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[1862]-09-27. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, en la que dice adjuntar una crónica de los festejos que se han hecho a la Reina en Andújar. Le ruega se interese por su sobrina Concha Castro, para que ella y su hija sean invitadas al próximo baile de los duques. Relata dos anécdotas de la visita de la Reina a Sevilla, donde se nombra a la marquesa de Malpica y al alcalde de Sevilla, García de Vinuesa.

TRANSCRIPCIÓN:

Mi querido y apreciado amigo:
He sido comisionada por un amigo de Andújar para que ofreciese a SS. AA. RR. la adjunta crónica de los festejos que se han hecho a su augusta hermana la Reina en Andujar, y a mi vez me tomo la libertad de traspasar a V. tan grato encargo, en ese Sanlúcar en que espero que gozarán algún más fresco que en esta Sevilla en que nos abrasamos. Por la descripción deben haber sido verdaderamente notables dichos festejos.
No se (y no extraño no saberlo) si recibió V. una esquela mía; ello es que recibí una notable y fina carta del Duque otorgándome mi petición por el pobre anciano ¡Gracias a Dios! ¡Qué de malos ratos paso yo, para que otros los pasen buenos! Y en corroboración de este aserto, voy en toda confianza y con el mayor sigilo a hacer a V. una pregunta, que espero que me contestará con toda franqueza. V. sabe que mi sobrina Concha Castro, tanto por su carácter encogido como por su estado de viuda, ha vivido siempre en un completo retiro; pero ya su hija Mercedes es grande y desea, como las demás jóvenes, disfrutar del mundo. Desde el regreso de SS. AA. RR. no ha tenido, como V. conoce, oportunidad para rogar a SS. AA. RR. que se dignasen concederle una audiencia y le honrasen con ella de la entrada en ese palacio que las Hadas disputan a San Telmo. Veo su pesar y el desconsuelo de su hija al ver que se acerca el baile que allí se ha de dar, que tiene trastornadas, no solo las cabezas de 15 años, sino las de maduros sesos. Me da lástima pues compadezco todas clases de pesares. Y me dirijo a V. para que me indique si habría algún medio por donde pudiese pedir una audiencia, aunque no fuese concedida sino en un plazo lejano, pero que diese ya pábulo a que SS. AA. RR. se dignasen convidarla a su baile. V. como "amateur" de muchachas bonitas, como amigo de los Castros, y como mi buen, mi amable y constante favorecedor podría cual no otro interesarse en este asunto tan importante para todos, pero de "vida o muerte" para una pollita que aun no sabe llorar sino bailar.
En cambio voy a contar a V. en confianza una anécdota que le hará reir. Ayer tarde estuvieron aquí las finas y excelentes Olaetas, mis íntimas amigas (cuyas preciosas sobrinas están temiendo y muertas con la idea que no serán convidadas al baile porque su madre, la Condesa de Ubaredes, estando baldada, nunca pudo tener la honra de presentarse en palacio para demostrar su respeto y adhesión a SS. AA. RR.), yo les he dicho que apostaba que las sobrinas de las excelentes tías, que tanto apreciaba S. A. R. la Infanta, y del héroe de Trafalgar, que tanto estimaba S.A.R. el Infante, no serían olvidadas por SS. AA. RR. que "todo" lo tienen presente y en particular todo lo bueno, noble, y distinguido. Pero vamos a mi anécdota: su criada, una buena pero tosca lugareña, estaba desatinada por ir a ver a la Reina. Se le logró su deseo, y cuando volvió le preguntaron: vamos, ¿qué te ha parecido?, a lo que contestó: La Reina hermosísima, pero Isabel II muy fea. ¡Mujer! ¿qué estás diciendo? Que la Reina que iba delante con su corona es moza y hermosa; pero que Isabel 2ª que iba detrás con su pelo blanco es vieja y fea. Siento que esta excelente anécdota recaiga sobre una persona de tanto mérito, La Malpica, y que por cierto no es sino muy bien parecida, porque así no se puede contar sino al oído. Corre otra anécdota que ha entusiasmado. Dícese que cuando estaba en la Giralda gozaba en mirar su Alcázar y decir que eran chicos los jardines, y que los iba a agrandar con la huerta. El pobre Vinuesa, con su acostumbrada falta de tino, escogió ese momento para pedirle que le concediese un pedazo para su inútil proyecto de agrandar el terreno de la feria. La Reina hizo un gesto de disgusto y contrariedad que hubiese bastado, no solo a un palaciego, sino a quien tuviese la menor delicadeza, para no insistir. Pero al Alcalde cursi no le bastó esa negativa e insistió diciendo, por último, que S.A.R. la Infanta decía que debía hacerlo y que la Reina, que es muy viva, contestó: que te dé la mitad de San Telmo. No bien había bajado de la Giralda, cuando volviéndose al alcalde le dijo: ya que lo desea Sevilla, concedo lo que me pides, y no bien entró en palacio cuando fue a buscar a la Infanta exclamando: hermanita, hermanita perdóname, que me impacienté y dije esto que no debí decir, que la Infanta se echó a reír y le contestó que ella no había dicho semejante cosa y que la abrazaron con el mayor cariño. Las gentes cultas están indignadas con Vinuesa, tan torpe y tan "gauche". Pero el lance es magnífico.

[sigue el texto en la parte superior de la primera página de la carta, antes del encabezamiento]:

En los días que ha estado aquí S. M. yo nada he visto de las soberbias y regias fiestas. Desde la mañana a la noche no he oído más que penas, lástimas y peticiones para que Tenorio las hiciese llegar a S. M. ¡Qué días para mí tan tristes, cansados y angustiosos! Aun tengo la cabeza trastornada, perdone V. mi descompuesta carta
Fernán

Sé que ha recibido V. un precioso regalo
27 septiembre

1862-10-02. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, agradeciéndole el obsequio de una pluma y pidiéndole el favor de que los duques reciban a unos parientes suyos. Le comenta noticias de algunas personas y finalmente en posdata su encuentro con Germond de Lavigne.

TRANSCRIPCIÓN:

