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1931-04-19. Artículo sobre Fernando de los Ríos. El Liberal (Madrid)

"Recuerdos de juventud: Fernando de los Ríos". Artículo de Edmundo González-Blanco, que conoció en su juventud al recién nombrado ministro de Justicia. Con fotografía.
Publicado en "El Liberal" (Madrid), 19 de abril de 1931, pág. 2.
[Fernando de los Ríos es ateneísta y será elegido presidente del Ateneo de Madrid en 1934 y 1936].

1931-05-02. Conferencia de León de las Casas. El Liberal (Madrid)

"El error judicial de Cuenca y el error político de Madrid". Extracto de la conferencia que con este título dió ayer en el Ateneo D. León de las Casas, abogado defensor de una víctima del error judicial del crimen de Cuenca. Pide que se haga justicia con los dos aldeanos de Cuenca que fueron acusados injustamente del crimen.
Publicado en "El Liberal" (Madrid), 2 de mayo de 1931, pág. 4.

1931-05-13. Junta general de socios. El Liberal (Madrid)

Reseña de la Junta general extraordinaria convocada para discutir una proposición firmada por los señores Roces y Giménez Siles (probable errata en el texto, donde aparece como Jiménez Solís), en la que se pedía que el Gobierno provisional de la República se constituyera en dictadura revolucionaria y otras medidas radicales. La proposición fue defendida por el Sr. Roces y criticada por Manuel Azaña, presidente del Ateneo; puesta a votación, fue rechazada por mayoría.
Publicado en "El Liberal" (Madrid), 13 de mayo de 1931, pág. 4.

1931-05-14. Fotografía de la Junta general del Ateneo. Ahora (Madrid)

Fotografía: "La Junta general del Ateneo, reunida en la noche del martes, bajo la presidencia del ministro de la Guerra, para tratar del momento político actual". Se refiere a la Junta del día 12 de abril, presidida por Manuel Azaña, presidente del Ateneo.
Publicado en "Ahora" (Madrid), 14 de mayo de 1931, pág. 2.

1931-05-14. La Junta general del Ateneo aprueba una proposición al Gobierno. Ahora (Madrid)

"El Ateneo aprueba por aclamación una importante proposición que será elevada al Gobierno de la República". La Junta general de socios aprueba una proposición suscrita por varias firmas y encabezada por Clara Campoamor. Se resumen los apartados de la propuesta, formada por diversas mediadas radicales que se discutieron y aprobaron por aclamación.
Publicado en "Ahora" (Madrid), 14 de mayo de 1931, pág. 3.

1931-05-15. Conferencia de Rafael Campaláns. Ahora (Madrid)

"Una conferencia interesante: Cataluña, al servicio de la República". Reseña de la conferencia del profesor Rafael Campaláns sobre Cataluña y la República, primera de una serie organizada por la Casa de Cataluña de Madrid. Preside el acto Eduardo Ortega y Gasset, gobernador civil de Madrid.
Publicado en "Ahora" (Madrid), 15 de mayo de 1931, pág. 5.

1862-01-12. Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat

Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat contándole los problemas que está teniendo en conseguir una colocación para su tío Rafael. Comenta además que está haciendo una segunda edición de “La Hermana de la Caridad”, que la venta de los “Discursos” y la “Redención del esclavo” va muy bien y que con los beneficios que den emprenderá el tomo tercero de las “Lecciones”.

