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Descripción archivística
Fondo Elena Amat Calderón de Wienken
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[1861, abril]. Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat

Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat pidiéndole que gire 6.000 reales que tiene a su disposición. Le comenta que ha comenzado a hacer encargos de papel y que cuando él venga a Madrid irán juntos al Teatro Real a oír a Madame Lagrange.

TRANSCRIPCIÓN:
Queridísimo Jerónimo: así que reciba V. esta carta gire por el conducto que quiera la cantidad de seis mil reales que tiene V. a su disposición. Lo mismo hubiera sucedido con la de diez y seis mil si V. la hubiera querido. Pero puesto que desea continuar he comenzado ya a hacer encargos de papel y demás. Yo deseaba ir a Valencia por evitarle el gasto de venir aquí, pero puesto que V. viene para otros negocios me alegro e iremos juntos al Teatro Real a oír a Mdme. Lagrange que canta como un ángel. Cuando V. quiera gíreme los seis mil reales a la vista. Es suyo de todo corazón amigo fiel que desea verle y abrazarle
Emilio

1861-04-16. Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat

Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat en la que le da cuenta del dinero que ha invertido en sus obras y le propone la publicación de un folleto y, para el otoño, la publicación en grande de “La hermana de la caridad” y las “Lecciones”.

TRANSCRIPCIÓN:
16 Abril 61
Querido Jerónimo: hace días que no recibo carta de V. Por lo pronto tiene V. aquí a su disposición 16.000 reales, pues aunque no se ha cobrado todo, lo que resta será de la parte que yo debo separar para mí. Antes de disponer de este dinero contésteme V. lo siguiente ¿Quiere V. continuar en el negocio? Si quiere V. continuar en el negocio publicaremos inmediatamente un folleto que tengo escrito, y como quiera que para el folleto no he menester más que diez mil reales le mandaré seis mil. Si V. no quiere continuar en el negocio le mandaré los diez y seis mil reales. Y así que se cobre todo, la cuenta total de lo que se ha gastado y de lo que se ha recibido y de algunas letras devueltas y algunas quiebras, como sucede siempre en estos casos, la pasaré a V. Además aún le quedan a V. aquí en ejemplares existentes diez mil reales. No olvide V. esto, diez mil reales que pronto se reunirán pues como le dije ando en negocios para venderlos a la casa de […] Baudry de París. Si este negocio no se arregla, es cuestión de más o menos tiempo, pero el negocio es seguro. Al otoño, reunido el dinero del folleto, que puede dar un buen resultado, reunido el dinero de los ejemplares que quedan existentes, y con poco más, podremos emprender la publicación en grande, publicar la Hermana de la Caridad, y las Lecciones, dar trabajo en la Admón. al tío Rafael, y emprender el negocio en gran escala, si a V. le parece, y si a V. le satisfacen los resultados de este ensayo. Note V. que a la mitad del año de haber puesto su capital recibió V. ocho mil reales, si mi cuenta no es inexacta, y que en dinero y en especie tiene V. en mi poder por mi cuenta más del capital que V. puso. Creo que ningún negocio le hubiera a V. salido tan bien. Con esta carta se excusa de venir tanto más cuanto que yo tengo pensamiento de pasar a Valencia a primeros de Mayo. Contésteme V. de todos modos a vuelta de correo y obrará en consecuencia con su respuesta su
Emilio

1861-07-29. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, rogándole interceda en el caso de un conocido suyo llamado Cayetano Tamariz, condenado a un año de castillo a causa de un altercado. Termina con unas palabras de lamento por la muerte de una hija de los duques de Montpensier.

TRANSCRIPCIÓN:

¿Qué dirá V. de mí, querido señor y amigo, al ver que una carta mía le persigue a V. como un alguacil, para importunarle como un mendigo? Pero V. sabe que el buen corazón es más despótico que Luis Bonaparte y más inconsiderado que un gañán.
¡Laconismo! Ven a mi ayuda para no fastidiar más que lo estrictamente necesario.
No sé si V. sabe que Cayetano Tamariz, primo de las Arjonas, casado con una hermana de la marquesa de Campo-Ameno, tiene una causa por un altercado que tuvo como empleado en el ferrocarril con los carabineros, que son populacho grosero y él "caballero" poco sufrido. Todo esto, que fue nada en resumidas cuentas, ha sido puesto ante un consejo de guerra por aquellos, y este consejo, que es un Fierabrás cuando se trata de cosas menudas, condenó a Tamariz a nada menos que a un año de castillo, por lo que sin serlo, calificó de ¡"atropello de centinela"! ¡Dios nos asista!
Escribí a Tenorio enviándole una súplica por indulto a la Reina. Esta generosa Soberana se halla propicia a ésta como a todas las buenas acciones. "Pero"… (aquí entran más peros que cría Ronda) tenía que venir la solicitud por el Ministerio de Guerra. Habló Tenorio al Duque ministro que halló propicio, "pero", tenía que venir a informe a Quesada a quien le pintó el asunto y informó muy bien, "pero" tenía que volver a Madrid. Tenorio ausente; O’Donnell lo mismo; Ustáriz lo mismo; le sucede Pozo, ¡y el asunto se cae en él! Escribo a Frutos Saavedra; lo hallo más que propicio, "pero" me dice que ha enviado el expediente al Consejo de Guerra y Marina que tiene que informar. No hay buena voluntad que no se canse de tantos trámites, obstáculos, pachorras y majaderías. Pero vuelvo la cara y veo: al pobre Tamariz (que es el hombre mejor que se puede dar) escondido por no sufrir la deshonra de ir a un castillo por pecado tan venial y hasta con sus ribetes de ridículo; a su pobre mujer, que es una santa, refugiada en casa de su madre con convulsiones, enferma, en el mayor desconsuelo, y ambos a la verdad son poco agílibus para hacer nada por sí. Por lo cual me vuelvo a poner en marcha y a dar pasos por ellos. Fernando escribe hoy a un primo de su madre del mismo apellido que ella, y yo viendo que el Conde de Velarde (Don Julián de Velarde) es Consejero también, escribo a V. para suplicarle, que si es un pariente que trata (pues parientes hay, que no se tratan) que por Dios le escriba recomendándole el asunto y sobre todo su "pronto despacho", pues es imposible que el pobre Tamariz esté por mucho tiempo oculto, lo que podría empeorar su causa. Dios quiera que "pueda" V. hacer esta buena obra, que en cuanto a "querer", conozco el hermosísimo corazón de V. y sé qué querrá.
No quiero molestar a V. ¡Si de otra cosa se tratase entre nosotros sería del triste viaje que ha hecho V. a Regla! Espero quedará siquiera una palma, ese árbol favorito de su augusto Padre, para dar sombra y custodiar al pequeño y blanco féretro que está en el santuario, santuario que le dio al ángel que contiene su santo nombre y ahora la guarda como cosa suya. Me han dicho que S. M. la Reina Amalia está mala. Los papeles no traen nada. ¿Tan codicioso sería el cielo que a un tiempo arrebatara a esa augusta familia un ángel y una santa? ¡Oh! Espero que no.
Perdóneme V. y considere todo el sacrificio que hace una persona que solo quisiera aparecer amable a otra que aprecia infinito, en decidirse a serle molesta y fastidiosa.
Su más amiga y más s. s.
Fernán Caballero
29 julio 61