¡No concibo, amable y querido amigo cómo ha tenido la idea de obsequiarme con la preciosa pluma que me ha traído! Encontraría mucho más natural que procurase V. el exterminio de las que me sirven para molestarlo con tanta frecuencia e imprudencia.
Empezaré por decirle que me apresuré en enviar a las de Ubaredes su preciosa esquela que tanto debía lisonjearlas, sobre todo siendo sus elogios hechos, digamos así, a sus espaldas. Soy un reloj de repetición si lo que repito puede ser agradable al que lo oye, y hacer favor al que lo ha dicho.
Pero ahora me encuentro con una carta de mi suegra que me dice que vienen a ésta su sobrina, prima hermana de mi difunto marido, estos es, los Atienzas de Ronda, con su hijo y ambas hermosas y finas hijas. Tanto D. Antonio como su hijo, son maestrantes de aquella Maestranza. Ya graduará el ansia de estas lindas jóvenes por asistir a una fiesta regia, como es difícil que se presente otra. Acuden a mí, y aseguro a V. que entre el ansia por complacerlas, y mi pesar de abusar de su complacencia para suplicarle que impetre de la bondad de SS. AA. RR. el que se dignen hacer felices a estas preciosas niñas y honrar a sus excelentes y distinguidos padres, estoy con una calentura moral que me quita todo sosiego. Acudo a V., por más que reconozca que nada es más horrible y nada más "cursi" que el abuso, para pedirle ante todo que no haga sino lo que le parezca conveniente, pues nadie mejor que V. podrá graduarlo, y si hay otros empeños, naturales, pero impertinentes como lo es el mío, dé mi esquela por no recibida. Todo tiene su compensación en este mundo, y la dicha de gozar de las bondades de SS. AA. RR. atrae este y otra clase de compromisos de que no se puede uno evadir, esto lo sabe V. mejor que yo.
Para disipar un poco el aburrimiento que le causará mi carta, le contaré una gracia de Rosario Motilla. La pregunta general, que creo dictada por la envidia, ha sido en estos días la de "por qué" regaló la Reina una pulsera a cierta señora. “Toma, contestó la de Águila, porque su marido "derramó su sangre" en el Puente de Triana”. Efectivamente, al principio de la organización de la iluminación del puente parece que le dio allí un vómito de sangre. Tenorio me dejó unos botones para entregar a Domínguez de parte de la Reina y hoy ha de venir por ellos. ¡¡Malicias de la suerte y de la casualidad, constituir a Fernán en presentador de premios reales de habilidades tauromáquicas!! Creo que si S. M. me viera frente a frente con el torero, conteniendo a duras penas un sermoncito sobre lo horrible de la diversión expuesta y sangrienta a que debe sus triunfos y puede deba algún día una muerte atroz, se había ciertamente hacer reir.
¡Qué pesada soy! Por no serlo más, no le pido mil y mil perdones, ni le repito cien veces lo que V. sabe, y es que soy su mejor y agradecida amiga

Fernán

Ayer estuvo aquí Mr. Germond de Lavigne, viene inducido y recomendado por Concha para escribir a tres periódicos de París cartas sobre el viaje de la Reina. Ojalá le haya hecho impresión cuanto fuego brotó de mi corazón como de un Vesubio y todo cuanto le conté de SS. MM. y de SS. AA. RR. de San Telmo, etc., etc., etc. Dios quiera que SS. AA. RR. no dejen de convidarlo para que vea a nuestro querido, espléndido y noble San Telmo en todo su "beau", es decir en todo su "brillo", que su "beau" moral consiste, es de otro género.
Hoy 2 octubre 1862

[1863]-01-17. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier. Le solicita un favor respecto a una licencia de casamiento. Hace referencia al pintor Lara, que está terminando unos cuadros para los príncipes. Manifiesta su dificultad ante la empresa de escribir sobre los animales. Termina con un comentario sobre la situación política.

TRANSCRIPCIÓN:

Mi querido amigo
Remito a V. ese encarguito por si me quiere hacer el favor de entregarlo al general Ros de Olano. A la vuelta va el nombre de las personas cuya licencia de casamiento he suplicado a V. tanto de que cuide que no caiga en la Secretaría y en el Consejo Supremo como en una noria y después en un pozo.
Lara estuvo anoche aquí desesperado con el carpintero que no le ha acabado pronto los marcos, y que desearía que antes de marchar viesen SS. AA. RR. uno de los cuadritos. Me ha dicho que todos los días, mañana también, está de 9 a 4 trabajando en el Museo y ojalá tuviese V. cinco minutos para ir a ver su trabajo.
Estoy como loca con la empresa de escribir sobre los animales. Ayer me puse a escribir antes de las 7 y a las 8 de la noche aún no había soltado la pluma, y no es eso lo peor, sino que nada de lo que voy escribiendo ni me gusta ni me llena.
¿Cayó el Ministerio? ¡Ay! ¡Qué dichosa cuestión de México para España y para Francia!
Por si no nos vemos no diré que me despido, cuya palabra odio, pero sí que le deseo a V. y a la legión de ángeles que se nos vuelan de San Telmo un feliz viaje y un pronto regreso. Ausente o presente siempre su mejor amiga,
Fernán
17 enero

1863-03-24. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier. Le comenta que el asunto de la licencia de casamiento del capitán Bruno Farina se encuentra parado, debido a un cúmulo de inconvenientes que han surgido. Le refiere a continuación una anécdota acerca de las charlatanerías que han difundido en Sevilla rumores sobre su supuesta boda.

TRANSCRIPCIÓN:

No quiero, amable y querido amigo, quitarle inútilmente un minuto de su tiempo, el que bien sé que en Madrid se unta con jabón para escurrirse más pronto; pero tampoco quiero que me crea V. remisa en la marcha de nuestro desgraciado asunto; ¡asunto desgraciadísimo! Llegaron los papeles días después que V. pensó y me escribió, al llegar es promovido a otra parte el segundo Comandante de Provinciales, y Bruno Farina tiene que encargarse de la Comandancia y no se puede mover de aquí; escribo a mi cuñado Fermín Iribarren, y recibe mi carta en Cádiz a la cabecera del lecho de su hermano José Antonio (el Brigadier de ustedes), que ha recibido (¡y admirablemente!) los santos sacramentos por estar desahuciado de los médicos con el tifus. Mi cuñado manda venir a un antiguo y fiel criado nuestro, solo capaz de poder hacer algo en el asunto, y éste se halla tan imposibilitado de hacerlo como Fermín. De manera que está este triste asunto parado, y para que V. no extrañe y atribuya a omisión por mi parte esta tardanza, le escribo estas cuatro letras.
Pero de camino le referiré una cosa graciosa. Me escribe Mr. de Latour: “¿Qué hay en el casamiento de nuestro querido Velarde? El es una esfinge y nada dice, pero me han dicho que V. es la confidente y que lo sabe y lo dice". ¡Me quedé como quien ve visiones! Le contesté: lo que hay es cabalmente lo contrario de lo que a V. han dicho. Se levantó esa voz en Sevilla sin editor responsable; me lo aseguraron varias personas, y, en seguida, como tanto me intereso en su suerte, se lo pregunté y me dijo que no; desde entonces, quien ha negado el hecho diciendo que las gentes charlantinas casaban más que los curas, he sido yo; no es que no pudiese ser, ni que la niña, que es una joven como hay pocas, no fuese muy digna de tan buena suerte, sino por el mero hecho que nada había en el particular sino charlatanerías, las que a veces solían desbaratar en su germen cosas que, llevadas a cabo, hubieran podido hacer la felicidad de dos personas. He sabido que fueron las Stas. de Core (que no veo ni entiendo), que para darse tono de bien informadas por una amiga de V. me hicieron el favor de tomar mi nombre para afirmar su noticia. ¡¡Es asunto!!
Concluyo de repente para que me reconozca prudente; pero de agradecerle y quererle no concluiré jamás, para que me reconozca agradecida, consecuente y constante.
Su anciana y mejor amiga
Fernán
P.D. ¡Murió el pobre José Antonio Iribarren!
24 marzo 1863

1863-07-08. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, rogándole hable con el Sr. de Bustos para que recomiende a Felippe Rigozzi, antiguo sirviente suyo, con el fin de que consiga una colocación que necesita, dado lo apurado de su situación.