TRANSCRIPCIÓN:
Madrid 12 de enero de 1862
Querido Jerónimo: estoy seguro de que estará V. renegando de mí y con razón. Pero amigo mío, no puede V. imaginarse los contratiempos que he tenido en el asunto del Tío Rafael, tanto que el otro día de la pesadumbre que tomé después de almorzar me dio un cólico bilioso que creí que las liaba, y que me ha obligado a estar dos días en cama. Le encontré un destino, pero necesitaba saber escribir francés. No pudo ser. Me prometió otro González Bravo para una sociedad, y la sociedad no se ha fundado. Tenía otro medio arreglado en el Monte Pío, y oiga V. la relación de esta desgracia que de poco me cuesta una enfermedad. El destino del Monte Pío era de Eleuterio. A fin de dejarlo vacante me personé hace unos cuantos días en casa de O’Shea y le dije que colocara allí a mi primo que si no escribe traduce francés. Lo admite, y me escribe el sábado, diciéndome que vaya. No era hora de correo, y no pude escribirle diciendo que el Tío Rafael estaba colocado. Va Eleuterio, toma posesión aquella misma tarde en casa de O’Shea, y al día siguiente, quiebra. Acabado de almorzar recibo la noticia, me voy al Monte Pío y me dicen: como V. dijo que su recomendado tardaría algún tiempo en venir de Valencia, el destino de su primo lo hemos provisto por una recomendación del Duque de Rivas, y hasta febrero no habrá claro para su primo. Y hoy se encuentra Eleuterio en la calle. Al mismo tiempo hacía tres días que yo había impuesto por encargo de un amigo de provincias cuatro mil duros en casa de esos ladrones de O’Shea. En verdad, todo esto me alarmó en términos que al venir a casa creí que me moría. Tuve dos médicos dos horas a la cabecera de mi cama hasta que pude echar la bilis que tenía en el cuerpo. En fin, por eso no dejo de trabajar, a ver si consigo mi objeto. En cambio de las publicaciones puedo darle buenas noticias, muy buenas. Se han vendido más de mil ejemplares de los Discursos. He vendido unos cincuenta de la Redención. Estoy haciendo con los doce mil reales que V. me mandó una segunda edición de la Hermana de la Caridad. Y con el producto de estas dos obras emprenderé […] la publicación de las Lecciones, que no se han podido empezar antes por haber habido como V. habrá visto otra en el Ateneo. Creo que no tendrá V. necesidad de mandar más dinero pues con el que tenemos aquí, y con los productos de las obras habrá para todo. No olvide que se gastaron doce mil reales en los Discursos (3.000 ejemplares) y que ahora se gastarán otros doce mil en la Hermana de la Caridad que se está imprimiendo (3.000 ejemplares). Es un tomo que debía ser más grueso que los discursos pero se le pone letra mucho más pequeña. Tendrá salida. Además se han vendido cincuenta y un ejemplares de la Redención que descontados el giro y la comisión de que hay que sacar doce por ciento son 88 duros cuya parte de 44 de V. pongo en su fondo para emprender con todos los productos el tomo tercero de Lecciones. Entérese V. bien de todo, dígame con franqueza lo que piense y mande a este su amigo,
Emilio Castelar
Los amigos que tomaron ahí Redenciones no tomarán discursos.

1863-10-11. Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat

Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat comentándole que ha concluido el libro y en seguida emprenderá la segunda parte de la “Redención”. Le dice que la abstención de votar en que se ha convenido le ha privado de ir a las Cortes, como se ve por el escrito que le adjunta.
Acompaña 1 hoja impresa: “A los electores de Cartagena”, Cartagena 6 de octubre de 1863, Imp. de Montells.

TRANSCRIPCIÓN:
11 octubre 63 [a lápiz]
Querido Jerónimo: Llegué a Madrid. Tengo el libro concluido y pronto a pasar a manos del fiscal. La abstención de votar en que hemos convenido me ha privado de ir a las Cortes donde tenía esperanza y aun seguridad de sentarme. Ya lo verás por el adjunto escrito. Otra vez será. Ya te escribiré el día en que has de girar contra mí por los intereses de este año. En seguida emprendo la segunda parte de la Redención. Pronto podrás girar. Solo siento no haber salido diputado por causa de lo que te tengo prometido. Sin embargo, vendrá a las Cortes una persona que es como yo mismo y veremos lo que es posible hacer. Escríbeme pues hace mucho tiempo que nada sé de ti. Ya sabes cuánto te quiere tu amigo invariable
Emilio

1865-02-02. Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat

Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat comunicando que le enviará sus intereses y solicitándole datos de un niño para el que éste le ha pedido una recomendación.