1861-08-20. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, comunicándole que ha pasado al tribunal la solicitud del caso que le expuso y agradece el que haya escrito a su tío en su favor. Le comenta que la Infanta ha contestado a su carta con palabras de dolor por la muerte de su hija. Termina con noticias locales sobre algunas personas.

TRANSCRIPCIÓN:

Señor y querido amigo:
He retardado el placer de contestar a su grata, hasta cerciorarme por Frutos Saavedra de si había o no pasado la solicitud a informe, y adjunto remito a V. la copia certificada de haber pasado al tribunal que acompaña a su contestación. Fermín Puente, que es íntimo del fiscal, le ha escrito también interesándose en el asunto; veremos si al fin parece. ¡Qué desidia, qué apatía en asuntos de que penda la suerte y la tranquilidad de las familias! ¡No, no quisiera subir tan alto! ¡En esas alturas aparecen pequeñas miserias y padecimientos humanos, que vistos de cerca horrorizan y conmueven!
Nada de nuevo puedo decir a V. de por aquí. La infanta se dignó, como hace con todos, contestar a mi carta. La suya, sencilla y sincera, es el modelo de una carta de amante madre y buena cristiana. Sólo habla de su María con un dolor profundo y acaba con la bella frase: Dios nos la dio, Dios nos la quitó, hágase su santa voluntad. Gracias a Dios que, como V. sabrá, sigue muy bien el Infante Don Fernando. Ya sabrá V. igualmente que Manuel está destinado aquí en su misma fábrica, noticia que como puede V. pensar me ha llenado de satisfacción. El asunto de nuestro Alcaide duerme; veremos por dónde resuella, porque creo, que el asunto es poner a otro en su codiciado lugar y el tiempo aclarará las cosas. Piedad Guillelmi se ha metido, no sé con qué pretexto, temporalmente en S. Clemente y hay quien teme que no vuelva a salir. Por mí buenas ganas tengo de hacer lo que ella, y ojalá (¡¡¡Después de enterrar tres maridos!!!) , ojalá lo hubiese hecho, a su edad, o antes, pues a su edad estaba casada, ¡para sufrir el inmenso dolor de quedar viuda!
No sé si Quiroga estará malo o ausente, pues con Salvador le mandé mi Cuadro y escribí, y no me ha contestado. Elisa y Fernando siguen sin novedad. Por mí tengo una tristeza que me ahoga al par del calor. Aunque no sé las señas de su casa, le voy a enviar ésta sin más que su nombre, con la esperanza que llegue a sus manos y que le diga cuán agradecida le estoy, así como los interesados por haber escrito en su favor a su Sr. tío, deseando que, como un "bienfait n’est jamais perdu", se halle V. lo que ha hecho en satisfacciones en la tierra y gloria en el Cielo.
Su más sincera y agradecida amiga
Fernán
Si ve V. al Duque de Rivas dele V. expresiones.
20 agosto 61

1861-10-12. Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat

Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat informándole sobre los pormenores de la venta de un nuevo tomo. Le consulta si quiere seguir con la empresa, para publicar La Hermana de la Caridad, las lecciones y los discursos.

TRANSCRIPCIÓN:
Madrid 12 de Octubre de 1861
Querido Jerónimo: ayer recibí su grata última carta y hoy le escribo. Sin duda alguna no ha llegado a sus manos la última que le dirigí a Valencia. Hemos ya firmado el tomo de la nueva publicación del cual le mando el prospecto en pruebas. Como V. verá después de haber recibido quince mil reales entre libros y dineros, tiene un nuevo libro en campaña del cual se han tirado tres mil ejemplares, y además cuatrocientos tomos de la Redención todavía en los estantes que valen algún dinero y que tarde o temprano se irán vendiendo, después que la Redención del Esclavo nos ha costado en impresión, papel y administración más de cuarenta mil reales como V. verá por las cuentas y sus comprobantes. Por consiguiente las cuentas han salido como nos prometíamos, y lo único que nos ha retrasado un tanto ha sido el maldito fiscal, y los malditos acontecimientos de Loja. He entregado la administración del nuevo libro al Sr. García, administrador de la Discusión, persona de toda mi confianza y de toda honradez, que por un tanto por ciento bien bajo la administra, pone anuncios, la propaga, gira y cobra y me dará cuentas cada tres meses evitándonos un trabajo ímprobo, un sueldo crecido y un gran engorro. Dígame V. si aprueba mi conducta dirigida por la confianza que tengo en V. Para emprender en grande las lecciones como V. desea se necesitarán de veinte mil a treinta mil reales más. Si V. está decidido a llevar adelante la empresa dígamelo para tomar mis medidas. Si no quiere V. continuar yo le iré remitiendo lo que le toque de la venta del nuevo tomo y de los ejemplares que hay en mi poder de la Redención. Necesito saber su decisión por el correo para encargar papel. Si V. se decide a continuar publicaremos La Hermana de la Caridad, las lecciones, que unido a los discursos será una gran empresa de la cual podemos prometernos grandes rendimientos. Si V. viene aquí verá minuciosamente y con sus mismos ojos las cuentas. Si V. no viene de le mandarán todas las cuentas con la misma escrupulosidad. Ya sabe V. hasta donde llevo yo mi delicadeza en materias de intereses, delicadeza que solo es comparable a la de V. mi bueno y simpático amigo. En fin, espero que mañana sin falta tendré una respuesta de V., y en vista de ella procederemos como a V. mejor le plazca. Adiós, amigo mío, sabe V. que le quiere de veras su afmo.
Emilio
He pasado muy malos ratos pues creí que el fiscal no dejaba parar nuestra última obra.