TRANSCRIPCIÓN:

Cuando se va en casa de una señora y no se vuelve más a pisarla, es una patente muestra que ha desagradado y que toda relación "en doit rester là". ¡En ese caso estoy con el Señor de Bustos, mal que me pese! No me queda pues, para llegar a él, que valerme de los buenísimos amigos, que cuando se ha tratado de complacerme han tenido siempre el sí y la sonrisa en los labios, la complacencia y eficacia en la acción.
Largo y enojoso sería referir a V. todas las peripecias de un asunto que me interesa mucho, pues se trata de un antiguo sirviente de nuestras casas al que todos queremos por su honradez, delicadeza, fidelidad y excelente carácter, y yo especialmente le debo verdaderos favores. No le ha ido bien con un almacén que puso invirtiendo en él sus ahorros. Tiene a su mujer, criada en casa, enferma, y viendo su situación apurada me empeñé con Segovia, que lo hizo con el mayor calor con Mr. Volet, para que se le diese el destino de cobrador de billetes del vapor de la compañía. Todo iba a pedir de boca, pero todo se estrelló contra el "mauvais vouloir" del Sr. de Arjona y así fracasó. Mi empeño con el Sr. de Bustos sería tan solo que cuando viese a Arjona le demostrase igualmente interés por el excelente y probo Felippe Rigozzi, recomendado por el Sr. de Segovia y por Mr. Volet, y ya que en este momento no puede ser, que para lo sucesivo lo tenga presente. No es genovés, como escribió Arjona a Mr, Volet, sino suizo; hay más de 30 años que está en España y habla y escribe el español mejor que muchos españoles; es el tipo de los hombres de bien, es fino, y conoce y es conocido de casi todos los habitantes del Puerto y aun de Jerez y, sobre todo, todos nosotros y antes que todos mi hermana Aurora, lo fían de palabra, con fincas o con dinero.
Puede que por complacer a V., mi querido amigo, quiera el Sr. de Bustos contribuir con su recomendación a la colocación de este hombre excelente, cuando se presente la ocasión. Este es el nuevo favor que pido a V., segura que si mis repetidas peticiones bien podrían aburrir a un hombre vulgar, no lo harán a quien por su suma delicadeza, sin igual bondad y exquisita finura, se eleva tanto sobre los hombres vulgares.
Su mejor amiga

Fernán Caballero

8 julio 1863

¿Qué me dice V. de casamiento de nuestra amiga Dolores Pizarro, que me escribe Mr. de Latour? Estoy muy mal con que sea un malagueño, que se la llevará a Málaga.

[1865]-05-20. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde (2)

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, pidiéndole que lea el borrador del texto que está escribiendo sobre Hernán Cortés con su ayuda. Le solicita su aprobación, así como algunos datos que faltan.

TRANSCRIPCIÓN:

Mi querido amigo:
Veo con inquietud que mi trabajo se ha hecho muy largo, y que es en mí una imprudencia el suplicar a V. que pase ese largo y malísimamente escrito borrador por la vista, pues mientras V. no lo apruebe no me atrevo a darlo a la imprenta, pero como este trabajo lo hemos hecho entre los dos, es preciso que me ayude hasta el fin. Falta en ese mal borrador el nombre de caudillo con quien fue el P. Olmedo. El nombre de la peña que se divisa desde el balcón del salón, creo que es cerca de Marchena. También sería curioso poner la causa por la que Cortés puso el nombre que lleva a Santa Cruz. Las noticias sobre el entierro y sepulcro de Cortés, que son muy interesantes, las pondré en nota, para no apartarme demasiado de la descripción de la regia morada que generalmente interesará más de lo que se pueda decir sobre Cortés.
Me duele la mano de escribir ¡y lo peor es que me temo que no pueda V. leer lo escrito!
Su más sincera amiga,

Fernán

20 mayo

1865-05-31. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, donde entre otras cosas le comenta que le han encargado una obra en francés para una colección religiosa de Francia, por lo que hará una traducción literal de Simón Verde para que alguien allí la ponga en buen francés.

TRANSCRIPCIÓN:

Mi querido amigo:
Ayer mismo escribí a Fernando, al que remití mi manuscrito para que hiciese en él la enmienda que V. me indica y que es importante para el público inteligente. Ayer vi el cuerpo de San Fernando y creí ver aún en su semblante una dulce sonrisa, causada seguramente por la impresión que le habría producido ver impresos en su santo dedo los preciosos labios infantiles de sus hermosísimos nietos.
El Padre Feliz me ha mandado suplicar que escriba una obrita en francés para una biblioteca de recreo y religiosa que van los católicos de Francia a imprimir para darle muy barata a los pobres, y que si eso no pudiese ser, que traduzca alguna que no lo esté.
Esta petición, hecha por persona tan respetable, me tiene muy apurada, pues no poseo bastante bien el francés para escribir ni para traducir para el público. He respondido que traduciré a "la letra" Simón Verde, siempre que tenga allí quien ponga en buen francés la traducción literal.
¿Conque piensa S.S. canonizar a Colón? Mucho me alegraría. ¡Qué felices son Colón y Cortés de verse desde arriba, hoy tan justamente apreciados por las personas que lo son! Pero dudo de que S.S. se ocupe de eso.
De V. su más sincera amiga

[está recortado el papel en la zona de la firma]

31 mayo 65

[1865?]. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier. Le envía un artículo publicado en El Independiente. Anuncia que su escrito sobre la casa de Hernán Cortés ha sido reproducido por varios periódicos. Hace un comentario sobre un artículo del Obispo de Orleáns y el tema de la educación de las mujeres. Se refiere además a algunas visitas privadas.

TRANSCRIPCIÓN:

Señor y amigo:
No es sólo el placer de comunicarme con usted el que pone la pluma en mi mano. Es el deseo de enviar a usted el adjunto artículo que trae hoy "El Independiente". Rejano, su propietario y director, me lo envió manuscrito preguntándome si podría insertarlo, o si SS. AA. RR. lo llevarían a mal. Le respondí que yo no era parte a juzgar lo que a su periódico, ni menos a calificar lo que podría o no disgustar a SS. AA., aunque nada ofensivo hallaba en el artículo.
No sabiendo por quién era escrito, no me atreví a añadir que me parecía en alto grado soso y frío. Hoy lo hallo en su periódico y se lo remito a usted.
Me ha llamado la atención el que el artículo sobre la casa de Hernán Cortés ha sido reproducido inmediatamente por La Época, La Lealtad, El Pabellón Nacional y varios periódicos de provincias, por supuesto con sus faltas primitivas, entre las que sobresale, hablando de usted, la "actitud" en lugar de la "aptitud". ¡¡Qué cajistas y qué correctores!!
Antes de ayer salí por primera vez después de dos meses de encierro; fui, ya podrá usted pensarlo, a conocer a la recién nacida. Hallé allí un dulce y bello cuadro de familia. Sobre las rodillas de su abuelo estaba su hermosísimo nieto con su docilidad y genio de ángel; sentada en el sofá estaba su recién casada cuñada de usted, teniendo en sus brazos a Dª María Teresa, muy satisfecha con estar en visita, lo que demostraba a veces con una alegre risa; estaba el marido, Susana, la hija de Cosme y éste, que nos animaba a todos con su genio alegre. La señora de la casa, entre su buen padre, sus hermosos hijos y sus hermanos, sólo una cosa echaba de menos…
He leído el artículo del Obispo de Orleans y enviado a San Telmo El Correspondant que se dignó prestarme S. A. R. He sentido ver en aquel antagonismo entre el autor y Mr. de Maistre dos genios tan semejantes en el fondo de la idea esencial y fundamental de sus doctrinas, pero Mr. Dupanloup es médico y Mr. de Maistre es cirujano. Mucho me ha gustado el artículo, aunque más aplicable a Francia que a España. Aquí, por desgracia, es preciso empezar por el ABC. Usted me comprende. Por suerte el talento, tacto y virtudes de las mujeres hacen que no se eche de ver que lo que saben es "adivinado" y no enseñado.
Mucho hablé esta noche de S. A. R. la Infanta, era a medianoche y con Rivera; asistíamos, él como cirujano, yo como amiga "compatissante", a una jovencita casada con un caballero alemán, que no tiene a "nadie" de su familia aquí y paría en la fonda de Madrid. ¡Mal rato pasamos todos!, pero parió al fin un varoncito muy sanito. ¡Qué noche! Así escribo a V. mal, con la confianza de que su buena amistad me lo perdonará.
Suplico a V. de besar con cariño y respeto en mi nombre las manos de SS. AA. RR., de saludar a Joaquina, Ramona y Pepita y creerme su mejor y más invariable amiga
Fernán

1861-08-20. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, comunicándole que ha pasado al tribunal la solicitud del caso que le expuso y agradece el que haya escrito a su tío en su favor. Le comenta que la Infanta ha contestado a su carta con palabras de dolor por la muerte de su hija. Termina con noticias locales sobre algunas personas.

