque más aplicable a Francia que a España. Aquí, por desgracia, es preciso empezar por el ABC. Usted me comprende. Por suerte el talento, tacto y virtudes de las mujeres hacen que no se eche de ver que lo que saben es "adivinado" y no enseñado.
Mucho hablé esta noche de S. A. R. la Infanta, era a medianoche y con Rivera; asistíamos, él como cirujano, yo como amiga "compatissante", a una jovencita casada con un caballero alemán, que no tiene a "nadie" de su familia aquí y paría en la fonda de Madrid. ¡Mal rato pasamos todos!, pero parió al fin un varoncito muy sanito. ¡Qué noche! Así escribo a V. mal, con la confianza de que su buena amistad me lo perdonará.
Suplico a V. de besar con cariño y respeto en mi nombre las manos de SS. AA. RR., de saludar a Joaquina, Ramona y Pepita y creerme su mejor y más invariable amiga
Fernán

1868-10-19. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, en contestación a la que éste le escribe desde Portugal. Se lamenta de lo intranquila que está Sevilla con una revuelta de trabajadores por sus calles y hace diversos comentarios sobre la batalla de Alcolea y sobre la situación política del momento.

TRANSCRIPCIÓN:

Sevilla 19 Octubre 68
Mi querido amigo:
Mil gracias por su apreciada carta recibida con la doble satisfacción de ser escrita por V. y venir de donde viene. Escrita está con tranquilidad a orillas de ese Tajo que, según Mr. de Latour, es menos poético que su fama pero al menos tranquilo. No tienen esas ventajas las orillas del Betis, suenan alto las palanquetas de los demoledores y hay por añadidura una inmensa turba de trabajadores, a los que el municipio pagaba 6 r. y que habiéndoles rebajado el jornal a 5 gritaron que no los querían, pasando por aquí gritando. Me asusté horriblemente, ¿dónde iban? -mandé saber- iban a la fábrica a buscar a las cigarreras para que se uniesen a ellos. Los detuvo un humilde emisario del soberbio municipio para comunicarles que éste cedía a las exigencias de su "Soberano"; pero el "Soberano", engreído con su fácil triunfo, dijo que éstas se elevaban a querer 8 r. y el pan a dos reales. Y esta fiesta anda hoy por las calles ¡cómo le están "enseñando" al pueblo a revolucionarse! Él hará progresos y, como siempre, sus maestros serán sus víctimas. Aunque escribí ayer a Mr. de Latour, lo hago a V. para enviarle la "exactísima" relación de la infausta batalla de Alcolea que un amigo mío, testigo de vista (pues era el telegrafista) y aunque unionista, imparcial, ha escrito, y de una manera preciosa, como V. verá. Se ha impreso en un diario de Córdoba, y me apresuro a enviarla a V. porque creo interesará a SS. AA. RR. el Infante. El noble y desafortunado Novaliches que, herido ya, y teniendo su destrozada mandíbula sujeta con su pañuelo que apoyaba en ella, y no quería apearse del caballo hasta que, cubierto de sangre, cayó desmayado, por una fatalidad que no se explica (yo sí la explico) tuvo todos sus partes telegráficos interceptados y puestos en manos de Serrano.
Llamo la atención de V. sobre La Andalucía de ayer 18. He colegido (pues no puede ser otro) que es de Rubio el malvado primer artículo; ¡¡y ese hombre atroz que desterró a los Felipenses y ha echado por suelo aquella preciosa iglesia, verdadero santuario de la religión y estuche de preciosidades, es el que arrastra a los que hoy se llaman "la opinión pública"!! ¿No es en nombre de la "moral" que esos hipócritas han echado ignominiosamente del trono de sus antepasados a la Reina Isabel y nos quieren poner en él a un D. Fernando?
El trono está vacante; es un hecho consumado por una sedición militar que en lugar de proclamar desde luego, como les hubiera sido fácil, la persona que el "derecho", la "legitimidad", la razón, llamaban a ocupar el trono, se han echado en brazos de la democracia, ¡¡¡esa sierpe que como a otros Leocoontes los ahogará!!! ¡Estamos perdidos! Un amigo mío (unionista) que llegó ayer de Madrid me ha confirmado el que había sido dado de puñaladas y quemado el retrato de Prim, el ex héroe del movimiento. Dice que aquello es una Liorna; ¡que no se concibe de dónde ha podido salir tal enjambre de pretendientes! La de León me ha dicho que le escribe su marido, que está allí, que para el 22 se disuelven por el Gobierno las escandalosas juntas; no querrán disolverse y ahora va a empezar la gresca. Y esos augustos Señores ¿pueden pensar siquiera en venir a presenciar esto? Mi hermana viene, y aunque sea una simple particular, pienso que ha escogido muy mal el momento. Vea V. en La Andalucía del 18 la manera insolente y orgullosa con que hablan los periódicos ingleses de la candidatura del Príncipe Alfredo. ¿Pues y la del necio Amadeo de Saboya, que querría llevar un ejército español a combatir al Santo Padre? ¡Vamos, están locos, locos! En fin mi querido amigo, estoy aburriendo a V. hablando tanto de la cosa pública; pero aquí y en toda España se habla de otra cosa. ¡Mire V. que ir a buscar fuera lo que en casa tenemos! Pero no parece sino que esta revolución está pagada por L. N. para hacer odiar el nombre de Borbón.
Acaban de pasar todas las cigarreras que irán probablemente al Ayuntamiento a pedir aumento de salario. ¡Estamos bien! Otra cosa hay que temer. La tropa que hay aquí es de la que traía Novaliches, y han dado en gritarles cuando los ven: "liches", "liches", apodo burlesco con el que se incomodan los soldados, y el día menos pensado hay un conflicto. Guerola me escribe: “nada he tenido que sentir personalmente, aunque mucho por otros y por el porvenir de nuestra nación que parece destinada a alternar constantemente entre malos gobiernos y revoluciones”.
¡V. me dirá con razón que estoy muy funesta! ¡pero así está todo el mundo! ¡Dichoso quien ausente y tranquilo sabe por referencia y sin presenciarlo lo que estamos viendo y veremos!
De V. su más triste pero mejor amiga
Fernán

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