TRANSCRIPCIÓN:
Madrid 2 de Febrero de 1865
Querido Jerónimo: mañana o pasado terminarán las cuentas del año último y te mandaré tus intereses. Dispensa que no lo haya hecho antes a causa de las muchas ocupaciones que trae amigo esta maldita vida. Dime si el niño de […] tiene buena letra, si puede entrar en una oficina y procuraremos lo posible para que se costee la carrera. Mejorar la pensión es difícil, la entrada en un colegio […] quizá también. Dime qué aficiones tiene el niño, a qué se inclina y yo te prometo que en pocos años puede seguir una de estas carreras facultativas como ayudante de caminos, ingeniero industrial, el bachillerato en ciencias o en artes para ser catedrático, que le proporcionen más independencia y más seguridad que la carrera militar. Contéstame sobre estos puntos, y dispón como gustes de tu amigo afmo. que te quiere,

Emilio

1868-11-16. Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat

Carta de Emilio Castelar a Jerónimo Amat. Acusa recibo de su cariñosa felicitación y le dice que ya le hablará de otros extremos en cuanto arregle varios asuntos y reclame lo que el gobierno anterior le robó.

TRANSCRIPCIÓN:
Sr. D. Jerónimo Amat
Madrid 16 de Noviembre 68
Mi querido Jerónimo: He leído tu carta con singular placer y te doy muchas, muchísimas gracias por tu cariñosa felicitación que es una de las que más aprecio por ser de uno de mis más queridos amigos.
Siento en el alma el mal estado de salud de tu hijo, y deseo con todas las venas de mi corazón que le veas perfectamente bueno.
Concha me encarga te de mis afectuosos recuerdos.
Adiós. Tu amigo que te quiere con la mayor sinceridad.
Emilio Castelar
En seguida que arregle varios asuntos y reclame lo que el gobierno anterior me robó, que fueron más de treinta o cuarenta mil duros, te hablará de otros extremos tu invariable
Emilio

1870-01-26. Carta de Jerónimo Amat a Emilio Castelar

Minuta de carta de Jerónimo Amat a Emilio Castelar manifestando su deseo de arreglar el negocio de ambos, ya que a Castelar le van mejor las cosas y él necesita mantener a sus hijos.
[Parece que el borrador se escribió en septiembre de 1869 y posteriormente fue corregido y fechado en 26 de enero de 1870].

TRANSCRIPCIÓN:
Carta a E. C. en 26 enero 70
Querido Emilio: La convicción en que me hallo de que conoces bien la sinceridad de mi carácter, y la seguridad que tengo de que no puedes dudar del cariño y amistad que te profeso, me inducen a hablarte en los términos que voy a hacerlo.
Sabes que en los 10 años transcurridos desde que se reanudaron nuestras relaciones, ni una sola palabra te he hablado de nuestro asunto, y menos aun en los dos años y meses en que las circunstancias te obligaron a permanecer en el extranjero, y en algo más de un año que regresaste. Si las circunstancias hubieran continuado siéndote desfavorables, y yo hubiera permanecido soltero, ni una palabra te diría, porque bastaba para ello ser cosa de mi pobre hermano Rafael; pero hoy, que, aunque quizás equivocadamente, creo que aquellas te son más propicias que nunca, y que yo tengo ya tres hijos, no creo extrañes te diga, que si buenamente te fuera fácil, y has percibido lo que en tu última carta de 16 de noviembre 68 me decías habías de reclamar, apreciaría si te fuese posible que arreglásemos nuestro negocio, dejando desde ahora, y como siempre, completamente en tus manos cuanto deba hacerse.
Ya ves, Emilio, con cuánta franqueza y confianza te hablo, y con la misma espero me digas tu parecer. Soy padre, y como tal, debo procurar por mis hijos; pero a pesar de ello, callaré antes que contribuir a causarte la menor extorsión. Esto más que nada te convencerá de cuál es mi propósito.
[El final de la carta, fechado en septiembre de 1869, está tachado y sustituido por el siguiente:]
Aquí me tienes pasando mi vida trabajando y atendiendo al cuidado de mi hija, cuyo estado es cada día más deplorable. Los demás siguen bien.
Celebraré que con Concha no tengas novedad. Mis cariñosos afectos a ésta y tu sabes te quiere siempre y de corazón tu affmo. amigo
Jerónimo
Valencia y enero 26/70

1859-12-24. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, alabándole por su heroica participación en la guerra de África y por el cargo de tener bajo su custodia al joven Príncipe de la casa de Orleans. Expone sus opiniones sobre la guerra y termina transcribiendo unas coplas populares sobre los acontecimientos.