TRANSCRIPCIÓN:

Señor y querido amigo:
He retardado el placer de contestar a su grata, hasta cerciorarme por Frutos Saavedra de si había o no pasado la solicitud a informe, y adjunto remito a V. la copia certificada de haber pasado al tribunal que acompaña a su contestación. Fermín Puente, que es íntimo del fiscal, le ha escrito también interesándose en el asunto; veremos si al fin parece. ¡Qué desidia, qué apatía en asuntos de que penda la suerte y la tranquilidad de las familias! ¡No, no quisiera subir tan alto! ¡En esas alturas aparecen pequeñas miserias y padecimientos humanos, que vistos de cerca horrorizan y conmueven!
Nada de nuevo puedo decir a V. de por aquí. La infanta se dignó, como hace con todos, contestar a mi carta. La suya, sencilla y sincera, es el modelo de una carta de amante madre y buena cristiana. Sólo habla de su María con un dolor profundo y acaba con la bella frase: Dios nos la dio, Dios nos la quitó, hágase su santa voluntad. Gracias a Dios que, como V. sabrá, sigue muy bien el Infante Don Fernando. Ya sabrá V. igualmente que Manuel está destinado aquí en su misma fábrica, noticia que como puede V. pensar me ha llenado de satisfacción. El asunto de nuestro Alcaide duerme; veremos por dónde resuella, porque creo, que el asunto es poner a otro en su codiciado lugar y el tiempo aclarará las cosas. Piedad Guillelmi se ha metido, no sé con qué pretexto, temporalmente en S. Clemente y hay quien teme que no vuelva a salir. Por mí buenas ganas tengo de hacer lo que ella, y ojalá (¡¡¡Después de enterrar tres maridos!!!) , ojalá lo hubiese hecho, a su edad, o antes, pues a su edad estaba casada, ¡para sufrir el inmenso dolor de quedar viuda!
No sé si Quiroga estará malo o ausente, pues con Salvador le mandé mi Cuadro y escribí, y no me ha contestado. Elisa y Fernando siguen sin novedad. Por mí tengo una tristeza que me ahoga al par del calor. Aunque no sé las señas de su casa, le voy a enviar ésta sin más que su nombre, con la esperanza que llegue a sus manos y que le diga cuán agradecida le estoy, así como los interesados por haber escrito en su favor a su Sr. tío, deseando que, como un "bienfait n’est jamais perdu", se halle V. lo que ha hecho en satisfacciones en la tierra y gloria en el Cielo.
Su más sincera y agradecida amiga
Fernán
Si ve V. al Duque de Rivas dele V. expresiones.
20 agosto 61

1862-06-26. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, comentando la despedida a los duques de Montpensier con motivo de su viaje y lamentando una tontería que dijo por equivocación en la mesa de Sus Altezas. Le refiere también algunas noticias y finalmente dice ocuparse de un tomo de artículos religiosos que se está imprimiendo en Cádiz, cuyo comienzo será el informe sobre la reedificación de la capilla del Valme.

TRANSCRIPCIÓN:

Sevilla 26 junio 1862
¿Qué es esto?, dirá V. Es, amigo mío, un "Adiós" que con la prisa de la partida no pude decir a V.; es un "buen viaje" que llega cuando ya está finalizado; es: "V. deje mandado", que aún viene bien, pues siempre son constantes y sinceros mis deseos de servirle; es aún más, es una súplica de que cuando V. tenga más adelante un ratito perdido, lo emplee en darme noticias del viaje y cómo lo han soportado los caros seres que alejaba de las costas de España, ufano y orgulloso, el Isabel II. No he cesado de mirar la veleta que señalaba viento sur, favorable por cierto, pero que me temo haya agitado mucho la mar. ¡Cuánto habrá gozado S. M. la Reina Amalia en ver a sus hijos y a sus hermosísimos nietos! ¡Ay! ¡Cuán presente los tengo, cual los vi en la deliciosa tarde pasada en los jardines de S. Telmo! Aún están sobre mi mesa las flores que me dieron, y si las lágrimas de cariño que vierto sobre ellas fuesen rocío ¡por cierto que no se ajarían nunca! Veo al Infantito D. Fernando altamente disgustado con el despotismo fraternal que le quería impedir el remar, preparándose así a su largo viaje de mar. ¡Qué ángeles! Solo les faltan las alas para volar. Esto me recuerda que dije una tontería en la mesa de SS. AA. Eso no sería extraño, porque "digo" muchas, (si bien puede que no las "escriba"). Dije que había escrito a Mr. de Latour que no olvidase en los Elíseos con sus ninfas y Dioses paganos a S. Telmo con sus ángeles cristianos. Ahora bien, recuerdo que no es en los Elíseos, sino en las Thuilerías en que están las estatuas paganas a que aludo. Si V. hallase ocasión, aunque no es fácil que suceda por lo muy ocupada que estará allí la atención, así de SS. AA., como la de V., en cosas de más interés, desearía que deshiciese V. una equivocación que no ha sido mía, sino de una criada que recibió la noticia de la feliz llegada de nuestros queridos amigos los Sres. de Latour a St. Nizaire y al mismo tiempo la bondadosa y atenta pregunta de cómo seguía mi sobrina la Sra. de Cascajares. La criada quizás por solo el placer de pronunciar el nombre de SS. AA. RR. y darme a mí el placer de oírlo pronunciar, viendo la librea de la casa real, creyó la bondadosa pregunta descendida de tal alto origen, y después he caído en que sería una atención personal de Cajigas. ¡Pero anda con Dios! No creo que SS. AA. RR. puedan haberse ofendido de una equivocación que trajo su última, dulce y agradecida sonrisa sobre los labios de un puro y bello ángel pronto a aparecer ante su Dios. Dichas ambas cosas quedo tranquila, no quisiera por nada en este mundo quedar en falta de ningún género grave ni leve con las augustas personas que con más entusiasmo venero, con más simpatía admiro y con más ternura amo.
Por más que allí tenga V. todos los papeles del mundo, envío a V. esos trocitos de nuestros periódicos. Siento que hayan metido a López Conejero en pedir destino a la Reina. Creo que sería la intención benéfica de SS. AA. RR. que adelantase en su carrera y siguiese siendo un buen militar.
Mientras que la Isabel II, navío, surcaba los mares con sus tesoros, Isabel II, Reina, salía de su cuidado dando el ser a otra Princesa. Como en las familias reales las hembras no son tan bien recibidas como los varones, las campanas de la Catedral no estuvieron tan alegras como poco antes lo habían estado cuando dieron la bienvenida a S. A. Don Felipe.
No puedo dar a V. la más mínima noticia que sirva de grano de sal a esta insulsa carta. Me ocupo de un tomo de "artículos religiosos", exclusivamente, que se está imprimiendo en Cádiz. Empieza por mi "compte-rendu" de la reedificación de la capilla del Valme, en lo que espero que SS. AA. RR. no tendrán inconveniente; mis libros donde más se venden es en América y Alemania, y debe saberse allá toda esa admirable historia pasada y contemporánea, y en qué se ocupan estos Príncipes cuya enorme superioridad alarma tanto a dos gobiernos. El papel se acaba; póngame V. a los pies de SS. AA. RR. Beso las 12 blancas y preciosas manecitas que como un collar de perlas abrazan en este momento el noble cuello de la augusta madre de su Padre. Mil cariños a las Sras. de Vallejo y Robles y V. perdóneme con la indulgencia de caballero y de amigo. Lo es de V. de corazón,
Fernán