1861-11-04. Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat

Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat enviándole un borrador de las cuentas. Acompaña una hoja manuscrita: “Resultado de los gastos e ingresos de “La Redención del Esclavo” en 4 de noviembre de 1861”.

TRANSCRIPCIÓN:
Hoy 4 de noviembre
Querido Jerónimo: adjunto va un borrador hecho deprisa de las cuentas. Se están poniendo en limpio por partidas. Pero ese borrador basta para que V. se entere. Me extraña su silencio. La colocación del tío Rafael está adelantada. V. puede disponer de su afmo. amigo que le quiere,
Emilio Castelar
Su tío de V. será colocado como mi primo Eleuterio en una sociedad de crédito por mi amigo D. Joaquín Maldonado. Ya avisaré.

1862-01-12. Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat

Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat contándole los problemas que está teniendo en conseguir una colocación para su tío Rafael. Comenta además que está haciendo una segunda edición de “La Hermana de la Caridad”, que la venta de los “Discursos” y la “Redención del esclavo” va muy bien y que con los beneficios que den emprenderá el tomo tercero de las “Lecciones”.

TRANSCRIPCIÓN:
Madrid 12 de enero de 1862
Querido Jerónimo: estoy seguro de que estará V. renegando de mí y con razón. Pero amigo mío, no puede V. imaginarse los contratiempos que he tenido en el asunto del Tío Rafael, tanto que el otro día de la pesadumbre que tomé después de almorzar me dio un cólico bilioso que creí que las liaba, y que me ha obligado a estar dos días en cama. Le encontré un destino, pero necesitaba saber escribir francés. No pudo ser. Me prometió otro González Bravo para una sociedad, y la sociedad no se ha fundado. Tenía otro medio arreglado en el Monte Pío, y oiga V. la relación de esta desgracia que de poco me cuesta una enfermedad. El destino del Monte Pío era de Eleuterio. A fin de dejarlo vacante me personé hace unos cuantos días en casa de O’Shea y le dije que colocara allí a mi primo que si no escribe traduce francés. Lo admite, y me escribe el sábado, diciéndome que vaya. No era hora de correo, y no pude escribirle diciendo que el Tío Rafael estaba colocado. Va Eleuterio, toma posesión aquella misma tarde en casa de O’Shea, y al día siguiente, quiebra. Acabado de almorzar recibo la noticia, me voy al Monte Pío y me dicen: como V. dijo que su recomendado tardaría algún tiempo en venir de Valencia, el destino de su primo lo hemos provisto por una recomendación del Duque de Rivas, y hasta febrero no habrá claro para su primo. Y hoy se encuentra Eleuterio en la calle. Al mismo tiempo hacía tres días que yo había impuesto por encargo de un amigo de provincias cuatro mil duros en casa de esos ladrones de O’Shea. En verdad, todo esto me alarmó en términos que al venir a casa creí que me moría. Tuve dos médicos dos horas a la cabecera de mi cama hasta que pude echar la bilis que tenía en el cuerpo. En fin, por eso no dejo de trabajar, a ver si consigo mi objeto. En cambio de las publicaciones puedo darle buenas noticias, muy buenas. Se han vendido más de mil ejemplares de los Discursos. He vendido unos cincuenta de la Redención. Estoy haciendo con los doce mil reales que V. me mandó una segunda edición de la Hermana de la Caridad. Y con el producto de estas dos obras emprenderé […] la publicación de las Lecciones, que no se han podido empezar antes por haber habido como V. habrá visto otra en el Ateneo. Creo que no tendrá V. necesidad de mandar más dinero pues con el que tenemos aquí, y con los productos de las obras habrá para todo. No olvide que se gastaron doce mil reales en los Discursos (3.000 ejemplares) y que ahora se gastarán otros doce mil en la Hermana de la Caridad que se está imprimiendo (3.000 ejemplares). Es un tomo que debía ser más grueso que los discursos pero se le pone letra mucho más pequeña. Tendrá salida. Además se han vendido cincuenta y un ejemplares de la Redención que descontados el giro y la comisión de que hay que sacar doce por ciento son 88 duros cuya parte de 44 de V. pongo en su fondo para emprender con todos los productos el tomo tercero de Lecciones. Entérese V. bien de todo, dígame con franqueza lo que piense y mande a este su amigo,
Emilio Castelar
Los amigos que tomaron ahí Redenciones no tomarán discursos.

1862-04-25. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, solicitándole interceda a favor de una pobre huérfana, que sus padres recogieron y criaron como propia.

TRANSCRIPCIÓN:

¡Qué buenos son mis amigos, de perseverar siéndolo, cuando de mi amistad solo le provienen molestias! Con pena, pero con confianza, remito a V. la adjunta apuntación de que pende toda la felicidad de una pobre huérfana, hija del amor de dos personas distinguidas, que mis padres recogieron y criaron como cosa propia, lo que explicará a V. mi interés casi fraternal por ella. Abogue V. por ella, seguro que hace una noble y caritativa obra, para V. no es menester más estímulo.
De V. su pesada pero mejor amiga,
Fernán
25 abril 1862

1862-06-02. Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat

Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat comentándole que lleva muy adelantada la impresión de las Lecciones y será una obra que se venderá bien, ya que están teniendo mucho éxito [se refiere a las Lecciones dadas en el Ateneo de Madrid].