TRANSCRIPCIÓN:

24 diciembre 59
¡Cómo expresar a V., mi joven amigo, el placer tan sentido que me causó su carta! Me lo habría causado grande la del último ranchero de ese ejército gloria y prez de la España, en el que cada soldado es un héroe y cada oficial un Cid, cuánto pues, no me lo causaría la de V., que renunciando a los dorados salones y todas las regias dulzuras de la vida, pide como un favor participar a los atroces peligros, a la vida espantosa que proporciona esa guerra con fieras en un país salvaje! ¡Pero amigo mío! aquí todo es providencial, y cuando la Francia bajamente nos abandona, y cuando la Inglaterra vilmente nos combate, favoreciendo a la barbarie en nuestros contrarios, Dios infunde su espíritu en la nación entera, y bendecidos por su Reina y por los Príncipes de la Iglesia, animados por las entusiastas simpatías, marcha este ejército, pasa la mar, desprecia los rigores de la estación, los males, las privaciones, y vence a cuádruples fuerzas. Doy a V. la enhorabuena no solo de pertenecer a este admirable ejército, sino por haber merecido entre héroes una tan gloriosa distinción. No lo es menos la que el Señor Infante y el virtuoso, noble y digno Duque de Nemours hacen de V. poniendo a su cuidado ese Príncipe de la casa de Orleans. En enviarlo a esta guerra, en ponerlo bajo la custodia de V. han andado tan atinados como en todo, y como siempre. Creo al Conde de Luchana bastante noble y caballero para que dé a ambas cosas todo el valor que tienen. Bajaría el gran caudillo de esta grande y heroica guerra de su altura, si por poco que se lo merezca no condecorase con un grado o cruz a ese joven Príncipe, que al dejar los juegos de la infancia, sin necesidad, sin el patriotismo español, viene a exponer su vida por varios conceptos entre estos españoles tan sufridos, tan insensibles a toda clase de privaciones y penalidades. El cargo no debe apurar a V., todo consistirá en que diga a este joven Príncipe, al revés del consabido predicador: "haz lo que yo hiciere".
¿Qué encanto tiene para ustedes esa horrorosa cafrería? Todos están ustedes alegres y contentos ¿pero qué lo extraño? Ese es el premio que tiene el que, como dice el himno de los cazadores de Simancas, pelea: por su Dios, "por su Reina, por su patria"; esta alegría la tienen los que ven todas las manos unidas para aplaudirlos, todos los labios moverse para bendecirlos, todos los corazones alzarse a Dios para rogar por ellos. Los heridos fueron recibidos aquí en triunfo; están acariciados y mimados; ninguno muere y todos alegres aclaman por su pronta curación, no para irse a restablecer a sus casas, sino para volver a África; el triunfo embriaga y ustedes no han hecho más que triunfar. Antes estaba contra la guerra, ahora me entusiasma porque ha regenerado a la nación, y si yo fuese la Reina daría por nombre a ese ejército de África "el invencible". ¡Viva España! ¡Viva nuestro ejército! ¡Vivan sus brillantes oficiales! ¡Viva ese intrépido caudillo O'Donnell!
Envío a V. algunos pedacitos de periódicos que podrán interesarle, pues demuestran el entusiasmo general. Pero sepa V. y sepa el general en jefe, que no les permito ir, sino hasta Tetuán. Ahí se les dice al morito: "¡ahí tienes una, vuelve a por otra!" Y entonces se regresa a la patria que aguarda con los brazos abiertos, trayendo nuestro pabellón alzado por cima de todos y tanta gloria como pueden dar la bizarría, la constancia, la pericia y el denuedo. Siempre estoy mirando al cielo, y las nubes me asustan más que las gumías, pues nos han enseñado ustedes a no temerlas.
He tenido carta del ángel de San Telmo, ¡¡y nada menos que para darme un encargo!!... muy secreto… muy delicado… ya V. ha adivinado que es una obra de caridad. Las obras de caridad de esa santa Princesa son como los triunfos de ustedes, no tienen término. Mr. de Latour llegó por fin a Madrid. Aquí no hay nada de nuevo. Se vive completamente con el pensamiento en África. Los ciegos hacen su agosto; cada parte telegráfico que anuncian es comprado con avidez hasta por los más pobres. Todo se vuelve alegría, no he conocido guerra más alegre. Podría contar a V. mil anécdotas, pero ni alcanza el papel ni quiero fastidiarlo. Si, gracias a Dios, he sabido de V. por las cartas de Manuel, ese mi querido y predilecto sobrino, al que suplico a V. diga mil cosas, aunque el ingrato no me ha escrito un renglón. ¿Están ustedes tostados y barbudos? Mejor, así tendrán ustedes cara feroz para el enemigo, en lugar de tenerla bella y simpática, como naturalmente y siempre la tienen. Los que no han ido a África están mustios, por más que lo disimulan. Que tuviese tanto atractivo El Serrallo, lleno de lujo y bellas sultanas, lo comprendería, pero vacío, escueto, ¡y con esos horribles, sucios, bárbaros feroces y esforzados moros! No lo comprendo.
Aquí se canta por las calles:
De qué le sirve al moro
Sus mil caballos
Si le ha tomado Echagüe
Hasta el Serrallo
De qué le sirve al moro
Tener cañones
Si su plaza de Tánger
La toma O'Donnell
Se acabó el papel, pero nunca la gratitud que me ha inspirado su carta ni la sincera amistad de su más amiga,