¿Piensa V. que SS. AA. RR. se ofenderían si les dedicase mi libro sin su consentimiento? Si fuese así suplico a V. que se los pida. [texto añadido al principio de la carta]

1862-12-26. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, comunicándole que lamenta no estar mañana en su casa, por si acaso pensaba acudir a verla.

TRANSCRIPCIÓN:

Mi querido y amable amigo:
Me parece que me dijo V. que puede que volviese mañana a verme, y como no me consolaría de que no me hallase le advierto que comeré mañana en casa de Pancha, de manera que desde las tres y media no estaré en casa, habiendo dado mi palabra de acceder a sus ruegos, por mucho que me cuesta salir de mi rincón, pesar que se aumenta ahora, en que tenía la esperanza de haber visto a V. en él.
Su más sincera amiga
Fernán
26 Dbre. 62

1863-03-12. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, en la que muestra su interés por el caso del capitán D. Bruno Farina, a quien el fiscal se niega a otorgar licencia de casamiento. Le cuenta algunos pormenores del caso y le agradece su bondad por intervenir en la resolución del asunto.

TRANSCRIPCIÓN:

12 marzo 1863
Quisiera, mi sin igual amigo, tener a mi disposición las cien trompetas de la fama para poder pregonar por el orbe entero que no hay, ni es posible que lo haya, un hombre más fino, más eficaz, y sobre todo más "bueno" que V. Si V. pudiese calcular el bien que me ha hecho su carta, sentiría ciertamente una satisfacción en haberla escrito. Ayer me escribió Fermín Puente (que tiene para mí la desgracia de ser siempre conducto de malas nuevas) que el Sr. Cevallos Escalera (fiscal el más fiscalizador, malévolo y cruel) le había dicho que tal licencia no podía darse por dos dificultades que presentaba su otorgamiento. No sólo lloré amargamente, no sólo no he comido ni dormido apenas desde que tan cruel fallo vino a mis manos, sino que, obrándose en mi intención un cambio furioso, estuve por afiliarme en la revolución que acaba con tales tiranuelos que se gozan en hacer "el mal" y que abren pomposamente las ordenanzas para impedir la inocente y legítima unión de dos personas oscuras y modestas, que ponen cortapisas y obstáculos al santo y moralizador vínculo, base de la familia, que juegan cual el gato con el ratón con la felicidad personal y doméstica del hombre, quitándole su "libertad" individual cuando la quiere emplear para el bien. ¡Esto es cruel, es atroz, es gozarse en hacer la desgracia de otros, sin que clase alguna de bien resulte de ello! No puedo pintar a V. mi indignación y mi dolor. Ya una vez ese dichoso tribunal (¡¡ sobre el que caigan todas las flechas de Cupido y todas las antorchas de Himeneo!!) hizo inútil todos nuestros pasos cuando esta desgraciada ahijada de mi madre suplicó a S. M. la Reina que con una cédula Real le dispensase el presentar su fe de bautismo. Esta instancia tuvo que ir (muy inútilmente a mi ver) al Tribunal. Este, que no tenía más que hacer sino "negar" o "conceder" a la Reina la facultad de hacer una buena acción, no lo hizo así, sino buscando una evasiva hasta ridícula, dijo que fuese él (el novio, Farina) el que hiciese la solicitud; esto, como V. se hará cargo, no podía ser, pues fuera parte que era someterse a un arbitrario capricho pasando por todas las manos de los jefes de su regimiento, era dar una publicidad al asunto que a toda costa se quería evitar. Parecía pues ya imposible este enlace, cuando, compadecida la madre de ella, la reconoció en documento público en el que se dice que, no habiendo podido efectuar su proyectado enlace por muerte del padre de su hija, no la pudo reconocer. El padre era un Coronel francés, hermano del general de su mismo nombre Villate. Habiendo sido este último uno de los "bravos" de su tío, no nos quedará más remedio que acudir a Luis Bonaparte para que él tome la mano en esto. ¿Qué le parece a V. mi idea?
Las palabras que V. me escribe: “mañana volveré a la carga y si puedo evitaré que manden a ésa los documentos ya citados”, han sido para mi desesperanzado corazón lo que ha sido para la árida tierra las dulces aguas que les envía el cielo. Me han probado que si hay dureza y crueldad en los hombres, por lo que tienen de Diablos, hay también en ellos bondad, caridad, e interés en los que sufren, por lo que tienen de ángeles.
El Marqués de Guad-al-Gelú, que, como V., pertenece a esa parte de la humanidad en que brilla la parte de ángel, por lo benévolo para el que pide y necesita de él y por lo fino con los que no, me ha escrito, y una carta como suya. Le escribiré, por más que me cueste molestarle sobre este asunto, si V. me dice que debo hacerlo. No, no, y no, no me cruzo de brazos cuando se trata de hacer el bien, de servir al desgraciado, por más que una triste experiencia me haya demostrado que, no solo "nada" puedo por los apurados, sino que basta que yo intervenga en un asunto para que se tuerza y haga imposible. Si V. me probase que una vez siquiera no fuese así ¿Qué? ¿Qué haría yo para probarle a V. mi gratitud? Nada, pues nada puedo "hacer", sino solo "sentir". ¡Ah sí! Una cosa haría, y es rogar al cielo premiase a V. tan bellísima acción, concediéndole lo que yo que oraba y Dios que me escuchaba sabemos!
Hoy no puedo hablar de otra cosa; solo puedo añadir las más sinceras gracias por su bondad y eficacia en el desempeño de mis encargos, y lo que sobre ellos me dice me ha llenado de satisfacción. ¡Esta es la vida! A una terrible amargura sigue una suave dulzura para hacerla más soportable.
Dios bendiga a V. ¡¡V. única esperanza nuestra!!
Fernán Caballero
¡Ay qué señor Escalera! De piedra, de mármol, cuando tantos Consejeros, su tío de V., el de Fernando, Mitcheo, etc., estaban a favor de ese sí que nada le cuesta a la Escalera.

[En la primera página , en la parte superior izquierda, escribe otro texto a modo de posdata, pues en la última página no cabe]:

El nombre del padre es el Coronel Francisco Villate, coronel francés, y ha muerto hace muchos años allá en Francia, picardijuelas de los francesitos.