TRANSCRIPCIÓN:
Madrid 2 de junio de 1862
Querido Jerónimo: Le escribo a V. en exámenes pues si no lo hiciera así, no tendría tiempo para hacerlo. Llevo muy adelantada la impresión de las Lecciones. Luego que las deje impresas y publicadas saldré para Valencia donde nos veremos. La venta será fácil y rápida. Así que se venda que será para el otoño, haremos cuentas, y le mandaré el rédito de su capital que será muy satisfactorio, quedándome así el capital para seguir nuestra empresa. De los productos de los Discursos y de algunos que ha comenzado a dar la Hermana de la Caridad he hecho este tomo que cuesta bastante dinero, aunque aún no se a cuánto ascenderá el importe. Pero a no dudarlo será la obra mía que de más resultados. No puede V. imaginarse qué mágico efecto han hecho las lecciones. Cada noche ha sido un triunfo. No tiro más ejemplares que los necesarios porque quiero hacer pronto una edición económica con los dos primeros tomos. Ya habrá V. sabido mi ruidoso triunfo en Zaragoza. El éxito fue inmenso. Esto me ha decidido a tomar la Licenciatura para el otoño y abrir mi bufete pues no se debe perder un manantial de productos. Si lo hago así V. entra por parte muy principal en mis cálculos. Nos veremos este verano sin falta alguna. Entonces hablaremos. Ya le diré a V. con alguna anticipación el día que salgo de Madrid. Escríbame V. pues hace tiempo que no tengo carta suya. Escríbame V. Ya sabe que le quiere muy de veras su amigo invariable
Emilio

1862-06-26. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, comentando la despedida a los duques de Montpensier con motivo de su viaje y lamentando una tontería que dijo por equivocación en la mesa de Sus Altezas. Le refiere también algunas noticias y finalmente dice ocuparse de un tomo de artículos religiosos que se está imprimiendo en Cádiz, cuyo comienzo será el informe sobre la reedificación de la capilla del Valme.

TRANSCRIPCIÓN:

Sevilla 26 junio 1862
¿Qué es esto?, dirá V. Es, amigo mío, un "Adiós" que con la prisa de la partida no pude decir a V.; es un "buen viaje" que llega cuando ya está finalizado; es: "V. deje mandado", que aún viene bien, pues siempre son constantes y sinceros mis deseos de servirle; es aún más, es una súplica de que cuando V. tenga más adelante un ratito perdido, lo emplee en darme noticias del viaje y cómo lo han soportado los caros seres que alejaba de las costas de España, ufano y orgulloso, el Isabel II. No he cesado de mirar la veleta que señalaba viento sur, favorable por cierto, pero que me temo haya agitado mucho la mar. ¡Cuánto habrá gozado S. M. la Reina Amalia en ver a sus hijos y a sus hermosísimos nietos! ¡Ay! ¡Cuán presente los tengo, cual los vi en la deliciosa tarde pasada en los jardines de S. Telmo! Aún están sobre mi mesa las flores que me dieron, y si las lágrimas de cariño que vierto sobre ellas fuesen rocío ¡por cierto que no se ajarían nunca! Veo al Infantito D. Fernando altamente disgustado con el despotismo fraternal que le quería impedir el remar, preparándose así a su largo viaje de mar. ¡Qué ángeles! Solo les faltan las alas para volar. Esto me recuerda que dije una tontería en la mesa de SS. AA. Eso no sería extraño, porque "digo" muchas, (si bien puede que no las "escriba"). Dije que había escrito a Mr. de Latour que no olvidase en los Elíseos con sus ninfas y Dioses paganos a S. Telmo con sus ángeles cristianos. Ahora bien, recuerdo que no es en los Elíseos, sino en las Thuilerías en que están las estatuas paganas a que aludo. Si V. hallase ocasión, aunque no es fácil que suceda por lo muy ocupada que estará allí la atención, así de SS. AA., como la de V., en cosas de más interés, desearía que deshiciese V. una equivocación que no ha sido mía, sino de una criada que recibió la noticia de la feliz llegada de nuestros queridos amigos los Sres. de Latour a St. Nizaire y al mismo tiempo la bondadosa y atenta pregunta de cómo seguía mi sobrina la Sra. de Cascajares. La criada quizás por solo el placer de pronunciar el nombre de SS. AA. RR. y darme a mí el placer de oírlo pronunciar, viendo la librea de la casa real, creyó la bondadosa pregunta descendida de tal alto origen, y después he caído en que sería una atención personal de Cajigas. ¡Pero anda con Dios! No creo que SS. AA. RR. puedan haberse ofendido de una equivocación que trajo su última, dulce y agradecida sonrisa sobre los labios de un puro y bello ángel pronto a aparecer ante su Dios. Dichas ambas cosas quedo tranquila, no quisiera por nada en este mundo quedar en falta de ningún género grave ni leve con las augustas personas que con más entusiasmo venero, con más simpatía admiro y con más ternura amo.
Por más que allí tenga V. todos los papeles del mundo, envío a V. esos trocitos de nuestros periódicos. Siento que hayan metido a López Conejero en pedir destino a la Reina. Creo que sería la intención benéfica de SS. AA. RR. que adelantase en su carrera y siguiese siendo un buen militar.
Mientras que la Isabel II, navío, surcaba los mares con sus tesoros, Isabel II, Reina, salía de su cuidado dando el ser a otra Princesa. Como en las familias reales las hembras no son tan bien recibidas como los varones, las campanas de la Catedral no estuvieron tan alegras como poco antes lo habían estado cuando dieron la bienvenida a S. A. Don Felipe.
No puedo dar a V. la más mínima noticia que sirva de grano de sal a esta insulsa carta. Me ocupo de un tomo de "artículos religiosos", exclusivamente, que se está imprimiendo en Cádiz. Empieza por mi "compte-rendu" de la reedificación de la capilla del Valme, en lo que espero que SS. AA. RR. no tendrán inconveniente; mis libros donde más se venden es en América y Alemania, y debe saberse allá toda esa admirable historia pasada y contemporánea, y en qué se ocupan estos Príncipes cuya enorme superioridad alarma tanto a dos gobiernos. El papel se acaba; póngame V. a los pies de SS. AA. RR. Beso las 12 blancas y preciosas manecitas que como un collar de perlas abrazan en este momento el noble cuello de la augusta madre de su Padre. Mil cariños a las Sras. de Vallejo y Robles y V. perdóneme con la indulgencia de caballero y de amigo. Lo es de V. de corazón,
Fernán