Fernán Caballero

1860-08-07. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, solicitándole transmita su agradecimiento a sus altezas reales por el obsequio que le han hecho de un álbum donde aparecen todos los miembros de la familia real, y en el que ella quiere colocar también el retrato de A. de Latour. Alaba una obra de Latour que acaba de leer y hace un comentario sobre las traducciones de sus obras por Latour y el barón Wolf. Comenta que ha escrito "Vulgaridad y nobleza" y tal vez se lo envíe a la Avellaneda para un periódico que redacta en La Habana.

TRANSCRIPCIÓN:

7 agosto 1860
Muy Señor mío y amigo
Ha de saber V. que recuerdo con íntimo placer aquella noche en la que, a pesar de su excesiva modestia, me refirió con justo orgullo y natural enternecimiento la digna y fina muestra de aprecio que había recibido de S.M. la Reina Amalia y de su A.R. el Duque de Nemours. En justa retribución de su confianza y del gran placer que con ella me hizo experimentar, debo participarle con los mismos sentimientos que V. lo hizo, pero más exaltados, por merecer harto menos que V. tal distinción, le diré cómo SS. AA. RR. me han honrado con mandarme un hermosísimo libro en cuyas hojas vienen colocados por su orden los individuos de esta nuestra querida y venerada Real familia, empezando por la santa Reina Amalia y acabando por el niño que se estrenó en heroísmo al lado de ustedes nuestros héroes. V. que me conoce podrá graduar lo que sentiría mi corazón al recibir este testimonio de una benevolencia tan llena de corazón, de nobleza y de finura. He escrito inmediatamente a SS. AA. para darles gracias; pero he reñido con mi pluma, y la he tirado porque no ha sabido hacerlo a mi satisfacción. El respeto, el temor de abusar, son dos pedales que no se pueden quitar al instrumento que suena en su Real presencia, ¡pero que apagan mucho sus sonidos! Desearía que si hallase V. ocasión se los dijese así, y que esas frías cartas no pintan mi gratitud como es, por tan insigne favor y por su poderosa intercesión en el asunto de mi sobrino, ni por asomo. S.S.A.A.R.R. quieren que haya en la solitaria, fría y triste Laponia que es mi vida auroras boreales, esto es, días color de rosa entre tantos negros. Es una de sus muchas obras de caridad en grande escala y alta esfera que ellos meditan y ejecutan por la divina inspiración de sus corazones. Digo a S.A.R. el Smo. Sr. Infante el empeño de Conrado que desea mucho que le honre con un retrato del Húsar que tanto honró su regimiento. Yo desearía colocar en el álbum el retrato de mi querido amigo Mr. De Latour poniendo debajo estas palabras: "el sabio ayo, el fiel servidor, el consagrado y apegado amigo de S.A.R. el Sr. I. Duque de Montpensier, Señor D. A. de Latour". Dígame V. si este pensamiento le parece bueno o inconveniente. También desearía poner al lado de S. A. el Conde de Eu, otro que V. adivinará "cuál es"; así pues, si ese retrato existe le suplico que me lo mande. Este álbum que heredarán mis sobrinos es una alhaja de familia, pero histórica, y deseo completarlo con las personas allegadas a la familia Real que contiene, dignas de figurar a su lado. No olvide V. mi pequeño encargo, pero para [mí] muy importante, de saber quién es quien recoge el dinero producto de la venta del cuadrito Deudas pagadas.