1863-11-16. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier. Le comenta que no se siente incomodada por algo que él le dijo y le envía la copia de una carta de ella con algunas enmiendas que ha hecho al original. Manifiesta su afecto y respeto hacia Sus Altezas Reales los duques de Montpensier.

TRANSCRIPCIÓN:

Mi querido amigo
¡Cómo incomodarme con V. por una indiscreción de tan amistoso origen y de un resultado que como V. pudo notar, al decirme lo que me dijo por haberlo oído de augustos labios, conmovió las más profundas y tiernas fibras de mi corazón! ¡Ay! ¡Qué dulces recompensas tiene el que obra siempre y siente con conciencia y rectitud!
He obedecido y mando a V. la copia de mi carta con algunas enmiendas que he hecho al original. He tenido que ser lo corta que exige una carta, aunque trate de los asuntos de más interés; pero lo que más siento es que, ignorando la gran honra que V. proporcionó a mi carta, he hablado de SS. AA. RR. sin todo el respeto y reverencia que les es debido, omitiendo para abreviar los dictados que les son debidos.
He dormido poco esta noche, siendo la causa principal las palabras que V. me dijo. Ni la Reina Amalia ni la Reina Cristina pueden tener sentimientos más tiernos que los míos hacia Sus Altezas Reales, pues el respeto no es raya para el amor.
Su más sincera amiga,

Fernán
16 Noviembre 63

1863-11-27. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier. Nota por la que le envía un regalo con motivo de un feliz acontecimiento.
[Seguramente se refiere a un regalo de boda, ya que Miguel Velarde contrajo matrimonio con Julia González-Nandín el 7 de enero de 1864]

TRANSCRIPCIÓN:

Mi querido amigo:
La costumbre autoriza en las circunstancias en que felizmente V. se encuentra, a todos los amigos a demostrar con una expresión la parte que toman en el feliz acontecimiento. Aunque la pobre expresión que le remito es de arcilla y frágil, cuando debería ser de oro y brillantes para darle algún valor y eterna duración, yo espero que V., con su acostumbrada indulgencia y bondad, dará el precio que le falta a los sentimientos de amistad y a los votos que hago por su felicidad, que ella simboliza.
Su más sincera amiga
Fernán
27 Noviembre 1863

[acompaña un sobre triangular con el texto: “Al Coronel Señor D. Miguel Velarde B. L. M. S. A. y S. S.- F.C.”]
.

1865-12-13. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier. Le solicita recomiende a un conocido suyo para un puesto de encargado que necesita reemplazar su suegro. Comenta la llegada de los duques de Monpensier a Sanlúcar. Hace alusiones a algunos casos y temores por la enfermedad del cólera.

TRANSCRIPCIÓN:

Hubiera querido escribir para dar a V., y que se lo diese a mi querida Julia, el pésame por la muerte de Ágreda, uno de esos hombres cuya proverbial honradez honraba nuestra menospreciable época, y cuya caballerosidad y finura honraban el hoy tan rebajado carácter español. Con cólera o sin él, no se verá nunca desierta la triste senda que lleva nuestros mortales restos a: "volverse polvo lo que polvo fue".
Pero V. era "introuvable"; unos lo hacían en aquel río tinto, aquel Aqueronte, río de tristeza y de angustia en la fábula y en la realidad. Otros sostenían que estaba V. en el Puerto, otros que en Jerez, por lo cual, a no haber puesto el sobre como aquella pobre madre de un soldado: “a mi hijo Juan, donde esté”, no podía escribirle. Llegado el feliz y tranquilizador momento de saber a SS. AA. RR. en Sanlúcar, ya habría sabido dónde dirigirle este retenido pésame, aunque los renglones que acompañaban la carta de Matilde no me lo hubiesen confirmado.
La llegada de SS. AA. RR. pone al fin las cosas en su estado normal. El cielo se serena; el sol brilla, los últimos e infundados temores de cólera se disipan con las nubes, y los olivos se preparan a recibir a sus respectivos mochuelos. Dios mejora sus horas.
El pueblo, que siempre habla por imágenes, dice de una persona pedigüeña, que "parece mano de huérfano", esto es, mano extendida para pedir; me aplico esta comparación con solo la variante que la huérfana no lo soy yo. Lo que a V. pido es solo y únicamente el que si su Sr. suegro trata de reemplazar a su encargado, muerto del cólera, y si no tuviese compromiso a otro conocido suyo a la vista, es decir, si busca, que le recomendase V. a un sujeto excelente, fino y entendido (que dará fianza), el que sirve un modesto destino, compatible con los quehaceres que le pudiese dar el cargo de que hablo a V. El pobre, aunque tiene poca familia, es activo y ama el trabajo y ha pensado que, unidos estos dos cargos, podría pasarlo mejor que con el pequeño sueldo que le da su destino. V. comprenderá que yo no recomendaría sino persona de "toda confianza". Le he quitado toda esperanza, diciéndole que el Regente tendría ya a cientos las pretensiones y personas conocidas; pero he querido cumplir lo que prometí y merecer mi definición de "mano de huérfano".
Mi portera Valle sigue mejor, pero con sus parótidas está hecha un monstruo, ¡¡y tan impertinente!! ¡Ay Velarde! Dios me va a castigar, acuérdese V. de lo que le digo, pues como siempre estoy buena, y si alguna vez dejo de estarlo no me quejo, los males me impacientan, y las quejumbres me desesperan.
Ayer tuve una carta de Mr. de Latour, y diciendo que es de él es inútil añadir "preciosa", pues dicho se está. Me. Mercier ha consolado mucho a Aurora en la pasada temporada diciéndole, en tono muy convencido, que era un absoluto imposible el que Dios se llevase a una persona tal "útil" como yo!!! Yo le contesté que tenían razón, solo que se había dejado en el tintero el "in" antes del "útil", pues efectivamente, todos los pobres, viejos e inútiles estábamos después del cólera "au grand complet", y así lo verán SS. AA. RR. cuando vengan, que serán asaltados por "el mismo" enjambre de pobres que imploran su inagotable caridad.
El correo debería exigir que pusiese yo dos sellos a mis cartas, por su mucho contenido y por pesadas. Pesada o no, soy la mejor y más sincera de las amigas de Julia, de su niño y de su marido,
Fernán
Fernando quieto en Bornos. Le voy a decir que a él toca escribir ahora la segunda parte del Verano, es decir "un invierno en Bornos".
13 diciembre 65

1868-08-20. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, en contestación a las cartas que Velarde y los duques de Montpensier le han dirigido desde su destierro en Portugal. Lamenta la triste situación en la que se encuentran y hace diversos comentarios sobre la situación política española.