¿Piensa V. que SS. AA. RR. se ofenderían si les dedicase mi libro sin su consentimiento? Si fuese así suplico a V. que se los pida. [texto añadido al principio de la carta]

1862-08-05. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, en la que comenta y agradece las noticias que le envía sobre los duques y la Reina Amalia. Le relata a continuación noticias locales sobre diversas personas y le adjunta un recorte de prensa con una coplilla sobre la intervención francesa en México.

TRANSCRIPCIÓN

Sevilla 5 de agosto 62
No puedo ponderar a V., mi querido amigo, la inmensa satisfacción que me ha causado su muy grata. ¡Nada sabía de personas tan queridas, sino por los periódicos! Todo estaba mudo como San Telmo, cuyo silencio no es interrumpido sino por el claro timbre de su reloj, que cuenta tristemente a la palmera del patio las largas horas de ausencia. Pasado el primer momento de emoción melancólica, fue causándome la más viva satisfacción la lectura de su grata, principalmente por el buen estado de salud de S. M. la Reina Amalia, cuya fe es el fuerte báculo que le ha hecho resistir y no dejarse rendir por las penas; para quien cree, no hay muertes sino ausencias; para quien debe ceñir una corona en el Cielo ¿qué le importan las de la tierra? Y para quien siempre hizo el bien por deber y por instinto, le es fácil menospreciar la ingratitud.
¡Cuánto ha agradecido mi corazón que S. A. R. el Infante se acordase de mí en la tumba de un gran poeta! Todo cuanto dimana de S. A. R., tiene no sólo el sello de admirable bondad, sino el de exquisita delicadeza. Yo prefiero a la de todos los poetas la de Said, por estar en ese Edén llamado los jardines de San Telmo. Pero ¡cuánta gracia me ha hecho que nuestra Infanta, cediendo al ruego del Pachá, tomase entre sus labios una boquilla de pipa, que aunque fuese al través de una esmeralda le trajese el humo del tabaco! Ese es un bello triunfo del Pachá, que según V. me lo pinta no debe a sus ¨"seducciones" morales ni físicas sino al buen humor de esa Princesa, la más feliz, así como la mejor del mundo. Si viene aquí su Señoría no lo veré yo, que como V. sabe no salgo de mi rincón, sino para ir, cuando sus dueños egregios se dignan recibirme, a San Telmo. Se queja V. de no ver el sol ¡Ojalá pudiese meter en esta carta algunos de sus rayos que aquí tanto nos sobran y nos fatigan! Ustedes tienen el sol de la Exposición y otros soles; aquí tenemos el del cielo. Todo se compensa. No fue a V. a quien di mi carta para Mr. de Latour sino a Pepita Vallejo. Escribí a V. una carta que encargué se remitiese a Tomás para que la dirigiese, pero Tomás se ha detenido mucho en París con su familia, de manera que si llega V. a recibirla será tan vieja, que le aconsejo a V. de quemarla sin leerla. A Mr. de Latour escribí, no sé si habrá recibido mi carta. Castilleja, mi sobrino Juan y mi hermana Aurora fueron a ver a esos amables y queridos señores, pero no los encontraron, estaban en el campo. Suplico a V. que con mis más cariñosas expresiones se lo diga a Mr. de Latour y le dé el adjunto papelito sobre Trueba, que le será grato. Si el Edimburgh Review ha hablado de él y de mí, solo se lo debemos a nuestro bondadoso y parcial apologista. No puede V. pensar cuánto he celebrado que estén de vuelta los Príncipes de Orleáns. Aquel país no era digno de tener tales defensores, y si hubiese estallado (como se prevé) una guerra con Francia, habría sido un conflicto.
Mando a V. una coplilla que corre, sobre la derrota de los vocingleros mejicanos. Me pidieron para un periódico, en el día de la Virgen del Carmen, algo alusivo a ésta Señora y les envié el articulito que remito a V. Como no estaba aún decidida la traslación a S. Leonardo, no sé cómo dirigir esta carta, ¿pondré en el sobre Londres o bien Orleáns-House? No sé qué hacer, más vale poner el lugar de donde fecha V. su carta. Ya sabrá V. que murió el pobre Sevilla. El Sr. Cardenal, se muere como lo hacía todo, santa y lentamente. El nuevo Intendente del Real Patrimonio, no ha variado nada hasta ahora por aquí. Las Guillelmis buenas, así como las demás amigas, que devuelven a V. sus amistosos recuerdos. Pancha Castro está en Cádiz. Lolita, su hija, está perdida por Diego Benjumea. Si me atreviese pediría a V. un favor, y es que con tanto cariño me pusiese a los pies de S. M. la Reina y de nuestros amados Infantes como lo haría yo si tuviese la dicha de estar en su presencia, cariño que solo iguala mi respeto en sentido y profundo. Asimismo a los de los ángeles de San Telmo y de SS. AA. los Condes de París y de Eu. He escrito un pequeño Cuadro que trata de la guerra de África en que hay recogidas las aleluyas que decían los soldados, y entre ellas ésta:

Quién dice siempre : Adelante
El sobrino del Infante

Cuando se imprima se lo enviaré a V. Mis cariños a Mr. de Latour, a las señoras de Vallejo y de Robles y acuérdese V. de quien parte y reparte se queda con la mayor parte.