De aquí nada interesante puedo comunicar a V. De algún tiempo a esta parte los baños sirven de pretexto o de causa a una emigración general. Las hermosas se sienten todas en esta estación con impulsos de gaviotas. Leo con encanto la última parte de la obra sobre Toledo de Mr. de Latour que recibí, y es una joya con tan varios y profundos conocimientos, tan buen gusto, tan justas apreciaciones de las cosas, mezclado a todo tanta poesía y expuesto con tan buen gusto que encanta. He visto también su traducción admirablemente hecha de la Estrella de Vandalia, que viene en el Correspondant. Esa y la del Barón Wolf de Elia y "Más largo es el tiempo que la fortuna" son las mejores traducciones que se han hecho. Ochoa me pidió un cuadro para un periódico español que se imprime en París, he trabajado mucho y lo he concluido con el nombre de "Vulgaridad y nobleza" y no me ha vuelto a escribir sobre ello; así, puede que se lo mande a la "majestuosa" Avellaneda (como la llama Mr. de Latour) que me ha pedido algo para un periódico que redacta en la Habana y que es muy pesado, pero le da muy gran ganancia. El papel más considerado que yo, me dice que debo concluir, pero no lo haré sin asegurarle de nuevo es su más sincero amigo q. s. m. b.

Fernán

Mil cosas a la Marquesa de Cela.
¿Recibió Cagigas mi carta? [al principio de la carta]

[1860]-08-23. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, agradeciéndole unas fotografías de los Príncipes y de él mismo con destino a su álbum de la familia real.

TRANSCRIPCIÓN:

Señor y amigo mío:
Ayer y cuando ya no era hora de escribir a V. recibí el precioso tesoro que ha tenido V. la bondad de remitirme y que me causó un placer extremado, aunque hay una inmensa distancia de las imágenes grabadas en mi mente y que el cariño embellece aún más de lo que lo ha hecho la naturaleza a estos cartones que hacen todo lo contrario ¡pero al fin son ellos! Son sus ángeles de hijos a cual más hermosos, que parecen en los brazos de sus amas niños de Dios sacado en procesión, llevados en andas por gallegas. Por preciosísima que sea la composición en este retrato, en ninguno ha salido S. A. R. el Smo. Señor Infante peor que en éste. La fotografía se jacta de su parecido, como ciertas personas malévolas se jactan de decir verdades al decir insolencias. Lo mismo digo del retrato de V., figúrese V. que al pronto creí que era el General Prim con toda su dureza catalana. Tiene la corrección de sus facciones de V. pero nada nada más, ni aire, ni elegancia, ni expresión, cualesquiera diría que de todas esas preciosidades habían hecho presa los moros. No obstante mil y mil gracias, él entrará en ese precioso álbum santuario de aristocracia, belleza y virtud, alhaja sin precio.
Suplico a V. que invente palabras que yo no encuentro para pintar mi gratitud a nuestros excelsos y amados Príncipes. Mando a V. la preciosa esquela que me escribió Conrado cuando le mandé el retrato de S. A. el conde de Eu.
No soy más larga porque desde aquí veo y noto que le quito un tiempo precioso y porque me prometo hacer pronto la valentía de ir a San Lúcar, esperando que SS. AA. RR. me otorguen la honra y concedan la gracia de ir a darles la bienvenida.
Tuve el gusto antenoche de ver a Cajigas, que me dio tan extensas como satisfactorias noticias de la salud de SS. AA. RR. y toda su real familia.
Espero recibiría V. una mía de que no me habla. Páselo V. bien y crea en la amistad sincera y simpática de su más amigo, q. s. m. b.
Fernán
23 agosto

[1861]. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, agradeciéndole la intervención de su tío el señor conde en el asunto que ella le solicitó. Hace referencia a los duques de Montpensier y ciertos comentarios políticos. Finalmente le transmite recados para algunas personas.