TRANSCRIPCIÓN:

20 agosto 68
Muy reservada
Varias veces he empezado a escribir a V., señor y amigo, y otras tantas he roto lo que había escrito, tal es la agitación de mi espíritu, la opresión de mi corazón, que a veces no sé lo que me digo. Puede que otro tanto me suceda en esta ocasión, por lo cual le suplico lea con indulgencia esta carta, puesto que no debo demorar el escribirla, pues no basta pensar en las personas queridas, es preciso probarles su interés con las cartas, ¡suaves estrellas en la oscura noche de la ausencia!
El júbilo que sentí al ver las cartas que se han dignado dirigirme SS. AA. RR., así como aquella con la que la amistad de V. me favorece, se tornó en honda tristeza al leerlas. S. A. R. la Infanta, pintando con tanto sentimiento los últimos momentos de la fiel servidora que ha perdido, momentos que ha tenido S. A. R. el consuelo de endulzar y de santificar con su presencia, me llenaron de admiración y de melancolía. Aflictiva empero me fue la lectura de la de S.A.R. el Infante en la que, con su superior talento y delicadeza me dice que me agarro a una ilusión para no ver lo que "comprende muy bien" que no quiero ver, y esto, amigo mío ¿cómo no lo ha comprendido V., cuando me dice: que no tengo una palabra para condenar al Gobierno? Para condenar al Gobierno tengo 100 mil, y lo he hecho de esa cobardía, pues otra cosa no cabe; es demasiada la distancia. Pero si el tiro que puede alcanzar a tan elevados Sres. venía de otra parte, no solo no lo he querido ver, como dice S. A. R., sino que aunque lo viese, no sería yo, no, la que me atreviese a decirlo, lo uno porque lo crea irreverente hacia sus mismas AA. RR., y lo otro porque en los intereses de los buenos españoles, en los de los amantes adheridos a la Real familia, y en el de nosotros los que apegados estamos a SS. AA. RR. como la yedra a la noble encina, está el despojar cuanto sea dable a este doloroso asunto de su gravedad, no acumular, sino despojar cuanto nos es dable las dificultades en una reconciliación de familia que no puede menos de verificarse en breve entre estas augustas personas tan propias, tan nobles y generosas, tan cristianas que por tanto deben saber "perdonar" esa noble prerrogativa de las personas Reales; y cuando esto suceda, lo que espero será pronto (si el enemigo de la paz europea no gasta en contra su nefanda influencia), entonces S. M. y SS. AA. mirarán bien a aquellos que, aun a costa de hacer aparecer su sincera y profunda adhesión menos exaltada, han ensayado en su pequeño radio el dulcificar lo amargo, templar lo duro. Pena cuando S. A. R. me dice hablando de la hermosa catedral: "que quizás no vuelva a ver", ¡¡¡la carta cayó sobre mis rodillas y quedé anonadada!!! Y cuando leí la exposición de SS. AA., que hace días aguardaba yo con tanta ansia, ¡¡comprendí esta terrible frase!! Está digna –dicen los unos; está fuerte, dicen los indiferentes; está muy intencionada, dicen la enorme falange de los malos que se gozan en los disturbios; y yo exclamo: ¡Dios mío! ¡Dios mío! ¿Qué ha sucedido? ¿Qué enemigo de las seculares Reales estirpes y de la felicidad de España ha venido a sembrar en el hermoso suelo de las flores de lis la zizaña?!!!
A esto se añade, para aumentar mi aflicción, las noticias que corren muy válidas. Se dice que los conspiradores desterrados han comunicado a ese "hombre", a ese "Júpiter inhábil", que solo están apegados a la primera parte de su programa; se dice que aquel "metomentodo", asustado de la segunda parte del programa (como era fácil prever), se ha puesto de acuerdo con Prim para poner sobre el Trono de España al cuñado de su primo, a aquel P. Amadeo que años pasados hizo aquí tan triste papel, haciendo de este revoltoso su Garibaldi y del Sr. Olózaga su Ratazzi; Y en este estado de cosas nos abandona el Príncipe nuestro, que en circunstancias dadas está llamado a contrarrestar con ayuda de todos los buenos y leales, y de toda la España "en masa" tantas locas ambiciones, a tantos descabellados planes, y a los intrusos. ¡Sí, mi querido amigo! ¡Nos abandona!
Dígale V. a S. A. R. que sí iré a la Virgen del Valme como me encarga y le diré como le dijo su santo antecesor: ¡Señora, "valnos"! ¡"valnos"! ¡Trae a tu lado los ilustres descendientes, que volvieron a levantar la derrumbada capilla que tu santo protegido te edificó! ¡Disuelve con tu gran poder esa negra nube de la que tanto se gozarán los enemigos de España y de los egregios Borbones!
¡Diga V. a ambos Señores cuánto los tengo en el corazón y en el pensamiento, ante la hermosa Señora de los Reyes en su octava! Me dirijo a la bóveda en que reposan los dos hermosos Príncipes, que me parece deben estar tristes por la ausencia de sus amantes padres, de ellos les hablo, y pido a la Virgen que los custodia, que los consuele trayendo pronto al triste y abandonado San Telmo, su vida, su alegría, su honra, su alma.
Espero en Dios que Joaquina habrá llegado bien con los Infantitos, y si D. Luis ha soportado sin resentirse las penalidades del viaje, será señal que se va robusteciendo. He visto a Dolores Campo Verde que me ha dicho que no es bonita la casa de la calle de San Amaro. Mucho lo he sentido. Para los que cifran y restringen toda su felicidad en su hogar doméstico, este debe ser hermoso como San Telmo; pero mucho será que la vara mágica de S. A. R. el Infante, no lo ponga pronto (y aunque sea para habitarlo poco tiempo) hermoso y elegante.
Suplico a V. que diga a S. A. R. la Infanta, que con ese corazón abierto a todas las desgracias se ha dignado interesarse en la salud de mi hermana Aurora, que sigue lo mismo, que por tercera vez ha ído a junta Nelaton, Verthez, Voilnir, Ricord, en fin 7, y que se han vuelto a dividir las opiniones, por lo cual, no se opera.
Envío a V. un trozo de carta de nuestro buen y discreto amigo Grandallana para que vea V. cómo se cree a SS. AA. RR. víctimas. No le hablo a V. de noticias, que todas las sabrá mejor que yo. De lo que mucho se habla es del asunto del pobre niño atado en el inmundo husillo del Tagarete, donde a los tres días lo hallaron sus verdugos espirando de hambre, sed, angustia, desesperación, roído vivo por las ratas, y lo degollaron. Roído a su vez, pero de remordimientos, el asesino (que está ético) se está muriendo en la cárcel. Otros crímenes horribles se han cometido en estos días, ¡¡¡no parece sino que hay una negra nube sobre Sevilla!!! ¡Habré cansado a V. mucho, mi querido amigo, pero cómo contenerme hablando y hablando "a coeur ouvert", como lo hago con V., de las cosas que más, más, más, me interesan en este mundo!! ¡¡Que no hubiese estado ahora Tenorio en la corte!!! ¡¡Qué tristísima época!!
Páselo V. bien, mi muy querido amigo, póngame V. con amor y reverencia a las plantas de SS. AA. RR. A Joaquina, que me cumpla su palabra de escribirme y darme noticias de los Infantitos todos. A Pepita y Ramona, tantas cosas y V. sabe es su mejor amiga,
Fernán
No he tenido la exposición por Julia

[1862-09]. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, pidiéndole ruegue a los duques de Montpensier que recomienden al duque de Osuna para que tenga un rinconcito en su palacio. Menciona la visita de los Reyes a Sevilla.