[En la primera página, al inicio de la carta, hay pegado un recorte de periódico con la coplilla a la que alude sobre la derrota de los mejicanos:]

“Mambrú se va a la guerra
No hace falta que Forey
Lleve sus tropas a Méjico
Si es que con quinientos zuavos
Se destruye allí un ejército”

[1862-09]. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, pidiéndole ruegue a los duques de Montpensier que recomienden al duque de Osuna para que tenga un rinconcito en su palacio. Menciona la visita de los Reyes a Sevilla.

TRANSCRIPCIÓN:

No se crea V. libre de mis asedios, ni aun en estos días para siempre memorables en los anales de Sevilla, y que quedarán profundamente grabados en los corazones de los sevillanos. Veinte mil manos aplaudiendo a los hijos de Fernando VII, para presenciar este entusiasmo tan simpático a mi corazón habría yo ido hasta… los toros.
Pero de todo esto hablaremos ¿no es verdad? Por hoy lo que deseaba decir a V. es que si no le parece demasiado atrevimiento, ruegue a alguno de "nuestros" amados Príncipes, SS. AA. RR. los Smos. Infantes Duques de Montpensier, que con media palabra de sus augustos y benéficos labios recomienden a Sr. Duque de Osuna, una petición que contenía una carta que le he escrito, pidiéndole un rinconcito en su palacio para un pobre anciano de 80 años que ha pasado toda su vida en él.
Interesar a SS.AA.RR. en una obra tan grande de caridad no es incomodarlos, pues no tienen sólo la generosidad de la caridad, tienen también su santa paciencia.
¿Sabe V. que vi a nuestros Reyes en el Alcázar, después del besamanos? ¡Qué dicha! ¡Ya nada terrestre me queda por desear!
No canso a V. "más", pero más lo quiero cada día, pues cada día tiene más motivo para apreciarlo y estarle agradecida su mejor amiga
Fernán

Tenorio me hizo el favor de entregar mi carta al Duque, pero me temo que ni aún la lea.

[1862]-09-27. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, en la que dice adjuntar una crónica de los festejos que se han hecho a la Reina en Andújar. Le ruega se interese por su sobrina Concha Castro, para que ella y su hija sean invitadas al próximo baile de los duques. Relata dos anécdotas de la visita de la Reina a Sevilla, donde se nombra a la marquesa de Malpica y al alcalde de Sevilla, García de Vinuesa.

TRANSCRIPCIÓN:

Mi querido y apreciado amigo:
He sido comisionada por un amigo de Andújar para que ofreciese a SS. AA. RR. la adjunta crónica de los festejos que se han hecho a su augusta hermana la Reina en Andujar, y a mi vez me tomo la libertad de traspasar a V. tan grato encargo, en ese Sanlúcar en que espero que gozarán algún más fresco que en esta Sevilla en que nos abrasamos. Por la descripción deben haber sido verdaderamente notables dichos festejos.
No se (y no extraño no saberlo) si recibió V. una esquela mía; ello es que recibí una notable y fina carta del Duque otorgándome mi petición por el pobre anciano ¡Gracias a Dios! ¡Qué de malos ratos paso yo, para que otros los pasen buenos! Y en corroboración de este aserto, voy en toda confianza y con el mayor sigilo a hacer a V. una pregunta, que espero que me contestará con toda franqueza. V. sabe que mi sobrina Concha Castro, tanto por su carácter encogido como por su estado de viuda, ha vivido siempre en un completo retiro; pero ya su hija Mercedes es grande y desea, como las demás jóvenes, disfrutar del mundo. Desde el regreso de SS. AA. RR. no ha tenido, como V. conoce, oportunidad para rogar a SS. AA. RR. que se dignasen concederle una audiencia y le honrasen con ella de la entrada en ese palacio que las Hadas disputan a San Telmo. Veo su pesar y el desconsuelo de su hija al ver que se acerca el baile que allí se ha de dar, que tiene trastornadas, no solo las cabezas de 15 años, sino las de maduros sesos. Me da lástima pues compadezco todas clases de pesares. Y me dirijo a V. para que me indique si habría algún medio por donde pudiese pedir una audiencia, aunque no fuese concedida sino en un plazo lejano, pero que diese ya pábulo a que SS. AA. RR. se dignasen convidarla a su baile. V. como "amateur" de muchachas bonitas, como amigo de los Castros, y como mi buen, mi amable y constante favorecedor podría cual no otro interesarse en este asunto tan importante para todos, pero de "vida o muerte" para una pollita que aun no sabe llorar sino bailar.
En cambio voy a contar a V. en confianza una anécdota que le hará reir. Ayer tarde estuvieron aquí las finas y excelentes Olaetas, mis íntimas amigas (cuyas preciosas sobrinas están temiendo y muertas con la idea que no serán convidadas al baile porque su madre, la Condesa de Ubaredes, estando baldada, nunca pudo tener la honra de presentarse en palacio para demostrar su respeto y adhesión a SS. AA. RR.), yo les he dicho que apostaba que las sobrinas de las excelentes tías, que tanto apreciaba S. A. R. la Infanta, y del héroe de Trafalgar, que tanto estimaba S.A.R. el Infante, no serían olvidadas por SS. AA. RR. que "todo" lo tienen presente y en particular todo lo bueno, noble, y distinguido. Pero vamos a mi anécdota: su criada, una buena pero tosca lugareña, estaba desatinada por ir a ver a la Reina. Se le logró su deseo, y cuando volvió le preguntaron: vamos, ¿qué te ha parecido?, a lo que contestó: La Reina hermosísima, pero Isabel II muy fea. ¡Mujer! ¿qué estás diciendo? Que la Reina que iba delante con su corona es moza y hermosa; pero que Isabel 2ª que iba detrás con su pelo blanco es vieja y fea. Siento que esta excelente anécdota recaiga sobre una persona de tanto mérito, La Malpica, y que por cierto no es sino muy bien parecida, porque así no se puede contar sino al oído. Corre otra anécdota que ha entusiasmado. Dícese que cuando estaba en la Giralda gozaba en mirar su Alcázar y decir que eran chicos los jardines, y que los iba a agrandar con la huerta. El pobre Vinuesa, con su acostumbrada falta de tino, escogió ese momento para pedirle que le concediese un pedazo para su inútil proyecto de agrandar el terreno de la feria. La Reina hizo un gesto de disgusto y contrariedad que hubiese bastado, no solo a un palaciego, sino a quien tuviese la menor delicadeza, para no insistir. Pero al Alcalde cursi no le bastó esa negativa e insistió diciendo, por último, que S.A.R. la Infanta decía que debía hacerlo y que la Reina, que es muy viva, contestó: que te dé la mitad de San Telmo. No bien había bajado de la Giralda, cuando volviéndose al alcalde le dijo: ya que lo desea Sevilla, concedo lo que me pides, y no bien entró en palacio cuando fue a buscar a la Infanta exclamando: hermanita, hermanita perdóname, que me impacienté y dije esto que no debí decir, que la Infanta se echó a reír y le contestó que ella no había dicho semejante cosa y que la abrazaron con el mayor cariño. Las gentes cultas están indignadas con Vinuesa, tan torpe y tan "gauche". Pero el lance es magnífico.