TRANSCRIPCIÓN:

Mi muy querido amigo y señor:
¡Cómo expresar a V. la satisfacción que me causó su gratísima de ayer! Me suelen decir mis amigas: “mujer no te apures, no tomes sobre ti esas cargas, no estés cansando a todos tus amigos y relaciones, que acabarás por fastidiar abusando de sus complacencias”. Todo eso es verdad, pero también lo es, que recibir una carta como la de V. compensa todos esos inconvenientes. El Señor Conde ha sido, entre los Consejeros, el activo, el eficaz y él decididamente ha querido complacer a V., y siendo esta complacencia el bienestar de una familia que se hallaba en la mayor aflicción, ha hecho a la vez una acción de buen y fino pariente y una obra de caridad; una cosa benéfica a los hombres y grata a Dios. La complacencia de éste y la gratitud de los favorecidos y cuantos en ellos se interesaban, serán su recompensa, así como será la de V.; V. que une todas las bellas dotes de la juventud y a las que prematuramente posee de la edad madura, toda la delicadeza social y aristocrática del caballero y toda la delicadeza de corazón del hombre más bueno del mundo. Déjeme V. decir lo que siento ¿Y por qué sería V. el solo a quien no dijese lo que llevo dicho? Como siempre ha de haber algún contratiempo, Quesada, que está interesado en el asunto, está ahora en Cádiz y Mackenna que hace sus veces, sabe V. que, metido en la calle de Bayona, ha formado aquí poquísimas relaciones, y nadie me puede decir quién es, entre mis relaciones, quien podría recomendarle el pronto y favorable despacho de este negocio. Y "apropos", se dice que está muy disgustado de unas relaciones (las que a mi ver contrajo con demasiada precipitación) y que dice que solo su palabra se las harán llevar adelante; ¡triste auspicio para un lazo indisoluble! Ya no lo está el de Conrado y su mujer por la muerte de ésta. Se dice que tenía un genio indómito, y que postrada con sarampión, se arrancó unos sinapismos que la habían puesto, abrió la ventana y los tiró, con lo que se le "metió adentro" (como se dice) el mal, y murió.
Todos, que por lo visto están mejor informados que V., dicen que SS. AA. RR. se quedan todo el invierno en Madrid, así he visto con doble placer lo que V. me dice le escribe el Príncipe de que lo pasarán en su querido San Telmo. Sabrá V. (pues tengo noticias de lo que pasa entre los Demócratas) que hay un "revirement" completo entre éstos, que como V. sabe obedecen de una manera que debían imitar los moderados, a una consigna. Consiste aquel en deprimir a nuestra amada Infanta y alzar a las nubes, o por mejor decir hacer justicia al Infante, apoyándose con particularidad en la excelente y "liberal" educación que dio el Rey Luis Felipe a sus hijos. Mas entre las buenas enseñanzas que dicho Rey dio a sus hijos se les olvida que fue una de ellas, desconfiar de los cantos de las sirenas.
Recibí carta de Quiroga efectivamente el mismo día que a V. escribí, y celebro ver por la última de V. que sigue bien. Si por una gran casualidad, viese V. al Obispo de Gibraltar o al Abate Godard que viaja con él, desearía que les dijese V. que los números de la "Unión" que deseaba el Abate los hallará en el correo a su nombre, en dos paquetes, pero me pienso que habrán salido ya para Málaga, donde pasaban para ir a Granada.
Diga V. a su hermana mil cosas afectuosas, y que como una vez que se la ve se desea verla muchas (privilegio de familia), que ¡mucho, mucho celebraría que viniese a vivir a Sevilla! Tengo que concluir sin deseos de hacerlo, pues todavía quería darle más "gracias" de las que aquí saben su más verdadera y sincera amiga

Fernán
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