TRANSCRIPCIÓN:

No se crea V. libre de mis asedios, ni aun en estos días para siempre memorables en los anales de Sevilla, y que quedarán profundamente grabados en los corazones de los sevillanos. Veinte mil manos aplaudiendo a los hijos de Fernando VII, para presenciar este entusiasmo tan simpático a mi corazón habría yo ido hasta… los toros.
Pero de todo esto hablaremos ¿no es verdad? Por hoy lo que deseaba decir a V. es que si no le parece demasiado atrevimiento, ruegue a alguno de "nuestros" amados Príncipes, SS. AA. RR. los Smos. Infantes Duques de Montpensier, que con media palabra de sus augustos y benéficos labios recomienden a Sr. Duque de Osuna, una petición que contenía una carta que le he escrito, pidiéndole un rinconcito en su palacio para un pobre anciano de 80 años que ha pasado toda su vida en él.
Interesar a SS.AA.RR. en una obra tan grande de caridad no es incomodarlos, pues no tienen sólo la generosidad de la caridad, tienen también su santa paciencia.
¿Sabe V. que vi a nuestros Reyes en el Alcázar, después del besamanos? ¡Qué dicha! ¡Ya nada terrestre me queda por desear!
No canso a V. "más", pero más lo quiero cada día, pues cada día tiene más motivo para apreciarlo y estarle agradecida su mejor amiga
Fernán

Tenorio me hizo el favor de entregar mi carta al Duque, pero me temo que ni aún la lea.

[1862]-10-02. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, agradeciéndole la atención hacia sus parientes. En posdata se refiere a una entrevista en la Fonda de París, de la que le dará cuenta.

TRANSCRIPCIÓN:

Nada viene de ese palacio admirable, ni nada pasa por conducto de V. que no sea dulce, honroso y benévolo.
Aquí está mi sobrina, que ha oído el párrafo de su esquela que le concierne con toda la alegría y gratitud que merece.
Su madre no ha venido.
Su padre es D. Antonio Atienza
Su hijo del mismo nombre
Sus dos hijas Ángeles y Ramona
Gracias, gracias, póngalas V. a los pies de SS. AA. RR. y recíbalas V. al salir de mi corazón en el suyo,
Fernán

Fonda de París, Plaza de la Madalena. No me incomoda, me honra en extremo, aunque sea por carambola, de ser un conducto de los beneficios honrosos de S. M. Daré a V. cuenta de nuestra entrevista.
2 octubre

1863-05-08. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier, recordándole que se interese en agilizar la licencia de casamiento del capitán Bruno Farina y Plasencia. Termina con referencias al Alcalde de Andújar, a Monsieur de Latour y a la actuación de la Reina en la crisis política del momento.

TRANSCRIPCIÓN:

Considero que pasa de impertinencia y llega a osadía el que, apenas quitado el polvo del camino, se halle con la persecución que le infiere esta carta. Ciertamente es en mí, cuyo mayor anhelo es ser a V. agradable, un verdadero "devouement". Seré corta para que pueda V. decir: del mal el menos.
Solo es mi objeto recordar a V. la desgraciada licencia para casarse que ha pedido el Capitán Don Bruno Farina y Plasencia, que en breve plazo pasó del Ministerio al Supremo Tribunal. Sé por uno de los Consejeros que ha caído en poder del fiscal como en el pozo Airón. ¡Es cruel, despótico e increíble que de esta manera, sin causa, se halle entrabada la voluntad del hombre en sus más sagrados fueros, sin tener en cuenta, no solo el disgusto, sino los graves perjuicios que de esto le pueden resultar a los interesados!
Recuerde V., mi querido amigo, el que desde que se trató del viaje de SS. AA. RR. me prometió V. interesarse en el "desestanco" de esta pobre licencia, y que hará una obra de misericordia, y dará a esta su mejor amiga la mayor prueba de amistad si consigue que por fin por fin salga de su larga reclusión esta deseada licencia.
Tuve una carta muy interesante del Alcalde de Andújar refiriéndome todo lo ocurrido allí, y entusiasmado con la bondad y amabilidad de nuestros amadísimos Infantes. La Andalucía trajo también una larga carta de allí, llena de interesantes detalles. Mañana pienso escribir una larga carta a Mr. de Latour, al que suplico a V. que ínterin salude cariñosamente. Desde que Vs. se fueron cesó el cielo y los rostros de sonreír. Lluvias suaves y nubes es lo que diariamente tenemos; por suerte al campo le viene bien. En breve serán los jardines de S. Telmo un paraíso pero… ¡sin ángeles!
En la crisis el monte parió un ratón, no es lo de "ratón" alusivo al marqués Presidente, sino a la sencillez con la que nuestra Soberana le dio fin y chasqueó a los hombres de partido.
¡Dije que iba a escribir corto! ¡Qué pronto se olvidan los buenos propósitos! Lo que no se olvida nunca es un amigo tan distinguido, y perfecto como V.
Mil felicidades para V., mil perdones para mí.
Fernán Caballero
8 mayo 1863

1863-11-21. Carta de Cecilia Böhl de Faber a Miguel Velarde

Carta de Cecilia Böhl de Faber ("Fernán Caballero") al coronel Miguel Velarde, ayudante de campo de S.A.R. el duque de Montpensier. Se disculpa por una estupidez de su criada, que le hizo quedar mal ante Sus Altezas Reales. Comenta que sus traductores Mr. G. de Lavigne y Mr. de Latour son los únicos que han traducido en lo posible las intraducibles cosas andaluzas. Hace también un comentario sobre la traducción que ha hecho Wolf en Alemania de “Deudas pagadas”.

TRANSCRIPCIÓN:

Mi querido amigo:
A nadie le sucede lo que a mí. Estoy avergonzada y desesperada, por más que la bestialidad de mi criada me haya dado motivo a admirar una vez más la benevolencia sin igual de SS. AA. RR. Esta criada mía es el non plus ultra de la estupidez, y si no lo fuese igualmente del aseo y de la honradez, hace tiempo que la habría puesto en la calle. Con decir a V. que el otro día salí con unas mangas blancas; que me arrepentí, compré unas de crespón negro y me las puse, y a la vuelta le dije que habían las blancas mudado de color y se lo creyó, no es menester decir más. Puso una tarjeta de un caballero entre las demás, y cuando entré cogió la primera que entre estas se le vino a la mano (que acertó a ser la que V. dejó en mi casa hace un mes) creyendo muy en sí, que en dando la tarjeta, ¡lo mismo era que fuese una que que fuese otra! Como las tarjetas no llevan fecha, ¡yo creí que V. la había traído aquella tarde! Gentes de esta clase viven para ejercer la paciencia de sus semejantes. El otro día vino una visita, había dicho yo que no estaba en casa y ella le dijo a la visita: sí señor, está pero dice que no está en casa. Es un continuo compromiso tenerla a mi lado, pero el de anoche supera a todos. Como todos tenemos un poquito de fatuos, conociendo la adorable bondad de SS. AA. para con todos y en particular hacia mí, siendo mañana mi día, me figuré que esa circunstancia me valía esa merced. Pero vi a Doña Mercedes y a D. Fernando, esas dos distintas pero admirables bellezas, oí por las galerías sus alegres risas y fue una compensación por lo que sufrí.
Envío a V. la traducción de Mr. G. de Lavigne. Él y Mr. de Latour, son los únicos que han traducido en lo "posible" las "intraducibles" cosas andaluzas, lo demás que se ha traducido no se puede leer. No sé si he dicho a V. que en una traducción que ha hecho en Alemania el Sr. Wolf y su hija de Deudas pagadas, en la que dice: este cuadro lleno de entusiasmo patrio y de sucedidos reales, salió primero en El Reino, y despues fue hecha una edición por el Infante Duque de Montpensier que fue vendida a favor de los heridos de África. ¡Que se publique en Alemania una cosa tan bella y generosa de que ni una palabra se ha dicho en el mismo país en que sucedió!
Muy deprisa, pero siempre su mejor amiga,
Fernán
21 noviembre 1863

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