[sigue el texto en la parte superior de la primera página de la carta, antes del encabezamiento]:

En los días que ha estado aquí S. M. yo nada he visto de las soberbias y regias fiestas. Desde la mañana a la noche no he oído más que penas, lástimas y peticiones para que Tenorio las hiciese llegar a S. M. ¡Qué días para mí tan tristes, cansados y angustiosos! Aun tengo la cabeza trastornada, perdone V. mi descompuesta carta
Fernán

Sé que ha recibido V. un precioso regalo
27 septiembre

1862-10-02. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, agradeciéndole el obsequio de una pluma y pidiéndole el favor de que los duques reciban a unos parientes suyos. Le comenta noticias de algunas personas y finalmente en posdata su encuentro con Germond de Lavigne.

TRANSCRIPCIÓN:

¡No concibo, amable y querido amigo cómo ha tenido la idea de obsequiarme con la preciosa pluma que me ha traído! Encontraría mucho más natural que procurase V. el exterminio de las que me sirven para molestarlo con tanta frecuencia e imprudencia.
Empezaré por decirle que me apresuré en enviar a las de Ubaredes su preciosa esquela que tanto debía lisonjearlas, sobre todo siendo sus elogios hechos, digamos así, a sus espaldas. Soy un reloj de repetición si lo que repito puede ser agradable al que lo oye, y hacer favor al que lo ha dicho.
Pero ahora me encuentro con una carta de mi suegra que me dice que vienen a ésta su sobrina, prima hermana de mi difunto marido, estos es, los Atienzas de Ronda, con su hijo y ambas hermosas y finas hijas. Tanto D. Antonio como su hijo, son maestrantes de aquella Maestranza. Ya graduará el ansia de estas lindas jóvenes por asistir a una fiesta regia, como es difícil que se presente otra. Acuden a mí, y aseguro a V. que entre el ansia por complacerlas, y mi pesar de abusar de su complacencia para suplicarle que impetre de la bondad de SS. AA. RR. el que se dignen hacer felices a estas preciosas niñas y honrar a sus excelentes y distinguidos padres, estoy con una calentura moral que me quita todo sosiego. Acudo a V., por más que reconozca que nada es más horrible y nada más "cursi" que el abuso, para pedirle ante todo que no haga sino lo que le parezca conveniente, pues nadie mejor que V. podrá graduarlo, y si hay otros empeños, naturales, pero impertinentes como lo es el mío, dé mi esquela por no recibida. Todo tiene su compensación en este mundo, y la dicha de gozar de las bondades de SS. AA. RR. atrae este y otra clase de compromisos de que no se puede uno evadir, esto lo sabe V. mejor que yo.
Para disipar un poco el aburrimiento que le causará mi carta, le contaré una gracia de Rosario Motilla. La pregunta general, que creo dictada por la envidia, ha sido en estos días la de "por qué" regaló la Reina una pulsera a cierta señora. “Toma, contestó la de Águila, porque su marido "derramó su sangre" en el Puente de Triana”. Efectivamente, al principio de la organización de la iluminación del puente parece que le dio allí un vómito de sangre. Tenorio me dejó unos botones para entregar a Domínguez de parte de la Reina y hoy ha de venir por ellos. ¡¡Malicias de la suerte y de la casualidad, constituir a Fernán en presentador de premios reales de habilidades tauromáquicas!! Creo que si S. M. me viera frente a frente con el torero, conteniendo a duras penas un sermoncito sobre lo horrible de la diversión expuesta y sangrienta a que debe sus triunfos y puede deba algún día una muerte atroz, se había ciertamente hacer reir.
¡Qué pesada soy! Por no serlo más, no le pido mil y mil perdones, ni le repito cien veces lo que V. sabe, y es que soy su mejor y agradecida amiga

Fernán

Ayer estuvo aquí Mr. Germond de Lavigne, viene inducido y recomendado por Concha para escribir a tres periódicos de París cartas sobre el viaje de la Reina. Ojalá le haya hecho impresión cuanto fuego brotó de mi corazón como de un Vesubio y todo cuanto le conté de SS. MM. y de SS. AA. RR. de San Telmo, etc., etc., etc. Dios quiera que SS. AA. RR. no dejen de convidarlo para que vea a nuestro querido, espléndido y noble San Telmo en todo su "beau", es decir en todo su "brillo", que su "beau" moral consiste, es de otro género.
Hoy 2 octubre 1862

[1862]-10-02. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, agradeciéndole la atención hacia sus parientes. En posdata se refiere a una entrevista en la Fonda de París, de la que le dará cuenta.

TRANSCRIPCIÓN:

Nada viene de ese palacio admirable, ni nada pasa por conducto de V. que no sea dulce, honroso y benévolo.
Aquí está mi sobrina, que ha oído el párrafo de su esquela que le concierne con toda la alegría y gratitud que merece.
Su madre no ha venido.
Su padre es D. Antonio Atienza
Su hijo del mismo nombre
Sus dos hijas Ángeles y Ramona
Gracias, gracias, póngalas V. a los pies de SS. AA. RR. y recíbalas V. al salir de mi corazón en el suyo,
Fernán

Fonda de París, Plaza de la Madalena. No me incomoda, me honra en extremo, aunque sea por carambola, de ser un conducto de los beneficios honrosos de S. M. Daré a V. cuenta de nuestra entrevista.
2 octubre

1862-11-15. Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat

Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat acerca de la edición de las “Lecciones”, que están a punto de salir.

TRANSCRIPCIÓN:
Madrid 15 de noviembre de 1862
Querido Jerónimo: no sé dónde para V. Le escribo a Valencia. Hoy consigo los últimos pliegos de las lecciones. Dentro de dos o tres días le mandaré prospectos. Ya le diré cuándo me ha de girar por los intereses de su dinero, por los primeros rendimientos de las Lecciones. Espero la apertura de las Cortes para poner mano en el asunto de V. con toda actividad. Escríbame pues ya sabe cuánto le quiere su invariable
Emilio

1862-12-07. Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat

Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat comunicándole que ya está concluida la impresión de las “Lecciones”.

TRANSCRIPCIÓN:
Hoy domingo 7 de diciembre de 1862
Querido Jerónimo: Las lecciones concluidas. Se están encuadernando y saldrán en la próxima semana. Adjunto un prospecto. No dejo de la mano el asunto y haré lo más útil para V. Tenga un poco de paciencia. Ya le diré cuándo ha de girar contra mí por los intereses de su capital. Será pronto pues ya comprendo que le hará falta el dinero. Estoy muy de prisa. Le quiere mucho muchísimo su invariable,
Emilio

1862-12-23. Carta de Antonio del Val (en nombre de Emilio Castelar) a Jerónimo Amat

Carta de Antonio del Val [secretario de Emilio Castelar] a Jerónimo Amat remitiéndole una letra de 4.000 reales por encargo de Emilio Castelar.

TRANSCRIPCIÓN:
Sr. D. Jerónimo Amat
Madrid 23 de diciembre de 1862
Mi apreciable amigo: Las muchas ocupaciones de que Emilio se ve rodeado le privan hoy del placer de escribir a V., y me encarga que remita a V. la letra que es adjunta de Rvon. 4.000 y que al mismo tiempo le diga que uno de estos días de fiesta, libre ya de los quehaceres que hoy le roban el tiempo para todo, escribirá a V. extensamente.
Haga V. el favor de hacernos saber el recibo de ésta con la letra dicha y disponga como guste de su affmo. amigo s.s.q.b.s.m.
Antonio del Val

1862-12-23. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, rogándole interceda ante el Infante para que encargue algún trabajo al pintor Antonio Lara, que se encuentra en situación de extrema necesidad.

TRANSCRIPCIÓN:

Mi querido amigo:
¡Dios me reciba y cuente por un grande "merecido" (como califica el pueblo los sacrificios que se hacen con un buen fin) esta carta que le dirijo! Al caso, y el mal camino andarlo pronto. El pobre pintor Antonio Lara ha estado por un mes gravemente enfermo, su mujer está para parir. En esta situación, pálido y vacilante, apremiado por el dueño de su casa y por el del almacén de comestibles, se presentó en mi casa para suplicarme que rogase a los Ángeles tutelares de los pobres de Sevilla, con especialidad al de los artistas necesitados, el Smo. Infante, que otras veces le ha ocupado, pues como copista es seguramente el mejor de Sevilla, que se dignase encargarle algún trabajo.
Sus Altezas Reales están comprando las litografías de los cuadros de Murillo que él ha iluminado al óleo, y el fotógrafo le paga a él una gran bicoca! La pintura en este país es una triste carrera; no obstante en ella, como en todas, hay quien la sigue con suerte y quien la sigue con perenne desgracia, y Lara es uno de éstos, a pesar de su mérito como artista y de su honradez y virtud como hombre. Por Dios, mi querido amigo, que no sepan SS. AA. RR. que soy yo la que he escrito a V. sobre este asunto; si bien llega el valor que tengo hasta hacer el sacrificio de hacerme una cansada solicitadora con V., no llega hasta tener el atrevimiento de serlo con SS. AA. RR. Si ve V. que no tiene el Smo. Infante trabajo alguno que darle, póngame V. dos letras para que se las pueda enseñar y convencerlo que he hecho lo que le prometí, rogar a V. de que explorase si su deseo podía tener éxito. Estas dichosas y hermosas Pascuas me arruinan, y no es eso lo peor, sino que no queriendo rehusar en ellas las súplicas de los desgraciados, me obligan a abusar de la bondad de mis queridos amigos, molestándolos con cartas tan cansadas e impertinentes como lo es ésta.
Suplico a V. que con mis respetos dé a S. A. R. el Conde de Eu, si se digna aceptarla, la bienvenida al país que lo cuenta con orgullo entre sus glorias de África.
¡Perdóneme V., Velarde! Por Dios perdóneme V., y no añada V. a la amargura con que escribo estos renglones, otra más con incomodarse, para lo cual tenía V. sobrado pábulo y pleno derecho.
De V. su más sincera amiga, q. s. m b.

[Fernán Caballero]
23 Dbre. 62

[la carta está recortada en la parte inferior derecha, justo donde estaría la firma]

1862-12-26. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, comunicándole que lamenta no estar mañana en su casa, por si acaso pensaba acudir a verla.

TRANSCRIPCIÓN:

Mi querido y amable amigo:
Me parece que me dijo V. que puede que volviese mañana a verme, y como no me consolaría de que no me hallase le advierto que comeré mañana en casa de Pancha, de manera que desde las tres y media no estaré en casa, habiendo dado mi palabra de acceder a sus ruegos, por mucho que me cuesta salir de mi rincón, pesar que se aumenta ahora, en que tenía la esperanza de haber visto a V. en él.
Su más sincera amiga
Fernán
26 Dbre. 62

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